Economía Solidaria

Ataretaco, un proyecto ejemplar en Europa que sopla 40 velas

Del “romanticismo” con el que nació en Taco en 1985 se ha pasado a una profesionalización de resultados muy evidentes que, eso sí, sigue contrarrestando desde lo social el neoliberalismo imperante

11 enero 2025

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Un artículo de Álvaro Morales en Diario de Avisos.

Lo primero que dice su director, Luis Jorge Sánchez, es que, desde lo social, intentan paliar el neoliberalismo imperante en gran parte del sistema. Con lo que remata la charla su presidente, Pedro Ángel Armas, es mucho más esencialista, pero también justificado: cree que hoy sobran demasiados discursos y faltan hechos, resultados, acciones… Por eso, y preguntado por cuál ha sido el mejor año de Ataretaco, el proyecto de formación, empleo y solidaridad con personas con dificultades de integración laboral surgido en Taco en 1985, se queda precisamente con ese primer año por “el romanticismo que había, la implicación, el compromiso, la ilusión, la utopía y las ganas de hacer cosas, aunque no tuviéramos experiencia”.

Y vaya que si han hecho: en estos casi cuatro decenios, a punto de soplar las 40 velas, la iniciativa ha cambiado la vida, para bien, a miles de canarios y, como recalca su director, sirve de referente en la UE, es de las más exitosas de España y debería quitar un poco los habituales complejos isleños de no estar a la vanguardia, de ese supuesto aplatanamiento o lentitud canaria desmentida por tantas cosas durante muchos siglos.

El pasado 3 de diciembre, se presentó un libro que resume este proyecto señero, obra de una de sus fundadoras, Rosario Pino Capote (fallecida en 2023). Un trabajo que, titulado “Fundación Ataretaco, una respuesta solidaria”, condensa no sólo lo hecho, sino cómo fue creciendo la idea y demostrando su acierto y resultados. Sin embargo, su mirada se enfoca, sobre todo, en sus primeros 15 años y, por eso, conviene también hablar de lo hecho desde entonces, del presente y futuro de una iniciativa que, por ejemplo, en los últimos 10 ejercicios ha atendido a 13.563 personas, ha dado formación a 7.797 e integrado laboralmente a 1893.

Obras del complejo que levanta Ataretaco en Arafo

Además, ha tratado un total de 27.058 toneladas de residuos, entre otras cosas porque, mediante la Fundación y las tres empresas surgidas a su vera, ha puesto especial foco desde hace años en el reciclaje, la economía circular y, por ende, la sostenibilidad.

Unas cifras comprobables que, si se atiende a los cálculos del director hacia atrás, hasta 1985, se elevan a unas 23.400 personas atendidas, 14.600 formadas y 3.550 empleadas en empresas privadas o en las propias de este proyecto ejemplar, con unas 50.800 toneladas de basura tratadas. Valga como muestra que, en el año con mayor facturación, 2021, gestionaron 5,4 millones de euros, de los que un 65% procedieron de recursos propios y un 35, de aportaciones públicas (ahora en un 50-50).

En la actualidad, cuentan con 96 trabajadores propios en todo el grupo. Una cifra que, en ese 2021, fue casi el doble (183), pero porque habían desarrollado hasta entonces proyectos pioneros en la UE desde hacía un decenio mediante subcontrataciones que, ahora, justo cuando más se está fomentando el retorno social y medioambiental (cláusulas sociales) en la contratación de empresas por parte de la administración pública, acaparan, de momento, otras compañías grandes, aunque Ataretaco seguirá aspirando en el futuro a algo en lo que también fue vanguardia (con una media de 80 empleos en el complejo medioambiental de Tenerife para separar residuos).

250 empleos al año

Fruto de su labor en los últimos años, una media de entre 200 y 250 personas formadas en este proyecto logran cada ejercicio un empleo en empresas externas o propias (un 10%, 23-24). Unos trabajadores que, en el caso de la integración social, consiguen un empleo de, al menos, 3 años, con acompañamiento psicológico y de otras especialidades para resolver otros problemas que padezcan.

Como se explica en la obra de Capote, Ataretaco surgió en paralelo a otra iniciativa de igual prestigio en Tenerife y luego Canarias, Proyecto Hombre, si bien con la diferencia de que ésta se centró en personas con problemas de adicciones y la primera, aunque trabajó la prevención de drogadicciones, puso el foco en las que sufrían exclusión social o riesgo de padecerla, como parados de larga duración, mayores de 55 años, mujeres víctimas de violencia machista, colectivos que padecían también grandes obstáculos para obtener formación y empleo, presos y otros grupos con especiales dificultades de integración laboral.

