Dossier «Otras formas de medir (y entender) el desarrollo» Nº41 de ESF

Crisis, indignación y alternativas económicas: diálogos entre economistas y más (Bilbao)

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Crisis, indignación y alternativas económicas: diálogos entre economistas y más (Bilbao)

Introducción de Mª Luisa Gil Payno, Economistas sin Fronteras y Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo

Hace décadas que desde el mundo académico y numerosos espacios de la sociedad civil se cuestiona el protagonismo del PIB como indicador de referencia para medir el «éxito» de los países y la validez de sus políticas públicas. La propia realidad se impone y nos muestra constantemente, y con creciente intensidad, lo inadecuado que es este indicador para guiar nuestras aspiraciones y orientar nuestras políticas públicas. Así lo reflejan las múltiples crisis multidimensionales (ecológica, sanitaria, de cuidados, de desigualdad, de derechos humanos, democrática, etc.) y la agudización de numerosos problemas cuyo origen está íntimamente relacionado con un sistema económico que persigue a toda costa el crecimiento económico medido a través del incremento del PIB.

Repensar nuestros sistemas de medición es importante, pues hablar de indicadores es hablar también de hacia dónde nos dirigimos y de cómo llegar hasta allí. Como sostienen Stiglitz et al1., «aquello que medimos conforma los objetivos que nos marcamos colectivamente» y «afecta a lo que hacemos, y si nuestras mediciones son erróneas, nuestras decisiones pueden verse distorsionadas».

Así, la hegemonía del PIB es reflejo de que el crecimiento económico es el objetivo prioritario de nuestras sociedades y economías y lo que determina en gran medida las principales decisiones políticas. Frente a esto, cobran especial relevancia y urgencia preguntas como las que nos plantea Julia Steinberger en el primero de los artículos del dossier, ¿de qué dependemos?, ¿Qué es lo que nos hace bien, lo que nos permite vivir una vida buena y saludable?, es decir, ¿Qué economía necesitamos para, como defiende la economía feminista, tener vidas que merezcan la alegría de ser vividas?

En este marco de referencia, el dossier nos invita a reflexionar sobre otras formas de medir y entender el «desarrollo». Un término controvertido y en disputa que entrecomillamos por sus connotaciones economicistas y occidentalocéntricas y que, pese a todo, utilizamos, por falta de una alternativa más apropiada, para referirnos, en términos amplios, a una economía y unas políticas que nos permitan vivir una vida buena.