Bilbao. La crisis se alarga, es una cuesta que se está haciendo eterna para gran parte de la población y son muchos los que acaban por quedarse desamparados, sin recursos para subsistir y han de buscar su sustento en organizaciones benéficas. Cáritas Bizkaia así lo está constatando. A lo largo del pasado año, atendió a un total de 13.000 personas dentro de sus diversos programas, casi 4.000 personas más que en 2007, año anterior al comienzo de la crisis.

La situación es cada vez más grave, afecta a más familias y la duración de esta adversa situación es cada vez más prolongada. De este modo, una de cada cuatro personas atendidas por la organización lleva cinco años o más necesitando esta ayuda. Este índice no para de subir, puesto que en 2009 estas actuaciones de larga duración suponían el 17,36% del total. Por ello, desde Cáritas Bizkaia alertaron ayer de una «cronificación» de la situación de pobreza en voz de Carlos Bargos, director de la entidad en el territorio. El desempleo y el endeudamiento familiar, la adversidad y larga duración de la mala coyuntura económica están cercenando las arcas de las redes familiares de los afectados, lo que no hace más que agravar su mala situación. «Es arriesgado decir que hay una causa principal para llegar a esta situación, más bien diría que se da a causa de una combinación de circunstancias», reflexionó Ana Sofi Telletxea, responsable del área de Gestión de Conocimiento de Cáritas Bizkaia.

A lo largo de este último lustro, el perfil de la persona que acude a Cáritas en busca de ayudas para alimentarse, recibir ayudas económicas, de vivienda y acudir a procesos de reinserción ha variado sobremanera. Actualmente, la usuaria es una mujer de entre 16 y 44 años que pide ayuda para encontrar un empleo, dando igual su procedencia, puesto que la atención a extranjeros y autóctonos se ha equiparado, acercándose al 50% en ambos sectores. «Aquí se demuestra claramente la debilitación que están sufriendo las familias. Son las familias con hijos el colectivo más afectado por esta situación económica. En 2011 hubo un gran aumento de solicitudes de ayuda y en 2012 se mantuvieron porque no logramos que consiguiesen un empleo», precisó Ana Sofi Telletxea. El cambio en este sentido ha sido bastante notable, ya que antes del inicio de la crisis económica, los inmigrantes suponían un 70% de las personas atendidas, mientras que los autóctonos tan solo representaban el 30% restante.

Menos Nuevos usuarios La cronificación de la pobreza es un elemento clave para el ascenso del número de personas que recurren a Cáritas para encontrar ayuda y la equiparación entre el número de extranjeros y autóctonos. Y es que en 2012 bajaron las altas en Cáritas. El pasado año, 4.723 personas recurrieron por vez primera a alguna de las iniciativas que puso en marcha la organización para prestar ayuda a la ciudadanía. Esta cuantía supone un 36,36% del total, una cifra cinco puntos inferior a la registrada en 2011, cuando el 41,44% de las atenciones se realizaron a personas que nunca habían recurrido a Cáritas. La entidad afrontó todas las actuaciones previstas para 2012 gracias a un presupuesto de 12 millones de euros. «Esta cuantía es una absoluta inversión en personas que hay que continuar e incrementar. Ese es nuestro objetivo», destacó Bargos. Más de 7 millones de euros de ese montante proviene de ingresos propios de la entidad, lo que supone casi un 60% del presupuesto. Por otra parte, casi cuatro millones vinieron procedentes de los servicios prestados a administraciones públicas, mientras que, por último, los ingresos por colectas alcanzaron el millón de euros.

Las cifras de personas atendidas y la larga duración de las ayudas son alarmantes y preocupantes, pero, según la responsable del área de Gestión de Conocimiento de Cáritas Bizkaia, «la capacidad que tenemos en Bizkaia de afrontar estas situaciones es mayor, puesto que desde la década de los ochenta se ha trabajado muy bien en materia de Acción Social». De todos modos, Telletxea incidió en que para que las personas puedan culminar el proceso de socialización «esta tiene que dar oportunidades y, con la crisis, estas últimas han disminuido».