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Un manifiesto reivindica en Bilbo una sociedad más abierta y solidaria

Más de 2.000 personas, así como cientos de organizaciones, han suscrito un manifiesto en Bilbo en el que se comprometen con la construcción de una villa más abierta y solidaria. La iniciativa, que surge como reacción a la oposición vecinal en Txurdinaga a la instalación de un centro asistencial, incide en que la apertura o […]

4 marzo 2010

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Más de 2.000 personas, así como cientos de organizaciones, han suscrito un manifiesto en Bilbo en el que se comprometen con la construcción de una villa más abierta y solidaria. La iniciativa, que surge como reacción a la oposición vecinal en Txurdinaga a la instalación de un centro asistencial, incide en que la apertura o cierre de estos equipamientos, así como la política social municipal, no puede moverse por estados coyunturales y sí por la planificación eficaz.

[Agustín GOIKOETXEA – Gara] Un centenar de personas, en representación de los 2.085 ciudadanos y cientos de organizaciones sociales, políticas, sindicales y vecinales que han rubricado el documento, reivindicó ayer ante el Consistorio bilbaino «una ciudad integradora con aquellos sectores de la población más excluidos». Lo curioso del caso es que entre los firmantes se encuentran PSE y EB, cuyos grupos municipales junto a los de PNV y PP respaldaron el 25 de noviembre un comunicado en contra de la apertura del centro de día de baja exigencia Onartu en el barrio de Txurdinaga.

La profunda preocupación generada en los últimos años por el rechazo vecinal a la ubicación de determinados servicios para personas en situación de exclusión social -el último con Onartu, de Bizitegi- les anima a defender que es «prioritario» que estas infraestructuras asistenciales existen allá donde sean necesarias. «Una sociedad que sabe detectar los problemas que ella misma genera y que sabe dar respuestas a ellos positivamente, es una sociedad más respetuosa y más habitable para todas las personas que la conforman», declaró el profesor universitario Alfonso Dubois.

Ahondando en ello, Josetxu González, presidente de la Red de Economía Alternativa y Solidario de Euskadi (REAS), abogó porque todos los ciudadanos se muestren dispuestos a acoger estos equipamientos, «desde los valores propios de la solidaridad, la corresponsabilidad social y el respeto a los derechos de los otros y otras. De esta manera -subrayó- estaremos construyendo un barrio y una ciudad cada vez más justa e integradora».

Dubois resaltó la responsabilidad de las instituciones públicas en proveer de recursos sociales precisos para cubrir las necesidades básicas de los colectivos más desfavorecidos, sin olvidar el papel que debe jugar la sociedad civil.

Frente a las presiones de grupos vecinales que se oponen para defender intereses particulares, amparados en ocasiones en la «inhibición» de las administraciones, González manifestó que «la apertura o el cierre de recursos y centros sociales, así como la política social de un ayuntamiento en materia de bienestar social, tiene que depender de la planificación eficaz y de la razón sosegada y no de estados coyunturales que puedan ser instrumentalizados para crear alarma social».

ONG «imprescindibles»

Además, los firmantes del documento destacan el papel que juegan las organizaciones sociales no lucrativas, a las que definen como «herramientas imprescindibles de las que la propia ciudadanía se ha dotado, no ya para atender o prestar solamente un determinado servicio, sino para construir un tejido social más cohesionado». Se trata, por tanto, de promover el trabajo conjunto entre instituciones, asociaciones y ciudadanos para promover la inclusión social y la construcción de una cultura solidaria.

La presentación del manifiesto, tal y como señaló Juan Ibarretxe, de la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en Euskadi (EAPN), permitió percibir el «alto grado de pluralidad» que ha concitado. Así, junto a miembros de organismos sociales y personas que reciben el apoyo de los proyectos impulsados por éstos, se pudo ver al portavoz del PSE en el Ayuntamiento de Bilbo, Txema Oleaga; Arantza Urkaregi y Borja Sarrionandia-Ibarra, de la izquierda abertzale; Jon Sustatxa, de EB; Josu Murgia, de Aralar; y a Oscar Matute, de Alternatiba.

BILBON, GIZARTE “SOLIDARIOAGOA” ERAIKITZEKO DEIA EGIN DUTE HAINBAT ERAGILEK

Bazterketa egoeran daudenen eskubideak errespetatzeko «ardura» eskatu diete herritar eta instituzioei.

[Maite ASENSIO – Berria] Gizarte eta hiri irekiago eta solidarioagoen alde manifestua aurkeztu zuten gizarte bazterketaren aurkako hainbat taldek atzo Bilbon, «eraikitzen ari garen hiri eta gizarte ereduari buruzko gogoeta» bultzatzeko. Besteak beste, pertsona guztien eskubideak errespetarazteko «erantzukizuna eta borondate politikoa» eskatu zizkieten erakunde publikoei, eta baztertutako sektoreekin «arduraz eta elkartasunez» jarduteko herritarrei. 2.000 lagunek baino gehiagok sinatu dute, baita hainbat erakunde sozialek, auzolagun elkartek, sindikatuk eta alderdi politikok ere.

