Políticas Públicas

¿Dónde está la economía social y solidaria en la presente campaña electoral?

Un artículo de Luis Esteban y Rubio para nuevatribuna.es analiza el espacio dedicado a la Economía Solidaria en los programas electorales de los diferentes partidos que concurren a las elecciones del 10N:  En la primera sesión de las jornadas “Élites nuevas, elitismo viejo” que se celebró el pasado 23 de octubre en el Circulo de […]

4 noviembre 2019

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Un artículo de Luis Esteban y Rubio para nuevatribuna.es analiza el espacio dedicado a la Economía Solidaria en los programas electorales de los diferentes partidos que concurren a las elecciones del 10N: 

En la primera sesión de las jornadas “Élites nuevas, elitismo viejo” que se celebró el pasado 23 de octubre en el Circulo de Bellas Artes, José Luis Villacañas señalaba cómo mientras elcapitalismo fordista pudo mantener una relación tensa pero equilibrada con la democracia al estar prediseñado y predispuesto al pacto interclasista, el “capitalismo financiero en el que vivimos no es evidente que tenga elementos de afinidad […] con la democracia”. Por ello, y más ante una posible nueva recesión de la economía mundial y ante la presente crisis ecológica, es necesario apostar, ya ni siquiera por una economía que mantenga un equilibrio tenso con la democracia y la justicia social, sino por una economía que disfrute de una relación positiva con la democracia, la justicia global (justicia social que no sólo se reduzca pues a los países desarrollados) y la naturaleza.

En estos momentos, una de las mejores alternativas económicas al capitalismo fordista y al capitalismo financiero es la representada por la economía social y solidaria. Economía social y solidaria bajo cuyo término se agrupan dos modelos económicos diferenciados pero lo suficientemente similares como para estar justificado el uso de un término que englobe a ambos. Y esta similitud se puede observar precisamente en lo relativo a las cuestiones indicadas en el párrafo anterior. Por un lado, en la Ley de Economía Social de 2011 se señala que uno de los cuatro principios orientadores de la economía social es la “promoción de la solidaridad interna y con la sociedad que favorezca el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la cohesión social, la inserción de personas en riesgo de exclusión social, la generación de empleo estable y de calidad, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y la sostenibilidad”. Igualmente, y por su parte, en la Carta de Principios de la Economía Solidaria aprobada, también en 2011, por la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS), se señala que “la economía solidaria es un enfoque de la actividad económica que tiene en cuenta a las personas, el medio ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable como referencia prioritaria por encima de otros intereses”. En definitiva, la economía social y solidaria representa el modelo económico necesario para abordar los retos de nuestro tiempo.

Pese a que dicha economía representa el modelo económico necesario para abordar los retos de nuestro tiempo y pese a que en España es ya una realidad concreta y tangible que no hay que potenciar pues desde cero, la mayoría de partidos políticos no realizan una apuesta decidida por la economía social y solidaria

Pero la economía social y solidaria no es sólo una propuesta teórica, sino que también es ya una realidad práctica en nuestra península. En la actualidad, la economía social, según los últimos datos de 2018 de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), genera aproximadamente 2.200.000 empleos directos e indirectos en España. Por su parte, la economía solidaria, según los últimos datos de 2018 de REAS, genera 13.000 empleos directos. No obstante, y como algunos de los empleos de la economía solidaria están ya contabilizados en las estadísticas de CEPES, parece oportuno manejar de forma general la cifra de que la economía social y solidaria genera aproximadamente 2.200.000 empleos en España. En virtud de ello, y si según la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2018, había aproximadamente en España 19.600.000 millones de personas ocupadas, 16.350.000 de las cuales lo estaban en el sector privado, la economía social y solidaria representa algo más del 11% del empleo total y el 13,5% del empleo en el sector privado. De esta manera, y como se puede observar, la economía social y solidaria es ya una importante realidad económica en España.

Sin embargo, y pese a que dicha economía representa el modelo económico necesario para abordar los retos de nuestro tiempo y pese a que en España es ya una realidad concreta y tangible que no hay que potenciar pues desde cero, la mayoría de partidos políticos no realizan una apuesta decidida por la economía social y solidaria. Y ya no es que la apuesta por la misma sea casi inexistente en el discurso político, sino que también se encuentra insuficientemente desarrollada en los programas electorales. No obstante, sí se ha de resaltar su mayor presencia en los programas de los tres principales partidos políticos estatales de izquierda/centro-izquierda (Unidas Podemos, Más País y PSOE), y entre ellos, y de manera destacada, en el de Más País. La apuesta del gobierno municipal de Ahora Madrid por el proyecto MARES parece haber generado así durante estos años una sensibilidad especial entre los diferentes líderes, cargos públicos, cuadros intermedios, personas afiliadas, simpatizantes y votantes de Más País por la economía social y solidaria. Sin embargo, la apuesta por dicha economía en los tres partidos mencionados está todavía lejos de convertirse en un pilar fundamental, ya no sólo discursivo, sino también programático.

En definitiva, y pese a que la urgencia del actual momento económico y ecológico así lo demanda, ningún partido político ha adoptado la economía social y solidaria como uno de sus principales pilares discursivos y programáticos para estas elecciones. Quizás, y a humilde juicio del autor del presente artículo, tal situación sólo se llegue a producir cuando los 2.200.000 millones de trabajadoras y trabajadores que formamos parte de la economía social y solidaria nos logremos articular en un grado suficiente como sujeto colectivo. Pero, ¿cómo articular dicho sujeto colectivo? Eso ya forma parte de una reflexión más amplia y profunda que excede las pretensiones de este artículo. No obstante, quizás sea precisamente ésta una de las reflexiones más urgentes que tiene que llevar a cabo la economía social y solidaria si quiere aspirar a ver realizado en la práctica su tan anhelado escalamiento. Comencemos pues cuanto antes, y de forma colectiva, dicha reflexión.

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