Ecologismo

Bizkaia recicló en 2008 dos kilos de ropa por habitante

La ropa es uno de los productos de consumo que, con permiso de la moda y las tendencias, tiene más larga vida, a veces con diferentes dueños. El año pasado, los vizcaínos depositaron cerca de dos millones y medio de kilos, o lo que es lo mismo, dos por habitante, en los más de trescientos […]

22 marzo 2009
Etiquetas:

Buscador de noticias

  • Filtra por temática

  • Filtra por etiqueta (Ctrl+clic)

  • Filtra por tipo de contenido

  • Filtra por tipo de recurso

  • Orden de los resultados

La ropa es uno de los productos de consumo que, con permiso de la moda y las tendencias, tiene más larga vida, a veces con diferentes dueños. El año pasado, los vizcaínos depositaron cerca de dos millones y medio de kilos, o lo que es lo mismo, dos por habitante, en los más de trescientos contenedores repartidos por todo el territorio histórico. Casi la mitad de los siete millones de prendas, calzado y complementos recogidos -un 40%- regresó al mercado con la marca Ekorropa, tras someterse a los correspondientes procesos de recuperación.

[JON MAYORA] La cooperativa Berohi, fruto de un proyecto impulsado por Cáritas Diocesana y Rezikleta, lleva nueve años recogiendo, clasificando, reciclando y reutilizando este residuo, que el pasado año supuso el 3,6% de los generados en el ámbito urbano en Vizcaya. Su apuesta, con el apoyo de la Diputación foral y Gobierno vasco, pretendía abrir camino en un sector, el de la recuperación textil, «ligado tradicionalmente a la economía sumergida y con una participación mayoritaria de hombres», explican desde Koopera, red a la que pertenece Berohi.

Al intervenir en este sector como socios promotores, Cáritas y Rezikleta decidieron dar participación de forma decidida a personas, principalmente mujeres, identificadas con el proyecto empresarial y conceder una oportunidad a un colectivo con difícil acceso al mercado laboral, uno de los objetivos primordiales del proyecto. En los últimos cinco años, la cantidad de material textil recogida en Vizcaya prácticamente se ha duplicado. Se ha pasado de las 1.260 toneladas de 2004 a superar las 2.460 el pasado año. El dato resulta espectacular si se compara, además, con los 605.000 kilogramos del primer año de implantación del proyecto.

El impacto de la crisis económica está haciendo también mella en este sector. El diputado foral de Medio Ambiente, Iosu Madariaga, se refería a finales de febrero a la recesión económica para asegurar que la montaña de basura que generan los ciudadanos vizcaínos había descendido por vez primera en 2008 hasta situarse a niveles de hace cinco años. «La crisis también nos afecta. Recibimos más en el último año porque se ha incrementado el número de puntos de recogida. Sumamos por eso, pero es cierto que el ratio de kilo por ciudadano ha bajado», afirma Cristina Larráyoz, directora de marketing y comunicación de Koopera. «Obviamente, somos parte de una cadena y de una coyuntura económica. No estamos al margen», añade.

La ropa, además de en contenedores instalados en la calle, se recoge en centros cívicos de Bilbao, en colegios y en campañas promovidas por voluntarios de Cáritas. Luego se transporta a la planta de clasificación y tratamiento que la cooperativa Berohi posee en Zamudio. En sus instalaciones, las prendas se someten a diferentes procesos de recuperación, higienización y otros tratamientos industriales con el objetivo recuperar el mayor número posible de artículos para el mercado.

Para investigación

Este proceso de manipulación y tratamiento permite que cuatro de cada diez piezas continúen su ciclo de vida al ponerse a la venta en las diez tiendas de Ekorropa existentes en Vizcaya. La última, y la más grande, se inauguró hace un mes en la céntrica calle Fernández del Campo 16-18 de Bilbao.

Larráyoz incide, además, en que la reutilización de la ropa «evita la emisión de gases de efecto invernadero, puesto que la confección de una prenda genera sustancias que un árbol tardaría cuatro días en depurar». Parte de este producto se envía también a los proyectos de implantación exterior que Koopera desarrolla en Rumanía y Chile.

