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Descubriendo Marruecos a través del comercio justo

Cristina Porras es una militante del movimiento del comercio justo que actualmente colabora como voluntaria en las organizaciones SETEM e IDEAS. A finales del pasado mes de marzo, tras ganar un concurso convocado por esta última entidad, enmarcado en el proyecto FRAME sobre comercio justo y turismo responsable en el área mediterránea, Porras tuvo la […]

23 abril 2012
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Cristina Porras es una militante del movimiento del comercio justo que actualmente colabora como voluntaria en las organizaciones SETEM e IDEAS. A finales del pasado mes de marzo, tras ganar un concurso convocado por esta última entidad, enmarcado en el proyecto FRAME sobre comercio justo y turismo responsable en el área mediterránea, Porras tuvo la oportunidad de viajar a Marruecos junto a otras 20 personas. Allí pudieron conocer de cerca el día a día de varias cooperativas locales de comercio justo, así como las tradiciones y costumbres de sus gentes.

Porras ha reflejado esta experiencia de su viaje a Marruecos en el blog Verdaderamente Justo. También ha querido compartirla con los lectores de Noticias Positivas en la siguiente entrevista.

Noticias Positivas: Usted ya lleva varios años militando en el movimiento del comercio justo en España. Ahora ha podido viajar a Marruecos y conocer de cerca la realidad de los productores del Sur. ¿Cambia la percepción sobre este movimiento cuando se conoce su otra vertiente?

Cristina Porras: Cuando eres una persona que está muy ligada al comercio justo, pero desde la perspectiva del Norte, llegar a conocer esta realidad en persona es un sueño. Es poder vivir quiénes y cómo son las personas que están formando parte del movimiento del comercio justo desde el Sur. Siento que puedo decir que siempre he creído en el comercio justo, pero además lo he vivido desde el origen, desde las personas que lo impulsan.

La imagen que más me llevo es la del cooperativismo. En las zonas que he visitado, trabajar solidariamente por el bien de toda la comunidad forma parte del día a día de muchas personas, que lo entienden como la mejor idea de compartir y de vivir.

De este modo, ves cómo la idea de procomún, un concepto que se está moviendo mucho en la red y que hace referencia a esta forma de trabajar por el bien de todos, olvidando el individualismo, es vivida por estas personas, a pesar de que no conocen el término. En resumen, el mejor regalo que me ha hecho este viaje ha sido sentir que de verdad el cambio es posible.

N+: ¿A qué se dedican principalmente estas cooperativas de comercio justo marroquíes?

CP: Primero hay que aclarar que la mayoría de los proyectos que hemos visitado no son estrictamente de comercio justo. Se trata de cooperativas y asociaciones que por su forma de producir cumplen los criterios del comercio justo, pero no todas están dentro de los circuitos comerciales del comercio justo. Es decir, no todas han conseguido comercializar internacionalmente sus productos a través del comercio justo.

Y si hablamos de los productos estrella de estas cooperativas, destacan el azafrán y el aceite de argán (árbol que crece en la zona). Con este aceite se fabrican multitud de productos cosméticos, ya que tiene propiedades muy beneficiosas para el cuidado de la piel.

Por su parte, el cultivo del azafrán es muy importante en muchas áreas de Marruecos, al igual que sucede en España, no en vano hablamos de un producto mediterráneo. Si se consumiera en países en los que hoy en día no se consume, no cabe duda de que Marruecos sería uno de los productores estrella, lo que supondría para el país una importante mejora económica.

N+: Ha puesto en el acento en las dificultades existentes para que los productos de comercio justo marroquíes lleguen a los mercados internacionales. ¿Cuál es la principal causa de dichas dificultades?

CP: Las mayores dificultades se encuentran en las leyes comerciales. Sabemos que vivimos en un sistema comercial injusto. En nuestros países tenemos muy subvencionada la agricultura, y sin embargo, a través de leyes comerciales internacionales, prohibimos que otros países subvencionen su agricultura, o ponemos altos aranceles a la importación.

Por ejemplo, en Marruecos se vende fruta española muy barata, pero ellos ni siquiera en su mercado nacional pueden vender su propia fruta, ni tampoco les es posible venderla en España a un precio que les permita vivir. Además, los canales comerciales de exportación, por ejemplo de Marruecos a España, están muy poco desarrollados. Los productores no tienen acceso a ellos, no saben ni siquiera cómo llegar.

Cuando consiguen acceder a estos canales, vemos cómo mejoran mucho las cosas para ellos. Ahí está el ejemplo de la cooperativa de azafrán que conocimos en Tailouine, que sí ha conseguido formar parte de la red de comercio justo. La cooperativa está trabajando actualmente con CTM, una de las mayores organizaciones de comercio justo de Europa. Del azafrán que importa CTM de Tailouine, la cooperativa obtiene el 50% de todos sus beneficios anuales, lo que demuestra la importancia de este acceso a los mercados internacionales.

N+: Además de este desarrollo económico, el comercio justo también contribuye a otras conquistas sociales. En su blog Verdaderamente Justo, destaca la existencia de muchas cooperativas formadas por mujeres, lo cual demuestra que el comercio justo es una eficaz herramienta para la extensión de los derechos de las mujeres en el Sur.

