Ecologismo
Amazon: a costa de ti, a costa del planeta
Amazon es una multinacional que está arrasando el comercio de cercanía, apenas paga impuestos, explota a las personas empleadas y contamina el planeta. Repasamos las consecuencias de comprar en Amazon.
Charo Morán. Área de Consumo de Ecologistas en Acción. Revista Ecologista nº 106.
Ecologistas en Acción celebra cada año el día sin compras coincidiendo con el llamado Black Friday. La última campaña ha ido dirigida sobre Amazon un gigante que está arrasando el comercio de cercanía, apenas paga impuestos, explota a las personas empleadas y contamina el planeta.
El 27 de noviembre el Área de Consumo de Ecologistas en Acción celebró, como todos los años desde 2004, el Día Internacional sin Compras, una jornada internacional de huelga consumista que este año se dedicó a Amazon, la multinacional tecnológica que copa el mercado de venta on-line.
Los efectos de la covid-19 han multiplicado las compras on-line y el principal beneficiado por ello es Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, dueño de Amazon. Mientras millones de personas se empobrecían por los efectos de la pandemia, el gigante del comercio digital logró, en los nueve primeros meses de 2020, un incremento de beneficio neto del 69 % con respecto al mismo periodo del año pasado.
Amazon está modificando nuestra manera de comprar pero también nuestra percepción del tiempo y la distancia. Pone a nuestros pies un bazar gigantesco global, donde todo está a nuestro alcance, las 24 horas del día. Un consumismo acrítico a golpe de clic, que siguió funcionando mientras las tiendas de barrio y los grandes almacenes estaban cerrados, y sólo se podían comprar productos de primera necesidad presencialmente.
El gigante es mucho más que una plataforma de compra-venta de productos. Su modelo de negocio acapara muchos sectores: desde la farmacéutica al entretenimiento, desde los libros hasta la alimentación, desde los medios de comunicación hasta los viajes espaciales.
Pero además, está posicionada en un lugar de privilegio en el mundo de comercialización de datos. Junto con Google o Facebook, es el Gran Hermano, que controla los algoritmos que proporcionamos a través de nuestros dispositivos digitales. La Comisión Europea ha acusado formalmente a la multinacional Amazon de haber utilizado información confidencial de empresas que utilizan la plataforma de ventas, violando de esta forma las reglas comunitarias de competencia. Nuestros datos, nuestros deseos, nuestros gustos, no tienen secretos para ellos y suponen, una fuente de negocio de enorme magnitud.
Ecologistas en Acción celebra cada año el Día sin Compras coincidiendo con el llamado Black Friday. La última campaña se ha centrado en Amazon, un gigante que está arrasando el comercio de cercanía.
La previsión es que Amazon cierre el año con un millón de empleados, 300.000 más de los que tenía a finales del 2019. Sus rápidas tasas de crecimiento incrementan la creación de empleo pero, en paralelo, destruyen dos en negocios y comercio de proximidad. Así, sus centros logísticos suponen una competencia desigual hacia la economía local. La distribución de productos se concentra cada vez más, el pequeño comercio, ya muy perjudicado por la gran superficie y los hipermercados, está siendo borrados de un plumazo y, con ellos, la vida de barrio.
Empleados, falsos autónomos
Por otro lado, los empleados y empleadas de Amazon, sufren peores condiciones laborales, con salarios que están alrededor de un 10 % por debajo de la media del sector (1) Además, las contrataciones eventuales de la multinacional, pueden ser incluso menores al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Muchas veces se trata de falsos autónomos, en los que la persona trabajadora tiene que poner su propio vehículo y asumir los costes de la seguridad social. El gigante tecnológico está en el punto de mira por casos de vigilancia y medidas disciplinarias denunciadas por los sindicatos.
Los trabajadores y trabajadoras se enfrentan a unas condiciones precarias, con salarios por debajo del Salario Mínimo Interprofesional y como falsos autónomos
También se trata de un modelo de negocio que no revierte en la comunidad. Mientras que por cada 100 euros gastados en el pequeño comercio, 45 se quedan en la economía local, los gastados en una gran superficie suponen solo 14 euros y, para el caso de Amazon, prácticamente nada…
Las cuatro sucursales de Amazon en España tributan en nuestro país desde 2015. Sin embargo, estas filiales facturan en gran medida en Luxemburgo, donde se encuentra la sede de la compañía, beneficiándose así de una legislación fiscal más favorable. El volumen de negocio de Amazon en nuestro país fue de casi 500 millones de euros en 2018, pero los impuestos pagados no llegaron a 4 millones de euros. Una aportación irrisoria al arca pública, en proporción, Jeff Bezos paga infinitamente menos impuestos que nosotros y nosotras.
Las tiendas de cercanías están desapareciendo. Avanzamos hacia la extinción del modelo tradicional de tienda de cercanía y el comercio virtual representa algo menos de la mitad de las compras.
Aniquilar las tiendas de cercanía
Avanzamos hacia la extinción del modelo tradicional de tienda de cercanía. En la actualidad, el comercio virtual representa algo menos de la mitad de las compras pero todo parece indicar que aún queda mucho potencial de crecimiento para el sector. Y en este negocio Amazon no para de crecer, con 300 millones de clientes en todo el mundo y la tramitación de 158 paquetes por segundo, es decir 5.000 millones de paquetes anuales. Millones de objetos que cargan una mochila ecológica y social invisibilizada, una vuelta de tuerca de un mercado global que funciona sin conciencia.
Contaminación y residuos
Desde el punto de vista ecológico, el modelo puerta a puerta, supone un incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero y de generación de residuos. Así, la compra por Internet tiene una huella de carbono hasta un 7% superior a la compra física (incluso más si la comparamos con la que se hace en proximidad), debido al enorme consumo de energía de los servidores digitales, y a su mayor necesidad de transporte que congestiona la ciudad y es exigente en transporte de larga distancia hasta los centros de logística. La gran necesidad de embalaje de un solo uso supone un despilfarro de recursos, contaminación y costes de tratamiento de residuos.
Si todo este impacto no fuera suficiente, cerca de tres millones de artículos sin estrenar son incinerados o llevados a vertederos desde los numerosos centros logísticos de Amazon repartidos por todo el planeta. Una obsolescencia del tirar sin usar que supone un incremento de insostenibilidad en un modelo ya de por sí biocida.
Jeff Bezos, incrementa su riqueza día a día, segundo a segundo. Tras el Black Friday, el Ciber Monday y las compras navideñas, los beneficios se disparen aún más con cifras sin precedentes. Con una riqueza de 113.000 millones de dólares en 2020 y un aumento del 15 % en las acciones de Amazon desde 2019, va camino de consolidar un monopolio con capacidad de controlar, las reglas del mercado y, por ende, nuestras vidas.
Proliferan cada vez más voces que alertan sobre la insostenibilidad económica, social y ecológica del modelo Amazon. Y también, se conforman iniciativas de venta on-line en red de libreros, artesanos y de la economía social y solidaria para minorar el deterioro de la economía local.
El modelo Amazon pone el mundo consumista a tus pies, pero sobran los motivos para hacerle boicot. Necesitamos fomentar una cultura de suficiencia, reparar, intercambiar, crear y, si has de comprar, mejor presencialmente y en el comercio de proximidad.
(1) Molina, C. (2020). El lado oscuro de los derechos laborales de Amazon que no se ve en el ‘Black Friday‘.