Baztertuta dauden pertsonak laguntzeko zerbitzuen kokapenaren harira, azken urteotan sortu diren hainbat eztabaidak kezka eragin dute taldeotan. «Gure auzoak eta hiriak ezin egitura daitezke eta gure gizarte eta garapen ereduen ondorioz baztertuta daudenak alde batera utzi», dio manifestuak. Gizartearen kohesioa lortze aldera, administrazioak eta herritar guztiak inplikatzeko eskatu dute, «gizarteardura partekatuan eta besteen eskubideen errespetuan oinarrituta».

MÁS DE 2.000 CIUDADANOS PIDEN UN BILBAO MÁS SOLIDARIO

[El País-País Vasco] Más de 2.000 ciudadanos y «cientos» de organizaciones sociales, políticas -PSE, Ezker Batua, Aralar y Alternatiba- y sindicales -como las centrales ELA, LAB, UGT, ESK y STEE-EILAS- se han adherido a un manifiesto que reclama que Bilbao sea una ciudad «abierta y solidaria» con los desfavorecidos.

El escrito tiene su origen en la «profunda preocupación» de sus promotores ante las diversas polémicas «en relación a la ubicación de determinados servicios sociales». En concreto, los firmantes de la declaración citan el caso del centro Onartu, un proyecto para crear un local para personas sin hogar en el barrio de Txurdinaga que se ha topado con la oposición de los vecinos del barrio. Este caso refleja, según dichos colectivos, el «aumento de comportamientos insolidarios» entre la población. Más allá del ejemplo concreto, el texto subraya la necesidad de planificar mejor las políticas sociales.

EL AYUNTAMIENTO DE BILBAO HARÁ UNA «RADIOGRAFÍA» DE SUS RECURSOS SOCIALES

Se compromete con las entidades solidarias a «trabajar para que no vuelvan a ocurrir» casos como el de Bizitegi en Txurdinaga.

[Solagne VÁZQUEZ – El Correo] El Ayuntamiento pondrá en marcha un equipo técnico que realizará una «radiografía» de los recursos sociales de Bilbao, donde se plasmarán las necesidades de la ciudad, los recursos con los que cuenta para atender a los más desfavorecidos y las iniciativas futuras que se pueden llevar a cabo en este ámbito, según avanzó ayer el concejal de Acción Social, Ricardo Barkala. Esta medida forma parte de un acuerdo más amplio alcanzado con algunas de las principales redes solidarias que trabajan con víctimas de la exclusión, además de Bizitegi, la asociación asistencial cuyo proyecto de abrir un centro diurno para ‘sin techo’ en Txurdinaga se frustró a principios de año debido al rechazo vecinal y de todos los grupos municipales.

Al margen de iniciativas concretas, el espíritu del pacto, que el concejal del área presentará hoy a los distintos partidos, consiste en «trabajar para que no vuelvan a ocurrir casos como el del Txurdinaga», que puede sentar un precedente problemático en la villa. Un episodio que todavía está pasando factura al Consistorio. Sin ir más lejos, representantes de distintas agrupaciones que trabajan con colectivos desfavorecidos, apoyadas por algunos grupos políticos locales -PSE y EB, entre otros- y agentes sociales de toda índole -como sindicatos y la Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbao-, se apostaron ayer mismo frente al Ayuntamiento para hacer pública su «preocupación ante las diversas polémicas que estos últimos años ha provocado la ubicación de determinados servicios sociales, la más reciente, la del Centro Onartu de Txurdinaga».

Apoyo de 2.000 ciudadanos y cientos de organizaciones

El manifiesto, firmado «por 2.000 ciudadanos y cientos de organizaciones», alerta de «las presiones de determinados grupos vecinales que defienden intereses particulares, amparados en ocasiones en la inhibición de las instituciones, y que pueden dar al traste con políticas sociales necesarias».

Un ataque «injusto»

Asimismo, recriminaron a las instituciones, especialmente al Consistorio, «no haber sabido gestionar con la suficiente responsabilidad estas polémicas que después han derivado en conflictos sociales y vecinales importantes». Los convocantes del acto, que resumieron su postura en un manifiesto aprovecharon la ocasión para llamar la atención sobre «el aumento de comportamientos insolidarios entre nuestra ciudadanía». Respecto al contenido de esta declaración, Barkala aseguró «estar cansado de que arremetan contra el Ayuntamiento de Bilbao, que es el único de Vizcaya que hace los deberes en este ámbito» y tachó de «injusticia» el ataque a la ciudadanía.

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