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Subirats: “El gran objetivo de la democracia debería de ser construir un mundo común”

Joan Subirats intervino en Sarriko para explicar que se debe «reinventar otra política para otra economía». Explicó que «la crisis pone en cuestión las reglas de juego», lo que es aprovechado por el poder para cambiar «el paisaje», porque «cuando salgamos de este túnel, nada será igual en el mundo del trabajo, en la actividad […]

29 junio 2012

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Joan Subirats intervino en Sarriko para explicar que se debe «reinventar otra política para otra economía». Explicó que «la crisis pone en cuestión las reglas de juego», lo que es aprovechado por el poder para cambiar «el paisaje», porque «cuando salgamos de este túnel, nada será igual en el mundo del trabajo, en la actividad social o en la Enseñanza», dijo Subirats.

[Juanjo BASTERRA] El curso de verano de Sarriko sobre «Los mercados frente a la democracia», organizado por REAS Euskadi, la UPV-EHU y BizBAK, cerró con tres tesis que aportaron debate, puesto que el capitalismo no admite la democracia, el poder del pueblo. Joan Subirats, del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Barcelona, remarcó la idea de «reinventar otra política para otra economía» y añadió la idea de que «el gran objetivo de la democracia debería de ser el de construir un mundo capaz de incorporar a todos. Un mundo común».

Esther Vivas, del Centre d’Estudis sobre Moviments Socials de Barcelona, pasó por segunda vez por Bilbo en veinte días. Impulsa el 15M en la capital catalana y enfocó su intervención en las alternativas para el control político y ciudadano de la economía. «La movilización en la calle y en los movimientos sociales es la primera premisa, ya que no habrá cambios espontáneos desde arriba», remarcó.

Mientras que Pedro Ibarra, profesor de la UPV-EHU, cerró el curso con su intervención sobre «los límites de las actuales democracias frente a los poderes financieros». Porque, a su juicio, la crisis económica actual está dejando más patente, si cabe, el hecho de que «haya grupos económicos que sustituyan, en la práctica, a los representantes políticos en la toma de decisiones». Esa realidad, «constituye una agresión democrática», dijo Pedro Ibarra.

«En suspenso»

Joan Subirats dejó claro que la crisis «pone en cuestión las reglas de juego». Esa posición, sin embargo, no debería conllevar la pérdida de derechos una vez que «salgamos del túnel, como así lo escenifican algunos». Sin embargo, este profesor y escritor del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Barcelona, sostuvo que «cuando salgamos de este largo túnel, nos encontraremos con un paisaje distinto. No hay vuelta atrás. Se producirá una discontinuidad que afecta al mundo del trabajo, a la familia, a la actividad social, a la corrupción, a la Enseñanza».

Subirats advirtió que se está produciendo un «cambio económico de gran nivel. La lógica comercial se libra fuera de las ataduras del territorio». En este sentido, recordó que el 26% de las transacciones financieras del mundo las están aplicando las máquinas [ordenadores] por medio de los algoritmos, como también se escuchó en la primera jornada del curso de verano «Los Mercados frente a la democracia». La razón de que sean las máquinas se encuentra en el mundo de las emociones. «Las máquinas no tienen emoción, saben que cuando llega a un nivel por arriba o por abajo tienen que vender y comprar, sin ninguna interferencia emocional o sentimental. Se hace, y punto».

A su juicio, los gobiernos se encuentran en una fase de ruptura con el pasado reciente en el que se aceptó que el mercado era la base de la economía y los gobiernos ajustaban los «efectos colaterales» que producía en cuanto a «una redistribución de la riqueza» para compensar el desequilibrio que produce el mercado por el mercado. Sin embargo, la crisis ha puesto en cuestión, a juicio de Joan Subirats, todo eso, y, por lo tanto, remarcó que «nos encontramos en la tercera revolución industrial, internet». De esta manera, «los problemas trascienden a territorios, se globalizan. No se sabe dónde empieza o termina la soberanía». De ahí que, como explicó este catalán, «movimientos como el 15M hayan puesto en cuestión al ámbito político, porque no nos representan. Porque el capitalismo y democracia nunca han estado bien avenidos».

A su juicio, «la democracia sigue siendo el campo de batalla en el que dilucidar el futuro colectivo. Situémonos en la posibilidad de avanzar hacia otra democracia de lo común». Para ello, concluyó que el modelo cooperativista surgido en torno a Arrasate es «más resistente a la crisis, porque es la reaparición de lo común. Se acerca más a la producción distribuida y descentralizada, es decir, al gobierno de lo común que es lo contrario de la propiedad».

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