Ataretaco es, por tanto, una fundación privada, sin ánimo de lucro y de interés público que levantan un grupo de activistas mediante una iniciativa de Cáritas. Cuenta con un consejo de fundadores (60 personas), un patronato y consejo de administración (9), una dirección y la plantilla. Gran parte de su actividad la ha desarrollado en Tenerife, pero lleva tiempo ya en Gran Canaria y ha desarrollado formación y actividades en otras islas en coherencia con su condición y ambición regional.

Y para quitarse ese estigma o tara habitual de “chiringuito o kiosco social subvencionado”, sus actuales dirigentes subrayan el cumplimiento de normativas tan prestigiosas en el mundo como la ISO 9.000, la 14.000, una normativa alemana que les permite vender el aceite vegetal usado doméstico (una de sus principales actividades), la EMAS (“que no la tiene práctica-mente nadie”) y otra que les posibilita eliminar la destrucción documental confidencial, entre otras. “Esto nos permite ir por ahí y decirle a cualquiera que somos tan buenos como los demás o mejores y, además, con alma social”, recalca Sánchez.

Entre otras muchas aportaciones, fueron pioneros en tener plan de igualdad (2017), un portal de transparencia antes de ser obligatorio, en disponer de or-ganigramas hacia afuera y, mucho antes, en la elaboración de itinerarios personalizados de integración laboral (desde hace mucho estandarizados y totalmente extendidos) por la contribución de profesores de Trabajo Social de la ULL convertidos en cofundadores en los 80.

Crear empresas

En un momento determinado, se percatan de que necesitan crear empresas, cuyos beneficios, de darse, se reinvierten en ellas en un 80% y el resto, financia la fundación. Lo hacen para seguir con sus objetivos de “transformar la sociedad, intentar dejar atrás ese mercado neoliberal e ir a otro modelo, la economía social y solidaria”, en palabras de Sánchez.

Un director que antes de entrar en esta experiencia había conocido a fondo esa competencia capitalista ejerciendo de comercial en multinacionales, por lo que puede comparar y, de hecho, lamenta que en las Islas no siempre se valore una trayectoria como ésta cuando hay pocas compañías tan exitosas en España (“salvo alguna en Navarra y menos en Cataluña, País Vasco y Baleares”). Un proyecto convertido en verdadero referente de lo que busca la UE respecto a la intervención social, la creación de empleo y la gestión medioambiental, en coherencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Como resume Armas, “algo novedoso, ejemplar, completo y exportable, y más en la era de los robots, tal y como ya dijimos en 1985”.

En 2007, surge la Ley estatal de Empresas de Inserción, aunque ya había un proyecto regional desde 2005 y Ataretaco había creado la primera compañía de este tipo en las Islas. Además, ahora apuestan por un gabinete de prevención psicológica estrenado hace dos semanas para tratar a los trabajadores y para “cuidar también a los cuidadores”.

Nuevas oportunidades

Ataretaco es consciente de los cambios de los modelos productivo y social, y que se les abren ahora muchas oportunidades con los contratos reservados, las cláusulas sociales y la ley de Residuos y Suelos Contaminados de 2022, que obliga a que la gestión, por ejemplo, de lo textil o voluminosos tenga que licitarse a empresas de economía social en un 50%. Por eso, han comprado una nave industrial en Gran Canaria en 2023 en la que han estado trabajando 6 años y, sobre todo, edifican un complejo en Arafo que llaman “centro de economía circular”, con una inversión de unos 4 millones y un total de 2.500 metros para la separación y reutilización de textiles (“para no enviarlo a Chile o Ghana”), electrodomésticos, envases y plásticos para hacer listones similares a la madera para diversos usos, como juegos infantiles y otros. Un proyecto con el que contratarán, al menos, a 14 personas (en la línea con ese euro de más pagado por una prenda para reciclarla, lo mismo que con la electrónica de grandes casas).

Aunque mucho más profesionalizados, el romanticismo de aquellos visionarios de 1985 sigue dando frutos, confirmando la economía social como viable y nada quimérica y cuestionando el neoliberalismo tan endiosado por muchos y la mecanización que orilla a las personas.

Diversos casos emblemáticos de reconversión vital y para el trabajo

Aunque sin dar nombres, Armas y Sánchez (foto) resaltan algunos ejemplos meritorios de alumnos que se reintegraron en el mercado laboral. Es el caso de un hombre que estuvo 11 años en prisión y que, en colaboración con La Caixa, ha trabajado ya 18 años en el grupo como operario de almacén. Eso sí, siempre con retos como aprender a hacerse su currículo, sacar carnés de conducir, Secundaria…Otro caso es el de una señora que entró como usuaria y ahora es monitora del taller para la reutilización del textil u otra que ya es una de las conductoras veteranas.

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