Comercio Justo

Detrás de muchos productos que compramos habitualmente, se esconden situaciones de pobreza, condiciones laborales inhumanas, explotación laboral infantil, prácticas abusivas de intermediarios hacia las organizaciones productoras, explotación laboral infantil o grave deterioro ambiental. El Comercio Justo constituye una alternativa a las consecuencias que el modelo de producción y comercialización convencional genera en millones de personas y en el planeta..

El Comercio Justo nació en los años 60, en los países del Sur global, al grito de “Trade, not aid” (Comercio, no ayuda) Hoy constituye toda una red internacional que integra a más de 2 millones de personas (trabajadoras y productoras) organizadas en más de 2000 organizaciones de 80 países. Por otra parte, también integra a más de 500 importadoras y 4000 tiendas solo en Europa, además de entidades reguladoras y certificadoras. Los productos de Comercio Justo se pueden encontrar en múltiples espacios comerciales y, especialmente en las tiendas de Comercio Justo, una amplia gama de alimentación… (café, azúcar, chocolates, arroz, cereales, bebidas,…), de higiene y cosmética natural, ropa y otros artículos de textil, complementos, bisutería, juguetes, menaje de hogar, etc. Todos ellos garantizan que en su producción se han respetado los derechos de las personas y el medio ambiente.

El Comercio Justo ofrece alternativas para el cuidado del medio ambiente y los Derechos Humanos

La Economía Solidaria pone a través del Comercio Justo su mirada más global y su defensa del equilibrio en las relaciones comerciales, como respuesta a un sistema comercial profundamente injusto e insostenible.

Los 10 principios en los que se basa el Comercio Justo se pueden resumir en:

  • Respeto a los Derechos humanos, laborales y sociales: salarios dignos, condiciones laborales seguras, no explotación infantil, igualdad salarial y de oportunidades entre hombres y mujeres…
  • Prácticas justas y democráticas: libertad de asociación y de formación de sindicatos, funcionamiento democrático, toma de decisiones democrática y participativa (participan hombres y mujeres), pago de precios justos establecidos de común acuerdo entre productores/as y entidades comercializadoras, prefinanciación de los pedidos, relaciones comerciales estables y duraderas…
  • Protección del medio ambiente: producción ecológica y procesos de fabricación cuidadosos con el entorno.

Nuestras decisiones de compra consolidan el mundo en el que queremos vivir. Para ello, el Comercio Justo es una de de las opciones que tenemos los consumidores y consumidoras. Pero, ¿cómo reconocemos sus productos y evitamos fraudes? Fíjate en el envase o etiquetado y revisa que lleve alguno de los 5 sellos de Comercio Justo avalados por la Organización Mundial del Comercio Justo. O cómpralo en las tiendas físicas y on-line de la CECJ.

La Coordinadora Estatal de Comercio Justo

La Economía Solidaria del Estado español cuenta con la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) como plataforma para potenciar este sistema comercial alternativo. Actualmente, 27 organizaciones miembro y 3 colaboradoras participan para transformar la realidad social y las reglas del comercio internacional a través de la incidencia en las políticas públicas, la sensibilización y movilización de la sociedad y el fortalecimiento del sector. La actividad de la CECJ se encamina hacia la generación de una visión de ciudadanía global a través del conocimiento, la concienciación y el compromiso ciudadano. Puedes seguir su movimiento en su página web: comerciojusto.org.

Enlaces de interés

Certificaciones que otorgan sellos de garantía de Comercio Justo:

 

 

Para saber más:

Dossier de Comercio Justo en economiasolidaria.org.

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