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Francia se llena de neorurales y rebeldes

¿Puede ser el 2% de la población un “peligro” para el Sistema? ¿Y si ese 2% son jóvenes de 25 a 34 años super preparados académicamente, que recuperan pueblos semiabandonados, salvan y aumentan las escuelas, crean empresas pensando más en el interés social y menos en los beneficios, hacen apología de una vida más simple […]

25 septiembre 2009
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¿Puede ser el 2% de la población un “peligro” para el Sistema?

¿Y si ese 2% son jóvenes de 25 a 34 años super preparados académicamente, que recuperan pueblos semiabandonados, salvan y aumentan las escuelas, crean empresas pensando más en el interés social y menos en los beneficios, hacen apología de una vida más simple y natural y enseñan técnicas subversivas como colapsar los futuros robots anti P2P o segar un campo de cultivos transgénicos?

Esos revolucionarios son el nuevo movimiento neorrural francés que preocupa a Sarkozy, y con toda la razón, porque son la semilla de un imparable movimiento mundial que demuestra día a día que otro mundo es posible, es AHORA e implica cargarse muchas estructuras del viejo paradigma.

Estos son los hechos y la radiografía de los rebeldes franceses:

Extractos literales del artículo al respecto del periódico Público:

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En una Francia en plena revolución conservadora, existe una red de pueblos y zonas rurales donde jóvenes procedentes de las grandes ciudades, en su mayoría superdiplomados y eficaces, han decidido que otra vida es posible.

Se retiran del mercado de trabajo, salen del consumismo, crean asociaciones y cooperativas que les sirven de paraguas frente a la Policía o el fisco y, así, restauran servicios por vía autogestionaria. Al hacerlo, se ganan la simpatía de los abuelos abandonados en aldeas dejadas de la mano del Estado…

La llegada de jóvenes alter-globalistas con proyectos profesionales solidarios y con niños les han dado una nueva vida.

Sólo 300 vecinos, pero también cuatro asociaciones culturales que crean desde óperas contemporáneas hasta libros incunables de materiales biológicos. Sólo 300 almas, pero también varias empresas de lo que se llama, en Francia, desde finales de los años noventa “el tercer sector”: sociedades formalmente privadas, pero que no buscan generar dividendos sino crear plusvalía social.

Según un documentado estudio del instituto IPSOS, estos neorrurales jóvenes, de entre 25 y 34 años de edad, representaban en 2003 algo más de un millón de personas; esto es, en torno al 2% de la población adulta del país. Una gota de agua numéricamente, pero una gota muy activa e inquieta.

Más señales de rebeldía: en uno de esos pueblos, se esconde una asamblea de hackers preparando el sistema que va a colapsar técnicamente los futuros robots anti P2P, previstos por la ley Creación e Internet de Sarkozy. En otro, 20 personas participaron en un intenso cursillo de 48 horas para aprender las técnicas de desobediencia civil y de resistencia activa, con el objetivo de saber algún día plantar cara a un capitalista, segar un campo de cultivos transgénicos o interrumpir la construcción de una autopista.
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La información sobre este movimiento también explica que ya ha habido varias redadas en Francia acusándoles de terroristas aunque los jueces han dejado en libertad a todos los jóvenes acusados y que su ideología es de izquierdas a diferencia del voto clásico a la derecha en la Francia rural.

Y a pesar de que quieran hacer hincapié en sus acciones subversivas y “peligrosas” en un intento de desprestigiarlos y evitar que se les unan miles de ciudadanos asqueados del tipo de vida actual del “15 días en agosto“, lo cierto es que la mayoría de los neorrurales buscan una vida tranquila, consciente y con sentido.

Y eso es la verdadera revolución.

Mucho cuidado con los que nos “echamos al monte”, los que trabajan para salir del capitalismo, los que construyen ecoaldeas o los que buscan alternativas dentro de las ciudades como cooperativas de consumidores, redes de intercambio y truque, banca ética, potenciar los productos de los agricultores locales, etc. porque todos los tsunamis empiezan con una pequeña olita en medio del océano.

2% en Francia, una cifra en aumento en España, … ¿qué ocurrirá cuando la ola llegue a la orilla?

Tic, tac, tic, tac…

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