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Troika, Gobiernos y Multinacionales en Bilbao

Sus propuestas se dirigen a consolidar el poder de dominación de los ricos contra las mayorías sociales; diseñan un nuevo orden feudal blindado por su policía. El 3 de marzo se organiza en el museo Guggenheim de Bilbao la primera edición del Global Forum Spain con el lema «España: de la estabilidad al crecimiento». A […]

28 febrero 2014

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Sus propuestas se dirigen a consolidar el poder de dominación de los ricos contra las mayorías sociales; diseñan un nuevo orden feudal blindado por su policía.

El 3 de marzo se organiza en el museo Guggenheim de Bilbao la primera edición del Global Forum Spain con el lema «España: de la estabilidad al crecimiento». A este foro asistirán el presidente del Gobierno español y varios de sus ministros; mandatarios de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE; presidentes y consejeros delegados de empresas transnacionales; el lehendakari, alcaldes y autoridades de la Comunidad Autónoma Vasca.

Según Urkullu, este foro es «una oportunidad para Euskadi porque se va a debatir sobre un modelo de crecimiento basado en la eficiencia, la competitividad y la internacionalización».

Hace unas semanas, el diario económico «Cinco Días» anunciaba este evento con el titular «Un foro como el de Davos, pero en el mismo Bilbao». Y es que la reunión de las personas más ricas del mundo que se realiza a principios de cada año es, efectivamente, el modelo a seguir en un encuentro que estará blindado y cerrado al debate. En él se hablará de capitalismo puro y duro, de medidas al servicio de las multinacionales y las clases dominantes. Todo ello con el objetivo de fortalecer la imagen del Estado español y de las multinacionales, empleando un sólido aparataje mediático para tratar de dirigir las miradas a las cifras de las grandes corporaciones y bancos y vender, una vez más, la idea de que se ha iniciado la «senda de la recuperación» tras la crisis financiera y económica.

Para ello, entre los invitados se encuentran los líderes de las principales instituciones que nos gobiernan, como el FMI, la Comisión Europea y el Eurogrupo, conformado por los ministros de Economía de la UE. Son ellos quienes dictan las políticas de ajuste estructural a cambio de préstamos que garantizan la continuidad de la deuda ilegítima. Y tienen sus razones: han convertido una tremenda injusticia -la de salvar con una multimillonaria financiación pública a los responsables de la crisis financiera- en una extraordinaria oportunidad de negocio para los grandes capitales.

El Gobierno español, organizador del evento, tiene claro los puntales sobre los que ha de sustentarse el proyecto de marca España: crecimiento económico, atracción de inversión extranjera y ampliación de mercados para las grandes compañías españolas. Así, su política económica se orienta en ese sentido, a pesar de que en el último año hayan ido quedando en entredicho los estandartes de este proyecto de marca-país: el primero de ellos, Eurovegas, que se presentaba como un modelo ejemplar para la atracción de capitales extranjeros y creación de empleo, no hace falta recordar cómo ha terminado; los segundos, las obras de ampliación del Canal de Panamá y de construcción del AVE a La Meca, que reproducen las mismas lógicas de la burbuja inmobiliaria y del tsunami urbanizador que hemos vivido aquí y cuyos efectos, desgraciadamente, conocemos bien.

Pero es que, además, las políticas de «eficiencia, competitividad e internacionalización» no van a producir los supuestos beneficios que las inspiran: según un reciente informe del Servicio de Estudios del BBVA, el crecimiento previsto para el año 2014 (el 0,9% del PIB) dará lugar a un aumento del empleo neto de 60.000 puestos de trabajo; con el desempleo actual, el mantenimiento de ese ritmo exigiría ¡100 años! para eliminar totalmente el desempleo. Apostar por el crecimiento económico para acabar con el desempleo, como hacen tanto la troika como los gobiernos español y vasco, es una apuesta insostenible, ya que con el actual modelo productivo basado en el uso intensivo de recursos naturales ese crecimiento es ecológica y socialmente insostenible. Junto a ello, se justifica la durísima reforma laboral de 2012 y su probable ampliación en la necesidad de reducir el coste del trabajo para mejorar la «competitividad» de las empresas y así aumentar las exportaciones y el empleo. Sin embargo, el aumento del poder empresarial para modificar las condiciones de trabajo no ha conducido a la creación de empleo, sino que se ha incremento el ritmo de su destrucción.