El tejido que no puede llegar a las tiendas por estar deteriorado o en mal estado es sometido a un nuevo proceso para su reciclaje. Las prendas se separan según la clase de material, composición y color. Una parte se destina a la elaboración de trapos de limpieza industrial para la pequeña y mediana empresa. «Principalmente, pendas de algodón, un material que posee mejores propiedades de absorción», aseguran.

Otras telas se reciclan con destino al interior de tapicerías y el resto forman parte de un proyecto de investigación que Berohi lleva a cabo con Gaiker. «Hemos hecho ya pruebas en borreras, con mantas para aislante térmico y acústico, en automoción… Vamos poco a poco, pero estamos avanzando», asegura el responsable de planta, Guillermo López-Arustegui. Sólo el 15% del material que llega a la nave de Zamudio termina en un vertedero. «Nuestro objetivo es que sea cero», concluye Cristina Larráyoz.

Colaborar con una economía solidaria

Uno de los objetivos prioritarios de Berohi, y en general de la red Koopera, es generar empleo estable para colectivos con dificultades de acceso al mercado laboral, como jóvenes sin cualificación, parados mayores de 45 años, ex-toxicómanos y ex-presidiarios, mujeres con cargas familiares, parados de larga duración, inmigrantes o personas sin hogar, además de colaborar activamente en la defensa del medio ambiente. En 2008, un centenar de personas disponían de un empleo directo relacionado con el reciclaje de ropa. «Si sumamos los puestos dedicados a recuperación, tratamiento y gestión de otros residuos no textiles, además de a la realización de funciones sociales, en Koopera trabajan 174 personas», explica la directora de marketing y comunicación, Cristina Larráyoz.

Berohi inició su andadura el 15 de mayo de 2000 con ocho operarios. Las instalaciones de Zamudio trabaja en la actualidad a dos turnos y en sus instalaciones de Torrelarragoiti desarrolla todo un proceso integral en la recuperación de la ropa. «El balance hasta el momento es más que positivo», asegura Guillermo López-Arustegui, responsable de planta. «El mayor problema es que las instalaciones, de más de 2.000 metros cuadrados, se están quedando pequeñas y necesitamos automatizarlas. Queremos profesionalizarnos en todas las áreas porque profesionalización e innovación son una garantía para la estabilidad en los empleos», añade.

«Una bolsa en el contenedor colabora con una economía solidaria. Participa en la generación de empleo entre un colectivo que, de otra forma, no tendría una oportunidad para su integración en la sociedad», afirma, por su parte, Larráyoz. Berohi asegura que su objetivo es «competir en el mercado con el mismo criterio que el resto de los comercios» y su apuesta, «vender tan barato como podamos». La respuesta supone, además, una muestra del cambio de mentalidad del ciudadano. «No concebían que la ropa que tenían en casa pudiera ser un producto de integración social y una herramienta que sirviera para proteger el medio ambiente», explican.

Lavadoras y frigoríficos con garantía

Las tiendas Ekorropa también permiten a los consumidores hacerse con un electrodoméstico reciclado a muy buen precio «y con un año de garantía». En 2008, cerca de 2.000 de las 6.088 piezas «susceptibles de ser recuperadas» retiradas en Vizcaya, terminaron de nuevo en escaparates. El resto fue sometido a un proceso de reciclaje. «No va nada al vertedero», aseguran desde Rezikleta, promotora de la iniciativa junto a Cáritas y Emaús. La captación de estos aparatos se realiza a través de campañas y de acuerdos municipales que posibilitan a los hogares renovar sus electrodomésticos. La iniciativa ha posibilitado dar empleo a seis personas.

Los datos

  • Siete millones de prendas, complementos y calzado se depositaron en 317 contenedores.
  • El 40% del material recogido regresa al mercado.
  • 10 tiendas: En Bilbao (3), Gexo (2), Portugalete, Barakaldo, Ermua, Durango y Galdakao.
  • 317 contenedores: Distribuidos por unos 32 municipios y 6 mancomunidades. Además, existen contenedores en Vitoria y en Cantabria, que fueron colocados en octubre.
  • Población atendida: 1.291.626 personas. Los primeros contenedores se colocaron en Getxo en mayo de 2001 para una población de 81.260 habitantes. Los últimos, el pasado mes de febrero en Portugalete.

Artículos Relacionados

----