Consumo Responsable

Huellas, acentos y geografías

Mink’a es el local de comercialización de la cooperativa Comercio Solidario, allí se ofrecen productos elaborados por artesanos, pequeños productores, emprendedores, cooperativas y fábricas recuperadas, tanto locales como de distitntos puntos del país. Trabajan sobre las bases de la Economía Solidaria, a partir de principios de equidad y solidaridad, proponiendo nuevas relaciones sociales. Caminando por […]

29 agosto 2008
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Mink’a es el local de comercialización de la cooperativa Comercio Solidario, allí se ofrecen productos elaborados por artesanos, pequeños productores, emprendedores, cooperativas y fábricas recuperadas, tanto locales como de distitntos puntos del país. Trabajan sobre las bases de la Economía Solidaria, a partir de principios de equidad y solidaridad, proponiendo nuevas relaciones sociales.

Caminando por calle San Juan, a metros de Bv.Avellaneda, hay una casa llena de riquezas. Allí habitan saberes ancestrales, trabajos artesanales e historias tejidas colectivamente. Desde sus verdes y marrones este espacio multicultural nos habla del respeto a la vida, a la tierra y al medio ambiente. En esta casita cálida, se ofrecen una variedad de productos, y con ellos sus huellas, acentos y geografías.

En la vereda, de puño y letra, y con tiza un cartel anuncia: “Mink’a. Comercio Solidario”, abriendo las puertas a la comunidad; y dando paso también a las preguntas sobre una forma de comercialización que es también un modo de entender el mundo, el desarrollo y las relaciones humanas.

Mink’a es el local de ventas de la cooperativa Comercio Solidario, aquí tienen lugar tejidos hechos por mujeres de la comunidad wichí de Formosa, vinos y aceitunas de cooperativas riojanas, mendocinas y salteñas. Yerba de cooperativas misioneras, como también, sólidos muebles de algarrobo en los que se exhiben alimentos de emprendedores campesinos y urbanos. Este espacio ofrece la posibilidad de comprar productos de artesanos, pequeños productores, cooperativas y fábricas recuperadas. Al mismo tiempo invita a conocer un proyecto de inclusión social que respeta el trabajo y la vida de sus hacedores, proyectando su inserción en el mercado en base a las prácticas de la Economía Solidaria. O sea, a partir de principios de equidad y solidaridad, promoviendo su encuentro y conformando redes de comercialización a nivel nacional e internacional.

“La Mink’a en voz quechua es la práctica ancestral del trabajo en comunidad de los pueblos americanos”, en este lugar, los seductores aromas de lo hecho a mano nos trasladan al norte o al sur de la Argentina, nos invitan a descubrir otros tiempos, otras formas de producción más dignas y justas. “Creo que este es un espacio muy importante para los artesanos ya que nos ofrece un lugar de venta estable. Porque en las ferias es muy difícil permanecer, por un montón de circunstancias, las ferias se van desgastando, la mercadería se arruina, dependemos de las condiciones climáticas. También para promover un tipo de venta y de contacto diferente con el comprador, acá se respeta el precio que el artesano le pone al producto, dentro del comercio justo, y eso es importantísimo”, dice Silvia Robles, una de las 17 artesanas de Rosario que venden sus producciones en Mink’a.

Desde hace doce años Silvia trabaja en alpaca, plata, piedra y tejidos, y cuando cuenta, también se expresa con las manos, su medio de vida y creatividad. La artesana dice que durante años trabajó en ferias, rescata el ambiente y la circulación de gente, pero destaca que la propuesta del comercio justo es totalmente diferente. “En la feria son otras las condiciones, ésta es una construcción de grupo, es importantísimo demostrarle a la sociedad que puede haber otro tipo de venta y otro tipo de comercio que no sólo es una venta direccionada u obligada por los medios de comunicación”, explica. Además de los trabajos de artesanos a nivel individual, se venden productos elaborados en organizaciones sociales de nuestra ciudad, como la Asociación Chicos, la cooperativa Mercado Solidario y el taller de artesanos no videntes “Apre”. Asimismo, a nivel país participan de esta red de comercio justo organizaciones de artesanos, emprendedores y pequeños productores de Santiago del Estero, Tucumán, Mendoza, Buenos Aires, La Rioja, Formosa, Salta, Córdoba, San Juan y Misiones.

“Con los artesanos nos reunimos en Mink’a una vez por mes, compartimos un espacio de intercambio de experiencias, de problemáticas, se charla sobre invitaciones que nos llegan, entre otros temas”, continúa Silvia; y comenta que uno de los ejes que más abordan es el de la inserción de los productos en el mercado. “La apertura del mercado para el artesano es lo más difícil. Muchas veces desde la Municipalidad se nos dice que los artesanos necesitamos subsidios, y están equivocados, nosotros necesitamos puntos de venta estratégicos dentro de la ciudad, vivimos en una sociedad con un consumo muy dirigido, cuesta mucho vender”, sostiene.

En esta casa llena de riquezas, la palabra también tiene un espacio fundamental, desde el proyecto apuestan al fortalecimiento de los vínculos y la confianza, al acercamiento de historias, luchas y esperanzas. En este sentido, todas las semanas Mink’aa tiene un espacio radial en FM Aire Libre, los viernes a la mañana en el programa «Era hora», conducido por Miguel Franchi. “Yo soy una idealista, por eso me mantengo en esto, creo en esto y en que tiene que haber algo diferente. En relación a unos cuántos años atrás hay cambios, vemos que se puede trabajar en conjunto, solidariamente. El artesano es un individualista total, cuando trabajás te metés en lo que estás haciendo, se puede estar cayendo el mundo y no te enterás. Lo importante sí es trabajar en grupo, unirte a otra gente que está haciendo lo mismo”, opina Silvia, reflejando el profundo sentido del trabajo organizado y a la par de otros compañeros/as.

¡Feliz cumpleaños!
El 22 de agosto esta luminosa casita festejó su primer aniversario compartiendo un encuentro bien popular, actuó el grupo folklórico Timbó, hubo degustaciones de productos caseros y sorteos de productos artesanales. “Hace un año que estamos en este local pero venimos trabajando como cooperativa desde hace cuatro, realmente la gente se pregunta qué es el comercio solidario. Muchas veces les llama la atención el cartel que tenemos afuera y entra a preguntar qué es, entonces los compañeros le explican y empiezan a hablar de dónde son los productos, cuántos productores participan”, suma su voz Alicia Coronel, integrante de la cooperativa desde sus comienzos.Y las preguntas, lentamente van circulando y generando otras, van abriendo camino a la posibilidad de instalar nuevas formas de hacer y de pensar. Con los colores de la tierra, esta casita tiene las puertas abiertas en calle San Juan 4085.

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