Por su parte, las políticas del Gobierno vasco, tanto del anterior como del actual, son una versión algo edulcorada de las del gobierno central, pero no tanto por un mayor «espíritu social» como por la mayor fortaleza del sindicalismo combativo y del movimiento social. El Plan de Empleo 2014-2016 prevé aportaciones presupuestarias que no permitirán la eliminación de un desempleo que, en el último año, ha aumentado más que el del Estado español, a la vez que no contempla la creación directa de empleo por el sector público; todo ello, cuando las ampliaciones de las jornadas pactadas están siendo acompañadas de despidos del personal eventual en las administraciones públicas. A la vez, el acuerdo fiscal que han alcanzado PNV, PSOE y PP renuncia a obtener los ingresos fiscales necesarios para mantener y mejorar el empleo público y para ampliar las prestaciones sociales, otorgando un trato fiscal muy favorable a las rentas del capital. Mientras tanto, la patronal vasca se felicita por las sucesivas reformas laborales y por el final de la ultractividad de los convenios.

Junto a la Troika, las instituciones internacionales y los gobiernos español y vasco, los otros actores fundamentales de este evento son las empresas transnacionales. No en vano, el Club de Exportadores e Inversores Españoles y el Consejo Empresarial para la Competitividad son también organizadores del Global Forum Spain. Por eso, en una de las mesas centrales, «La competitividad de la economía europea en un mundo global», van a intervenir los presidentes de Telefónica, BBVA, Inditex e Iberdrola, cuatro ejemplos de grandes corporaciones expertas en amasar ganancias a costa de la explotación de las y los trabajadores, la destrucción del medio ambiente, la especulación financiera y la acumulación por desposesión.

Ahí estará César Alierta, presidente de Telefónica, que formó parte -al igual que Sánchez Galán, de Iberdrola- del grupo de directivos que el pasado enero acompañó a Rajoy hasta Washington para promocionar los negocios de las grandes empresas españolas en Estados Unidos. Alierta, que en 2012 se embolsó un sueldo de 6,35 millones de euros al tiempo que anunciaba un ERE que afecta a 6.830 trabajadores y trabajadoras, defenderá en el foro el modelo de «eficiencia y competitividad» que sigue su empresa: subcontratación, despidos, represión sindical… A su lado, Francisco González, presidente del BBVA -cargo por el que cobró 2,96 millones y más de un millón en acciones en 2012-, es un claro representante del modelo financiero y de sus malas prácticas: junto a sus inversiones poco éticas, como la financiación de empresas de la industria del armamento o de proyectos energéticos que supondrán graves impactos ambientales, sociales y culturales, el BBVA es responsable del 12% de los desahucios por impago de hipotecas en el Estado español y forma parte del entramado financiero que ha causado la actual crisis de deuda pública.

Junto a ellos se sentarán Pablo Isla e Ignacio Sánchez Galán, presidente y consejeros delegado de Inditex e Iberdrola, respectivamente. Siguiendo la senda de Amancio Ortega, su predecesor en el cargo y máximo accionista del grupo, Isla cobró un salario de 9,4 millones de euros en 2012 -sin tener en cuenta otros pagos en acciones o fondos de pensiones- y ha combinado una imagen pública de «empresario de éxito» con las graves denuncias por explotación laboral en los talleres que Inditex tiene subcontratados por todo el mundo. Por su parte, Galán, que ganó 6,27 millones de euros ese mismo año -sin contar otros 1,15 millones en acciones-, no mencionará que el crecimiento global de las operaciones de su compañía se sostiene sobre la violación de los derechos económicos, sociales y culturales de millones de personas y la destrucción del planeta.

Desempleo, empobrecimiento, desigualdad, exclusión social, pérdida de derechos… todas ellas son secuelas de las políticas que han impuesto los protagonistas de este foro. Sus propuestas se dirigen a consolidar el poder de dominación de los ricos contra las mayorías sociales; diseñan un nuevo orden feudal blindado por su policía. Pero fuera de su castillo, las organizaciones sociales, los sindicatos, el movimiento popular y las víctimas de tanto atropello discutiremos sobre cómo desarrollar alternativas fuera del capitalismo, hablaremos de la marcha por la dignidad del 22 de marzo y de la Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria y, además, nos movilizaremos en contra de la cueva de ladrones en que han convertido al museo Guggenheim.

Ane Garay Zarraga, Erika González y Pedro Ramiro; Júlia Martí Comas; Mikel De La Fuente Lavín y Juan Hernández Zubizarreta.

Miembros del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL), integrante del Colectivo RETS, y profesores de la UPV/EHU

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