Políticas Públicas

«En 5 años el 30% de la compra pública debe ser producto local»

El IX Congreso de EHNE-Bizkaia decidió desarrollar «nuevas herramientas para profundizar en la soberanía alimentaria». Reforzará el movimiento Etxalde e impulsará el ingreso de nuevos baserritarras, para lo que pide protección de la tierra, compra pública de productos locales y salarios justos. ¿Qué balance realizan del IX Congreso de EHNE-Bizkaia el último día de noviembre […]

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El IX Congreso de EHNE-Bizkaia decidió desarrollar «nuevas herramientas para profundizar en la soberanía alimentaria». Reforzará el movimiento Etxalde e impulsará el ingreso de nuevos baserritarras, para lo que pide protección de la tierra, compra pública de productos locales y salarios justos.

¿Qué balance realizan del IX Congreso de EHNE-Bizkaia el último día de noviembre en Murueta? [JUANJO BASTERRA]

Positivo. Fue muy participativo y estuvimos cómodos en el debate. Se hacía una entradilla a los temas y la participación fue importante. Fue un congreso tranquilo.

¿Qué destacarían del mismo?

Avanzamos en el desarrollo de las herramientas que necesitamos para la soberanía alimentaria en Euskal Herria. Es preciso articular ese sujeto sobre el que va a pivotar la soberanía alimentaria. Le llamamos Etxalde, que es un movimiento, que el núcleo serán los baserritarras pero, en torno al mismo, irá creciendo la adhesión social a la soberanía alimentaria. Tras este congreso, EHNE-Bizkaia descarga toda su parte ideológica y política en el movimiento Etxalde y va a mantener más servicios, más internos.

¿Qué herramientas son necesarias en este momento?

El acceso a la tierra, cómo ayudar a que la gente joven pueda optar a ayudas de las políticas públicas. Con la compra pública se pueden obtener mejoras importantes en el sector. Nos hemos marcado un objetivo de conseguir en cinco años que el 30% de la compra pública de productos alimentarios en Euskal Herria sea local. Otras herramientas serían disponer de una pequeña industria transformadora. En Karrantza, por ejemplo, con el tema de la leche. Necesitamos herramientas también para llegar a la población, porque con los grupos de consumo hemos conseguido una sensibilización, pero tenemos que llegar a las grandes urbes como Bilbo. Ahí nuestros productos no logran romper algunas barreras. Pedimos a los políticos que actúen y que favorezcan esa llegada de productos a los centros urbanos.

¿No favorecen ese paso?

No. Porque ponen inconvenientes a la hora de instalar cualquier tipo de mercado. Lo dedican todo a la parte más turística y folclórica de la alimentación. Creemos que la alimentación es un derecho de la población.

¿Hay que crear mercados locales como antaño?

Necesitamos muchas herramientas, mercados y facilidad para acceder a los mismos. Necesitamos distribución, y distribuidoras en manos campesinas, que el pequeño y mediano comercio que empiece a trabajar con valores diferentes a los de las grandes superficies, entre otras muchas. Al final, la idea es que los ciudadanos puedan tener acceso a un producto local y de temporada.

¿Tienen pensado cómo debe ser esa distribuidora?

Estamos haciendo pequeños experimentos con pequeñas distribuciones, que se refuerza con los grupos de consumo. Porque, además de verduras, estamos ante productos que no se pueden conseguir aquí tan fácilmente como el aceite, naranjas y frutas concretas, siempre bajo la prioridad de la temporada.

¿Cuentan con alguna iniciativa más?

Desde setiembre suministramos a la Ikastola de Durango. Lleva dos años intentando cambiar un poco el sistema de alimentación que tienen en el jantoki. Fueron haciendo pruebas y un grupo de baserritarras aportan los productos de temporada. La característica es que son baserritarras recién instalados -como Alazne Intxauspe-. Es otro mercado para los nuevos baserritarras.

¿Como el jantoki de Larrabetzu?

Sí. Lo que ocurre es que allí es autogestionado, en este caso es vía catering, que ha aceptado esos productos cercanos. Fue una apuesta de los padres que presionaron y se ha logrado.

¿Los padres deben provocar ese cambio en las materias primas que reciben sus hijos en las ikastolas o escuelas públicas?

Sin duda. Es importante este caso de Durango como experimentación para ir implantado. Muchos padres están concienciados, pero reconocemos que no hay producción suficiente. Para ir hacia la soberanía alimentaria necesitamos que la gente joven se instale e ir también a diversificar las ventas con los grupos consumo, comedores y otros mecanismos.

¿Hay suelo para que se instalen los jóvenes baserritarras?

Sí, aunque hay una pérdida muy grande, por lo que habría que protegerlo. Está habiendo una `artificialización’ de la tierra. Necesitamos leyes que protejan la tierra. Las diputaciones tienen fondos de tierra. Han repartido más de 100 hectáreas. Hay municipios que actúan en esta línea alternativa de crear empleo y calidad de productos. Son Zeberio, Urduña y Ajangiz, que tienen proyectos pequeños de banco de tierras unidos a viviendas, donde se están instalando 6 o 7 familias.

¿También se necesitan políticas públicas de acceso al mercado?

Efectivamente. Porque está ocurriendo con el TTIP (Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea), que nos dicen que vamos a poder exportar productos a América y Canadá, cuando lo que quieren es importar transgénicos y productos hormonados. Si no somos capaces de llegar al mercado cercano, cómo vamos a ir a América. Hay una campaña fuerte de Vía Campesina porque lo que hay detrás es la llegada de la baja calidad, transgénicos y la utilización de la tierra para el fracking, porque quieren bajar las leyes protectoras, al contrario de lo que reclamamos. Será muy perjudicial, sin duda.

¿El sector agrario está en crisis?

Sí, pero hay alternativa y nos estamos instalando gente joven. Con unas políticas públicas adecuadas y favorecedoras se podría generar mucho empleo. Deberían de favorecer el acceso a semillas, el acceso al mercado, etc. En otros países donde se da ese paso avanza la soberanía alimentaria, el empleo y la calidad de la producción.

¿Cómo?

Necesitamos asegurar un salario a quienes acceden al sector, porque es precario. Más allá de discutir precios, es necesario establecer un salario para que pueda vivir el sector y pueda salir de esta lucha neoliberal, donde la materia prima se paga muy baja y al consumidor le llega a un precio excesivo. Se está avanzando con estas nuevas maneras de distribuir, de concienciarse e impulsar.

¿Siguen en Vía Campesina?

Sí. De hecho, en 2017 la Conferencia Mundial será en Euskal Herria. Hay que prepararse.

ALAZNE INTXAUSPE – ASIER ARANGUREN
Nuevos miembros de la ejecutiva de EHNE bizkaia
 
GARA

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