Ecologismo

Ecosol: Colectividad y desarrollo de territorios como estrategias de combate a la pobreza

«No se supera la miseria en la individualidad”. El comentario es de Joaquim Melo, coordinador general del Instituto Palmas, organización de la sociedad civil que actúa en la gestión y difusión de la Economía Solidaria (Ecosol) en Brasil. Para Joaquim, la principal contribución de la Economía Solidaria en el combate a la pobreza y a […]

6 junio 2011

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«No se supera la miseria en la individualidad”. El comentario es de Joaquim Melo, coordinador general del Instituto Palmas, organización de la sociedad civil que actúa en la gestión y difusión de la Economía Solidaria (Ecosol) en Brasil.

Para Joaquim, la principal contribución de la Economía Solidaria en el combate a la pobreza y a la miseria, está en el desarrollo de los territorios y en el incentivo de la colectividad. Ayer (2), la presidente Dilma Rousseff lanzó el «Plan Brasil sin Miseria”, que presenta la economía solidaria como una de las estrategias de combate a la extrema pobreza.

El coordinador del Instituto Palmas revela que la economía solidaria es una importante herramienta de combate a la pobreza y a la miseria, porque contribuye a la organización y a la participación social. Explica que la gran idea de la Ecosol es organizar a las personas «socio-productivamente”, o sea incentivar a la población a articularse no solo en torno a la producción, también alrededor de la colectividad.

«La lógica de la economía solidaria es reforzar lo colectivo y desarrollar los territorios, es incentivar a las personas a participar en la comunidad y a ayudar al desarrollo local, porque cuando el territorio se desarrolla, la persona crece con más facilidad. A diferencia del capitalismo, cuya lógica es individualista. Porque sola, la persona no se desarrolla,” explica.

Una de las estrategias de superación de la pobreza extrema, presentadas ayer en el Plan Brasil sin Miseria, es justamente la economía solidaria. Melo evalúa la intención del Plan como «admirable”. Pero, destaca que algunos puntos todavía necesitan ser más detallados, como por ejemplo, en ámbito de la Ecosol, explicitar que estrategias y que etapas serán desarrolladas en la realización del Plan. «Falta una estrategia colectiva y organizada. No se hace economía solidaria del día para la noche”, comenta.

En su perspectiva, todavía no sabe de que «forma el programa va a organizar a las personas para lograr la superación de la pobreza”. Para él, es importante que se trabaje con la organización social orientada hacia el colectivo, según la propuesta de la economía solidaria.

Además, observa que «todavía no se sabe cómo será la estrategia de la política de crédito [del Plan]”. Explica que es fundamental que los créditos lleguen a las cooperativas de economía solidaria, situación que podrá ser dificultada en caso los recursos sea canalizados a través de los bancos. «Los bancos oficiales no saben lidiar con esta cuestión. El dinero quedaría perdido en la burocracia y no llegaría a los más pobres”, expresa.

Otro punto del Plan destacado por Melo, es el «Sello Verde”, que consiste en pagar trimestralmente, R$300 a las familias que promuevan la conservación ambiental. El coordinador del Instituto Palmas considera la iniciativa «excelente”, pero destaca que las empresas también deberían comprometerse a «pagar la cuenta de la polución”.

Explica su observación basado en una iniciativa que se da en dos bancos comunitarios en Rio de Janeiro. Según Joaquim de Melo, los bancos tienen una colaboración con la empresa distribuidora de energía, la cual concede descuentos en las cuentas de luz a los pobladores que reduzcan el consumo. El beneficio, explica Joaquim, es convertido en moneda social del barrio.

Plan Brasil sin Miseria

Lanzado ayer por el Gobierno Federal, el Plan Brasil sin Miseria actuará en el combate a la miseria a partir de tres ejes: transferencia de ingresos, inclusión productiva y acceso a servicios públicos. Entre las estrategias de acción en el eje de inclusión productiva para las áreas urbanas, están: la generación de ocupación e ingresos a través de la economía solidaria, del microcrédito, de la capacitación profesional y del programa microemprendedor individual.

De acuerdo con informaciones del Plan, Brasil todavía tiene 16 millones de personas que están viviendo en la pobreza extrema, o sea, personas cuyo ingreso familiar, dividido entre los integrantes, es igual o menor a R$70 mensuales por persona. De ese total, la mayoría (53%), vive en el área urbana.

Con informaciones de Agencia Brasil

Karol Assunção
Periodista de Adital
Traducción: Ricardo Zúniga

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