Como red que promueve la solidaridad económica y social en el Estado español, y que se articula también en un movimiento internacional formado por miles de organizaciones y personas en todo el mundo, manifestamos nuestra solidaridad con el pueblo palestino y el rechazo a las guerras y los conflictos armados, responsables anualmente de la muerte de miles de personas así como de la destrucción de los territorios donde se generan.

El ataque de Hamás así como, especialmente, la respuesta desmedida de las fuerzas israelíes han causado este mes más de 10.000 muertes (casi la mitad de ellas de menores de edad), una masacre contra población civil que censuramos firmemente. Ante esto, nos sumamos a la petición de Ripess, la red intercontinental de Economía Solidaria, para que “se respeten los tratados internacionales de la Convención de Ginebra y apoyamos el llamamiento del Secretario General de la ONU a favor de un alto el fuego y de la entrega de ayuda humanitaria, que actualmente es muy insuficiente y cubre menos del 3% de las necesidades diarias de agua y alimentos de Gaza”.

Pedimos, así mismo, al Gobierno del Estado español y a la Comunidad internacional una respuesta contundente para parar esta masacre, así como para encontrar una solución definitiva a este conflicto que ponga fin a la violencia y a la ocupación de Gaza y Cisjordania, ilegal como ha determinado la ONU y que vienen condenando a la población palestina a vivir en un estado permanente de violencia y de apartheid como ha denunciado Amnistía Internacional. Instamos, por tanto, a la Comunidad Internacional a promover de manera decidida y definitiva un proceso de paz y de diálogo que defienda los Derechos Humanos y la libre determinación de los pueblos.

Nos unimos con esto a las voces de la sociedad civil que está manifestando en las calles su completa repulsa de la situación, e invitamos al movimiento de la Economía Solidaria a sumarse a los actos de protesta y de apoyo al pueblo palestino que se están sucediendo en todo el Estado.

Remarcamos así el origen pacifista del movimiento por las Finanzas éticas del que somos también parte, y recordamos el poder que la ciudadanía tiene para no apoyar la industria de armamento que está detrás de conflictos como éste. Como defendíamos a raíz de la Guerra de Ucrania: si no queremos guerras, tenemos el poder de desvincularnos de ellas no financiándolas con nuestros ahorros. Así mismo, destacamos otras herramientas de activismo económico que tenemos a nuestro alcance como el boicot a productos israelíes o a marcas que apoyan a Israel y su ocupación, acciones que ponen en valor la capacidad de incidencia política que como personas consumidoras tenemos.

Como defiende en su Carta de Principios, el movimiento de Economía Solidaria apuesta firmemente por poner la vida en el centro; lo que implica priorizar las personas, comunidades, pueblos, culturas, entorno ambiental y bienes comunes por encima del capital y de su acumulación, responsables últimos de éste y otros conflictos armados. Ante esto, redoblamos la puesta en valor de los principios que nos inspiran, como la cooperación, la reciprocidad, la autogestión y la solidaridad, como ingredientes indispensables para la paz.