Varios

Crónica del «Día Sin Dinero» en Bilbao

Una cita en la Plaza Nueva para cambiar lo que tengo por lo que necesito Baterías de vehículos, equipos de música, altavoces de ordenador, cortapelusas, juguetes, ropa, calzado, accesorios y hasta idiomas o tiempo y conocimiento para dedicarlos a otros, son sólo parte del inventario del mercado instalado ayer en la Plaza Nueva de Bilbo. […]

24 octubre 2010
Etiquetas:

Buscador de noticias

  • Filtra por temática

  • Filtra por etiqueta (Ctrl+clic)

  • Filtra por tipo de contenido

  • Filtra por tipo de recurso

  • Orden de los resultados

NULL
NULL

Una cita en la Plaza Nueva para cambiar lo que tengo por lo que necesito
Baterías de vehículos, equipos de música, altavoces de ordenador, cortapelusas, juguetes, ropa, calzado, accesorios y hasta idiomas o tiempo y conocimiento para dedicarlos a otros, son sólo parte del inventario del mercado instalado ayer en la Plaza Nueva de Bilbo. Con otra peculiaridad: no hacía falta dinero porque en realidad nada estaba en venta.

[Nerea GOTI] La iniciativa, bautizada precisamente como Dirurik Gabeko Eguna, corrió a cargo de la asociación Dirurik Gabe y fue algo más que un mercado de trueque. Colectivos y particulares respondieron a la convocatoria con stands en los que se podía acceder a bienes materiales o cuestiones intangibles: información, ayuda para transformar una prenda o el tiempo y el conocimiento.

En uno de los stands, Ainhoa, miembro de Agiantza, una asociación que trabaja en la inserción laboral y social de jóvenes con problemas de exclusión, mostraba diverso material, ropa de chica, algunos libros y artículos realizados por los propios jóvenes en sus talleres. «Cambiamos ropa de chica por ropa de chico, que nos hace falta, y libros para ampliar la biblioteca del centro», explicaba.

En otra mesa, Cristina exhibía «cosas de toda la familia, que ya no necesitan». Es la tercera vez que acude al mercado del trueque y repetiría, porque cree que la cita merece la pena. A primera hora de la tarde, ya había intercambiado varias de sus pertenencias en desuso por «algo de ropa, un bolso y libros, siempre acabo llevándome los libros», según reconocía a GARA.

Intercambiar idiomas

Cyprien Ntezimana intercambiaba idiomas. Sobre la mesa, una relación de demandas y ofertas recopilada desde la mañana hasta primera hora de la tarde, una lista en la que bastaba con dejar un nombre y un teléfono o dirección de contacto, señalar el idioma o idiomas que se ofrecen y el que se quiere recibir a cambio. El siguiente paso es que los interesados se citen y pongan en marcha el trueque.

Al mercado sin dinero de ayer el colectivo Desazkundea, por su parte, llevó un mensaje: la necesidad de replantearnos nuestro estilo de vida, «cambiar nuestros hábitos y descolonizar nuestras conciencias» partiendo de la base de que sólo el decrecimiento garantizará un futuro justo y equilibrado para el ser humano y para el medio ambiente, frente al sistema consumista en el que vivimos. «El más rico, el que menos necesita», rezaba uno de los carteles colgado de su carpa.

De hecho, ayer hubo opción hasta de intercambiar tiempo. Desde el Banco del Tiempo explicaron que en Bilbo hay 85 personas que han depositado su tiempo o han hecho uso del que guarda esta peculiar entidad. Hay quien ofrece su tiempo para cuidar niños o para enseñar a cocinar y del mismo modo hay quien solicita ese tiempo a cambio del suyo en alguna especialidad, según explicaron.

La de ayer fue la segunda edición del Día Sin Dinero y según Raquel García, de la asociación Dirurik Gabe-Sin Dinero, habrá una tercera edición a la vista de la amplia repercusión que ha conseguido la cita. García reconoció que «nos gusta que vengan particulares porque le trueque es muy de tú a tú» y porque además del intercambio en sí mismo «se fomentan las relaciones» y «es un tiempo de ocio diferente al que estamos habituados». Resaltó, asimismo, que el espacio de las asociaciones es importante porque «demuestra que la gente está interesada en hacer cosas» y representa inciativas como la de los bancos de tiempo, las que promueven el voluntariado o el consumo responsable.

Ellos cambiaron su tiempo en la organización del mercado por la satisfacción general tras demostrar que la riqueza no es sólo cuestión de dinero y que la cita va más allá del trueque.

Artículos Relacionados

----