Finanzas Éticas

«Los agricultores peruanos controlan la Bolsa de Nueva York»

Estuvo hace unos días en Bilbo explicando la experiencia de Oikocredit en Perú. Admite que se decidieron por impulsar la actividad del desarrollo agrícola porque es donde se puede hacer más por sacar a la gente de la pobreza. Los cooperativistas peruanos están conectados a la Bolsa de Nueva York. CARINA TORRES. Responsable de Oikocredit en […]

3 marzo 2015
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Estuvo hace unos días en Bilbo explicando la experiencia de Oikocredit en Perú. Admite que se decidieron por impulsar la actividad del desarrollo agrícola porque es donde se puede hacer más por sacar a la gente de la pobreza. Los cooperativistas peruanos están conectados a la Bolsa de Nueva York.

CARINA TORRES. Responsable de Oikocredit en Perú.

Oikocredit es una cooperativa internacional de finanzas éticas que canaliza los ahorros de personas y organizaciones comprometidas de países desarrollados hacia la financiación de proyectos empresariales con contenido social en países en vías de desarrollo. Tiene 40 años y cuenta ya con más de diez años implantada en Hego Euskal Herria. Estos días atrás estuvo Carina Torres, de Oikocredit Perú, explicando el desarrollo agrícola que impulsan al otro lado del Atlántico.

[Juanjo Basterra] ¿Por qué la inversión se ha dirigido a la agricultura cooperativa allí en Perú?

[Carina Torres] Decidimos seguir con las microfinanzas, pero desde el sector agrícola, porque el pacto en términos de desarrollo económico y social es más evidente. La forma que financiamos es directa, sin intermediarios. Entramos en las zonas rurales porque se hace frente a la pobreza y se toca el tema de género.

¿No hay intermediarios en la agricultura?

Hablando estrictamente de financiamiento en la agricultura no ven muchos bancos. Porque es muy riesgoso. Puede que una gran empresa tenga acceso a la banca comercial, pero un agricultor no. Se juntan, se asocian cooperativas y nosotros sí que les atendemos.

¿Cuántos atiende Oikocredit?

En total son 173 asociaciones de productores a nivel mundial. En Perú tiene 46 organizaciones en la cartera de créditos, 24 son organizaciones de pequeños productores. Son microfinanzas. Esas 24 juntan a 20.000 agricultores en café, cacao, banano y productores de alpaca. El efecto es grande en Perú.

¿Por qué Perú es más agrícola?

Es la región andina. Perú tiene junto a Colombia organizaciones de pequeños productores organizados. Si vamos a Centroamérica, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica también tienen mucha producción y organizaciones de productores.

¿Sigue existiendo el problema del acceso a las semillas, como ocurrió hace unos meses?

El acceso a la semilla se vive de diferente medida: los arroceros tienen problemas. Pero nosotros tenemos nuestros viveros, no necesitamos importar. En Argentina, Uruguay y Colombia sí ha sido un problema, por el alto precio.

¿Es una amenaza que hacen las grandes corporaciones transnacionales?

Sí. Pero le voy a decir que depende mucho del ministro de Agricultura de turno, si es fuerte o no.

¿Hay producción de transgénicos?

En Perú, felizmente no. No dejan entrar, aunque en Paraguay, Argentina y Uruguay, sí como es la soja. Oikocredit promueve lo orgánico y lo ambiental. Pero en esos tres países, muchos agricultores no han tenido mayor acceso a la agricultura que a través de los transgénicos. Nuestra labor es seguir apoyándoles a sus cooperativas, pero en la medida de lo posible, que vayan cambiando de producción transgénica.

¿La soja transgénica es atractiva?

Mucho. Es un 50% más de ingreso que un arrocero.

¿Por qué hay tanta diferencia?

Es un tema de mercado internacional. Viene de unos años atrás. Toda esta producción se usa como biocombustible. Los agricultores de América Latina se fijan en la Bolsa de Nueva York, porque sus precios se negocian y se especulan en el mercado de futuro de las materias primas. Saben al momento cómo cotiza el café. En realidad, los precios de esas producciones se fijan fuera de la tierra de los agricultores. No tienen control, muy poco. Algunos tienen para vender a la baja. Cuando empecé hace seis años en Oikocredit, mi experiencia era solo de microfinanzas, pero me tuve que aprender todo esto que tiene que ver con la bolsa y los valores. Es increíble escuchar a un pequeño agricultor cómo habla del precio en bolsa de su producto.

No me imagino a un baserritarra que piense en la Bolsa de Nueva York, sino en la de Bilbo -Carina, se ríe-. ¿Qué da Oikocredit a esas cooperativas para atraerlas?

Las cooperativas dan servicio adicional: asistencia técnica, control de la salud, etc. Es estar ahí donde te necesita, aunque a veces acuden a los intermediarios a pagar al contado, sí, pero te roba en el precio de otros productos. Las cooperativas buscan no solo que sean atractivas por el precio, sino por una manera de vivir de la agricultura por medio del comercio justo que promovemos.

Pero, ¿el comercio justo puede hacer frente a la red comercial transnacional?

Trata de hacerlo. Por lo menos lo que rescato del sistema justo, que las cooperativas tienen estos premios sociales para invertirlo en ellos mismos, en su empoderamiento. Es una certifi- cación que va a lo social, que promueve la transparencia, lo democrático y la participación. El comercio justo está abriéndose camino. Y son los propios agricultores los que van revisando precios en mesas con tostadores, supermercados… los grandotes tratan de bajar y los agricultores de subir. Es la lucha.

¿Qué créditos entregan?

Desde 100.000 dólares a 10 millones de dólares. El promedio son 450.000 dólares al año para capital de trabajo (circulante). Luego para inversiones.

¿Hay fallidos?

La mayoría son puntuales. Tenemos dos casos en Perú, uno en Nicaragua y otro en Costa Rica.

¿En 40 años de Oikocredit cuánto ha financiado?

2.000 millones en préstamos acumulados. Tenemos 700 millones en préstamos vivos ahora y hemos ayudado a 1.800 organizaciones. Ahora hay más de 800 con préstamos. Hemos crecido al 15% en plena crisis. En los próximos años se espera un crecimiento algo más contenido, pero sigue habiendo demanda porque en el sur no tienen acceso a canales convencionales.

GARA

 


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