El proyecto tiene como objetivo analizar, potenciar y fortalecer los vínculos entre la universidad y las organizaciones de la economía social en el país.

El Centro Internacional de Economía Social y Cooperativa (CIESCOOP) dependiente de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile inició el proyecto de investigación “Fortalecimiento de las Relaciones entre la Universidad y las Empresas de la Economía Social y Solidaria de Chile como base de los procesos de innovación social y productiva”.

Se trata de una investigación de 24 meses, financiada por la Vice Rectoría de Investigación y Desarrollo (VRID) de la Universidad de Santiago, que se concentrará en analizar, potenciar y fortalecer los vínculos Universidad – Empresas de la Economía Social y Solidaria, con el objetivo de mejorar la calidad y pertinencia de los bienes y servicios generados por la organizaciones de este sector, y que impactan directamente en la calidad de vida de sus asociados, sus beneficiarios y las comunidades en las cuales se sitúan, en el marco de proceso de innovación productiva y social.

“La meta principal es generar un espacio de reflexión y acción en relación a la investigación e innovación que la Universidad de Santiago de Chile orienta hacia las empresas del sector de Economía Social y Solidaria en Chile”, indica Mario Radrigán, Director del Centro e investigador en jefe del proyecto.

El trabajo persigue realizar un diagnóstico general de las relaciones que existen actualmente entre la universidad y las organizaciones de la Economía Social, con el fin de generar modelos de buenas prácticas de relación Universidad – Empresa en el ámbito de la Economía Social, orientado a mejorar el desempeño y capacidades de estas empresas y organizaciones, para con ello impactar sobre la calidad de vida de sus asociados, usuarios y comunidades.

Todo esto a través de procesos innovadores en el ámbito económico y social que requieran estas empresas.

RELEVANCIA DE LA ECONOMÍA SOCIAL

Las entidades de Economía Social (ES) desarrollan sus actividades en la totalidad de los sectores de la economía, como por ejemplo el desarrollo rural, el acceso a servicios financieros, la vivienda, el acceso a servicios como agua potable y electricidad, generación de ingresos y acceso al mundo del trabajo, educación, salud, seguros y una diversidad muy amplia de otros sectores.

Estas entidades generan más de 11 millones de puestos de trabajo en el mundo y sus asociados tienen un peso significativo a nivel de la sociedad y la economía.

“En América Latina no existen estadísticas tan certeras, pero un estudio realizado por la FUndación Iberoamericana de Economía Social (FUNDIBES) el año 2009 arroja provisionalmente la existencia de más de 700.000 organizaciones de la Economía Social, con cerca de 14 millones de asociados, y que tienen sus raíces en procesos histórico-sociales por más de un siglo y medio”, explica Radrigán.

Según explica Radrigán, las entidades de la Economía Social, especialmente en América Latina concentran sus actividades y su base social en sectores populares y capas medias de la sociedad. “Y si bien, la mayor parte de ellas corresponden a importantes esfuerzos de emprendimiento social desde la base, esto mismo lleva a que en muchas ocasiones sus promotores, dirigentes y empleados tengan severos déficit en materia de gestión y desarrollo empresarial, como también en materias técnicas de los bienes y servicios que sus propias organizaciones producen y distribuyen”, agrega el investigador.

Desde esta óptica, el proceso de fortalecimiento de este tipo de entidades tiene una relación directa con el diseño e implementación de políticas y programas públicos adecuados, como también por el desarrollo del capital humano presente en este tipo de organizaciones, y en la generación y distribución de conocimiento pertinente y aplicado acerca de sus realidades, desafíos y vacíos.

El proyecto planteado apunta a mejorar y potenciar una relación estrecha, fluida y permanente entre el medio universitario y las entidades de la Economía Social, se orienta a reforzar uno de los objetivos históricos de este tipo de organizaciones y que son una característica distintiva como lo es el desarrollo económico y social de sus asociados, usuarios y sus entornos locales y regionales, a través de la innovación en la gestión organizacional, para mejorar el nivel de competitividad de estas organizaciones, de tal forma que contribuye  a mejorar su calidad de vida e inclusión social.

“Si los productos, resultados e impactos del proyecto son alcanzados, este deberá redundar concretamente en el mejor desempeño de las propias entidades de la economía social, y por ende de los servicios que reciben sus asociados, usuarios y comunidades”, concluye Radrigán.

Es importante destacar que, en marco de las actividades desarrolladas por CIESCOOP, se han establecido diversas alianzas de trabajo con diversas universidades a nivel internacional, tanto de América Latina como de Europa, así como también con actores empresariales de la Economía Social.