Guía de Consumo Responsable de Burgos
En cada acto de compra podemos decidir el tipo de sociedad que queremos
El consumo responsable es un concepto defendido por multitud de organizaciones sociales que consideramos que los seres humanos haríamos bien en cambiar nuestros hábitos de consumo, ajustándolos a nuestras necesidades reales y optando en el mercado por iniciativas que favorezcan la conservación del medio ambiente y la igualdad social.
Esta Guía de consumo responsable pretende facilitar al consumidor de a pie el ejercicio de un consumo más crítico y responsable, informando de los puntos de venta en la ciudad de Burgos de productos ecológicos, de comercio justo y empresas de economía social. En estas empresas e iniciativas se tienen en cuenta además de los criterios económicos, valores éticos y ecológicos que abarcan aspectos tanto sociales como ambientales.
El comercio justo es una respuesta eficaz y concreta a la reducción de la pobreza, a la crisis alimentaria y económica, y al cambio climático. Es una relación de intercambio basada en el diálogo, la transparencia y el respeto que busca una mayor equidad en el comercio internacional, asegurando los derechos de los productores y trabajadores más desfavorecidos, especialmente en el Sur.
Las empresas de economía social ofrecen calidad, profesionalidad y cercanía en los trabajos que desarrollan, por lo tanto, generan actividad y riqueza económica y lo hacen desde un compromiso con el entorno y con las personas, fomentando en la sociedad la contratación y compra de servicios y bienes con criterios éticos, responsables y solidarios. Las empresas de inserción ofrecen como valor añadido, un instrumento para la inserción sociolaboral de personas en situación o riesgo de exclusión social.
Los productos ecológicos ofrecen al consumidor garantías sobre el proceso de producción o elaboración ecológica de los alimentos, tal y como queda definido en las normativas legales que lo regulan. La agricultura y ganadería ecológicas se basan en el respeto medioambiental y el bienestar animal, el mantenimiento de la fertilidad de la tierra, el respeto a la biodiversidad, la utilización de métodos de producción naturales (no intensivos), y la ausencia de fertilizantes y fitosanitarios de origen químico.
Las administraciones públicas pueden apoyar el consumo responsable mediante la práctica de la Compra Pública Responsable. Son aquellas operaciones de adquisición pública que tienen en cuenta una o varias de las siguientes consideraciones: la promoción del trabajo decente, el respeto de los Derechos Humanos y laborales, el apoyo de la inclusión social (incluidas las personas con discapacidad), la economía social, la promoción de la igualdad de oportunidades, la incorporación de criterios de sostenibilidad o de comercio justo.