Consumo Responsable

¿Pagarías 1’50 euros más por una camiseta más justa?

La diferencia entre la explotación laboral y un salario digno no llega a 2 euros. Mientras Inditex aumenta sus proveedores en los países más empobrecidos y no garantiza unas condiciones laborales dignas para sus trabajadores. SETEM se muestra desencantada por la falta de progreso de la campaña Ropa Limpia a la vez que denuncia los […]

15 septiembre 2009
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La diferencia entre la explotación laboral y un salario digno no llega a 2 euros. Mientras Inditex aumenta sus proveedores en los países más empobrecidos y no garantiza unas condiciones laborales dignas para sus trabajadores.

SETEM se muestra desencantada por la falta de progreso de la campaña Ropa Limpia a la vez que denuncia los retrocesos en los compromisos que adquirió el grupo Inditex con ellos.

“No vemos avances reales, solo resolución de casos concretos”, denuncian desde la Campaña Ropa Limpia, que ha anunciado que no asistirá a la Junta de Accionistas de Inditex, después de que la compañía haya aumentado hasta un 75% los proveedores de los países más pobres del mundo como Bangladesh. Desde Ropa Limpia denuncian 8 casos con muertos por accidentes, acoso, abusos laborales en menos de 3 años y explican que si se doblasen los salarios el precio final solo aumentaría en 1,50 euros.

“Sólo responden a casos que pueden llegar a la opinión pública”

Pagar poco más de un euro por un producto textil tiene consecuencias en la vida de millones de personas de países en desarrollo. Y aunque la Campaña ha valorado positivamente iniciativas puntuales de la multinacional ante situaciones de violación de los derechos laborales (como es la indemnización a las víctimas del derrumbamiento de la fábrica Spectrum en Bangladesh o la restitución del trabajo a las obreras y obreros de Camboya) ha constatado también que la empresa sólo responde a casos concretos si existe la posibilidad de que éstos lleguen a la luz pública.

“La realidad es que todos los años surgen casos en las fábricas deslocalizadas de acoso, de despido, de abusos laborales, en los que Inditex, en mayor o menor medida, es una de las marcas involucradas”, explican desde Ropa Limpia. “Esto significa que no ha habido una modificación sustancial en su modelo de negocio que ayude a mejorar las condiciones laborales en su cadena de producción y, concretamente, en sus proveedores de los países empobrecidos”, explican. La Campaña ha trabajado en 8 casos en poco más de 3 años respondiendo a la llamada de organizaciones de trabajadoras y trabajadores de países como Turquía, Camboya o Bangladesh.

Según la memoria de la compañía, podemos ver cómo ha aumentado un 10% los casos de graves violaciones de derechos laborales, principalmente en Asia en el último año. Lo que significa que de casi 300 fábricas, en 152 se constatan incumplimientos de los derechos laborales.

Deterioro de las condiciones laborales

“El modelo de reducción de costes laborales que caracteriza a esta y a otras grandes transnacionales ha provocado una carrera hacia la precariedad que no ha ayudado a mejorar las condiciones laborales y salariales, y mucho menos a facilitar la organización sindical o la negociación colectiva, sino todo lo contrario. La competencia entre países por ofrecer las mejores condiciones a la inversión extranjera y a la producción para las grandes firmas transnacionales ha provocado un deterioro progresivo de los ya precarios mercados laborales”, denuncia Ropa Limpia en un comunicado. “Son inmorales los beneficios de esta empresa cuando los salarios son de miseria”, añaden.

En Bangladesh decenas de miles de trabajadoras y trabajadores han tenido que salir a la calle en la última semana para protestar por los recortes de sus ya de por sí paupérrimos salarios y por la situación insostenible de explotación que están sufriendo. Las revueltas se han cobrado ya la vida de dos trabajadores. Mientras, “los exportadores de ropa bengalíes lamentan que desde que comenzó la recesión han visto reducir el precio que se les paga por la ropa en un 10%”. En este país, el salario mínimo no llega a los 25 euros mensuales cuando la cantidad necesaria para vivir dignamente se calcula que deberían alcanzar los 108 euros mensuales.

La garantía de un salario y condiciones dignas es la garantía de salir de la pobreza y el desarrollo de las comunidades. “Las grandes marcas deben demostrar y garantizar el cumplimiento de los compromisos recogidos en sus códigos de conducta y deben avanzar en el establecimiento de mecanismos a través de los cuales se garantice el respeto a los derechos humanos”, señalan desde la Campaña Ropa Limpia.

Lo más aconsejable sería que la multinacional interiorizará el coste de los salarios dignos, especialmente cuando obtiene beneficios millonarios, pero la ciudadanía también debe exigir que la ropa que compre se haya producido en condiciones justas.

Artículo publicado en Canal Solidario

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