CP: La mujer es la principal excluida en los países donde hay pobreza, y es quizá la que está más abierta a probar otras formas de trabajar, ya que necesita buscar nuevas formas de cambiar su situación.

Así sucedía en la cooperativa de argán que visitamos en Bouzama, donde trabaja un grupo de mujeres que antes pasaban la mayor parte de su tiempo solas en su casa, porque son esposas de pescadores. El trabajo cooperativo ha significado para ellas salir de sus casas, abandonar la soledad y lograr un mayor estatus social, fruto de ser más independientes económicamente.

Además, la calidad del aceite de argán que están produciendo ahora también es mejor que antes, cuando no existía la cooperativa. Esto es así porque han comenzado a recibir formación. Las cooperativas se organizan entre ellas para impartir dicha formación, y también el estado marroquí les da subvenciones para estos fines.

Tengo que añadir que en Bouzama sí que viví esa sensación de libertad y de igualdad de la mujer, lo que demuestra que este es un viaje también para romper perjuicios. En la cooperativa colaboraban hombres y mujeres, y veía que a la hora de convivir, había igualdad. Comparten entre ellos más que en otros ambientes donde no han tenido la oportunidad de disfrutar de este tipo de desarrollo.

N+: El comercio justo también se muestra como una oportunidad para los jóvenes que se encuentran en la calle en Marruecos, como sucede con la cooperativa Al Islah de Tamesloht, cuya labor de reinserción a través de la formación en artesanía tradicional también es destacada en su blog.

 

CP: Allí es muy importante el trabajo que han hecho para unir a todos los artesanos que había en la zona, que antes trabajaban de forma muy desarticulada. Ahora su labor está muy ligada a la formación de jóvenes artesanos. Hablamos de una zona en la que hay mucha pobreza infantil. Tamesloht está muy cerca de Marrakech pero no recibe nada de turismo ni tiene otras fuentes de ingresos. De ahí la importancia de este tipo de cooperativas que dan formación, y que así permiten que los jóvenes tengan una profesión y encuentren en su vida una manera de salir adelante.

N+: En el movimiento del comercio justo se hace mucho hincapié en que consumir este tipo de productos en el Norte ayuda al desarrollo de las comunidades en las que viven los productores del Sur. ¿Qué mejoras visibles ha visto en las comunidades de las cooperativas que ha visitado?

CP: Estas mejoras en la vida de los pequeños productores no están solo en su supervivencia económica, sino que también se perciben en la calidad del producto, como sucede en la cooperativa de azafrán de Tailouine. Estas mejoras se ven en los procesos que se desarrollan cuando recolectan el azafrán, y también en la higiene de dichos procesos. Por eso hay que insistir en que el comercio justo es sinónimo de calidad, respetando además los derechos laborales.

Otro impacto positivo visible está en la mejor formación que reciben los propios productores para hacer su trabajo. Y sin olvidar que estas once familias de Tailouine ahora tienen la capacidad económica de llevar a sus hijos a la escuela. Eso sí que da esperanzas en el futuro, no solo para las familias, sino para toda la comunidad.

N+: El comercio justo contribuye igualmente a la conservación del medio ambiente y de los recursos naturales, como queda claro en el artículo que compañero Jano escribió en el blog sobre el aceite de argán, cuya correcta extracción ayuda a conservar los árboles y los suelos.

CP: Jano es biólogo y suele insistir mucho en la importancia de la conservación de determinadas especies para no perder biodiversidad, como pasa con el argán. Este árbol prácticamente ha desaparecido por el cambio climático y la desertificación en Marruecos. Hablamos de una especie fundamental para mantener la biodiversidad y frenar la erosión del suelo.

Lo más importante es que gracias al comercio justo, las comunidades consiguen un beneficio económico por cuidar de estos árboles y extraer su aceite de forma adecuada para conservarlos. Es decir, obtienen un beneficio económico y social, y no solo no perjudican al medio ambiente con ello, sino que lo favorecen, ya que cuidando de estos árboles están contribuyendo a mantener los recursos naturales.

N+: Por último, no se nos puede olvidar que el propio viaje a Marruecos, en sí mismo, es un ejemplo claro de turismo responsable, que no deja de ser otra forma de comercio justo.

CP: El turismo responsable es una oportunidad de vivir una experiencia de acercamiento y conocimiento del país que vas a visitar a nivel social. No solo porque implica la visita a proyectos sociales, sino porque además, a nivel personal, tienes la oportunidad de entrar en contacto con las personas. De ver y vivir sus vidas, de hablar con ellos, conocerles y romper todos esos prejuicios que tenemos.

Otra cosa muy importante es que un viaje de turismo responsable es también un viaje de intercambio. Hay intercambio porque ellos te acogen y tú les aportas un medio para su supervivencia. Por tanto, el dinero que cuesta el viaje no es un gasto, sino una inversión para que las personas que te acojan pueda mejorar su calidad de vida.

En definitiva, el turismo solidario no significa turismo incómodo, sino turismo social. Por ello, animo a todas las personas a descubrir otra forma de viajar a través del turismo responsable, que te abre las puertas para conocer la cultura y la vida de un país.

 

DATOS DE CONTACTO:

http://verdaderamentejusto.wordpress.com

Imagen: Trabajadora en una cooperativa de comercio justo marroquí. Extraída del blog.

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