Ecologismo

Ante la crisis ecológica, más activismo económico

La crisis ecológica es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad en el presente siglo. Frente a la fantasía del capitalismo “verde”, la economía social y solidaria se presenta como un modelo económico y empresarial que sí respeta los límites del planeta.

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Sesión de la Escuela de Activismo Económico (Autoría: Ecooo)

Artículo de Luis Esteban Rubio (Integrante de Ecooo, del Mercado Social de Madrid y del think tank EcoPolítica. Doctorando en filosofía del Derecho (UC3M).

La crisis ecológica (climática, energética y de recursos) es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad en el presente siglo. Y ante dicha crisis, el modelo económico y empresarial capitalista, por muy “verde” que pretenda ser, se encuentra estructuralmente incapacitado para darle solución de forma satisfactoria. Y ello es debido a, al menos, dos motivos principales.

En primer lugar, el capitalismo “verde” parte de la hipótesis de que es posible realizar un crecimiento económico “verde” desacoplando el crecimiento económico del impacto de éste sobre el clima, los recursos energéticos y los recursos materiales. Sin embargo, la evidencia científica sostiene que esta hipótesis, que es la base del capitalismo “verde”, no es realizable a gran escala ni en la actualidad, ni el futuro. El capitalismo “verde” es, pues, una mera fantasía.

Y, en segundo lugar, las grandes empresas del modelo económico y empresarial capitalista tienen como principio base de su funcionamiento el ánimo de lucro y la maximización de beneficios. De forma tal que, ante un conflicto entre maximización de beneficios y sostenibilidad del planeta, de forma mayoritaria las grandes empresas capitalistas han optado, siguen optando y seguirán optando por priorizar el lucro y la maximización de beneficios.

Por estos motivos, se hace necesario y prioritario construir un nuevo modelo económico y empresarial que respete los límites del planeta. Y, en este sentido, el modelo propuesto por el movimiento cooperativista y de la economía social y solidaria podría ser un digno candidato. Y lo podría ser por dos motivos principales:

En primer lugar, el modelo de producción de la economía social y solidaria sitúa los derechos humanos, el bienestar animal, el bien común de la sociedad, la sostenibilidad del planeta, el no ánimo de lucro y la relocalización de la economía en el centro del proceso productivo de bienes y servicios.

Y en segundo lugar, el modelo de consumo de la economía social y solidaria se apoya en cuatro elementos fundamentales: por un lado, la importancia de distinguir entre necesidades y deseos; por otro, el consumo de bienes y servicios debe estar más orientado a la satisfacción de necesidades que a la de deseos; a su vez, el consumo de esos bienes y servicios debe realizarse desde la moderación; por último, dicho consumo ha de llevarse a cabo en el mayor grado posible en las cooperativas y entidades de la economía social y solidaria para garantizar que, lo que se consume, ha sido producido respetando los elementos mencionados en el párrafo anterior.

No obstante, y a pesar de la necesidad y urgencia de construir un modelo económico y empresarial que se guíe por estos principios, en el espacio progresista, durante décadas, las fuerzas se han focalizado principalmente en los partidos políticos, los movimientos sociales y los sindicatos, pero no en las cooperativas. Sin embargo, si se quiere tener alguna posibilidad de abordar de forma mínimamente satisfactoria la crisis ecológica (y muchos otros retos de nuestro tiempo), en el espacio progresista se debe comenzar a interiorizar que: por un lado, también se han de focalizar fuerzas en la construcción del movimiento cooperativista y de la economía social y solidaria; y, por otro, y siguiendo el espíritu del Foro Social Mundial, que sólo con la acción coordinada de, al menos, partidos políticos, movimientos sociales, sindicatos y cooperativas (y entidades de la economía social y solidaria) se podrá tener alguna mínima posibilidad de abordar satisfactoriamente la crisis ecológica.

Una escuela para el activismo económico

Con este marco, en 2019 surgió en Madrid -de la mano de Ecooo-, y en 2020 se extendió a Barcelona -de la mano de LabCoop-, la Escuela de Activismo Económico. Y lo hizo con tres objetivos principales: por un lado, movilizar las fuerzas de la juventud universitaria y de ciclos superiores de FP hacia la (re)construcción del movimiento cooperativista y de la economía social y solidaria. Por otro, ofrecer a dicha juventud un programa de formación de carácter principalmente práctico en otro modelo de hacer economía y empresa -el del movimiento cooperativista y de la economía social y solidaria-. Y, por último, que dicha juventud mejore su empleabilidad en cooperativas y entidades de la economía social y solidaria, favoreciendo con ello su acceso al mercado laboral.

Y si bien durante los peores momentos de la pandemia la Escuela tuvo que bajar su nivel de actividad, gracias a la mejora de la situación sanitaria la Escuela de Activismo Económico vuelve en este curso a retomar su actividad a pleno rendimiento: la sede de Madrid pone en marcha un nuevo grupo de la Escuela a finales de noviembre y otro a principios de febrero. Su programa de formación -de carácter práctico, presencial y gratuito-, estará compuesto por cuatro actividades.

En primer lugar, tres sesiones de formación inicial, donde se introducirá al alumnado en los principales modelos económicos y empresariales, se expondrán las bases de la economía social y solidaria, y se presentarán las seis cooperativas sin ánimo de lucro que forman parte de la Escuela y donde el alumnado realizará su activismo económico (La Corriente, Som Energia, La Osa, SuperCoop, Fiare Banca Ética y Mercado Social de Madrid).

En segundo lugar, siguiendo la metodología learning by doing (aprender haciendo), y como actividad principal de la Escuela, el alumnado desarrollará un activismo, durante al menos tres meses, en una de las cooperativas sin ánimo de lucro de la Escuela. El activismo se realizará en el área de actividad de la cooperativa que combine los intereses de cada alumno/a y las necesidades de la propia cooperativa. Igualmente, en cada entidad habrá una persona responsable del alumnado de la Escuela. A su vez, y en todo momento, el alumnado estará cubierto por un seguro de voluntariado de responsabilidad civil y otro de accidentes.

En tercer lugar, el alumnado, a lo largo de sus meses de activismo, disfrutará también de tres sesiones de formación complementaria que versarán sobre cómo trabajar en equipo, cómo llevar a cabo buenas presentaciones en público, y cómo poner en marcha proyectos empresariales de la economía social y solidaria.

Y, por último, el alumnado asistirá a un encuentro destacado de la economía social y solidaria, como podría ser el Idearia (encuentro bienal de referencia de la economía social y solidaria del Estado español), que en principio está previsto que se pueda celebrar en Madrid en la primavera de 2022, coincidiendo además con el 10º aniversario del Mercado Social de Madrid (cooperativa integral de referencia de la economía social y solidaria de la Comunidad de Madrid).

De esta forma, y con este programa, la Escuela de Activismo Económico ofrece así una educación económica y empresarial a la juventud universitaria y de ciclos superiores de FP para que se convierta en un actor destacado de la necesaria y urgente construcción de un nuevo modelo económico y empresarial que logre abordar la grave crisis ecológica de nuestro tiempo.

Para inscripciones, y para más información, visita la web de la Escuela de Activismo Económico: https://escueladeactivismoeconomico.org/

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