2009 era la fecha a la que se referían, aquellas feministas que tienen un poco de memoria histórica, como la última vez que hubo un encuentro que agrupara al activismo feminista a nivel estatal. En este caso, la convocatoria la hacía el Ministerio de igualdad, y no el movimiento feminista autónomo, y el encuentro, de carácter internacional, tenía vocación de generar espacios de reflexión y articulación en el Estado español para construir alianzas feministas, invitando a activistas, académicas, políticas y mujeres de todo el mundo a dialogar para “llegar a consensos que permitan hacer frente a los discursos y políticas reaccionarias, desarrollar políticas públicas y potenciar la voz de las mujeres en todo el mundo para ampliar derechos feministas”.

Tras superar una inscripción que, a ratos, parecía una especie de Yincana o un plan maquiavélico para evitar el akelarre, miles de feministas llegamos a un encuentro articulado en dieciocho mesas paralelas y dos plenarias en las que, entre otros temas, se habló de la lucha contra las violencias machistas; de una nueva cultura que garantice la libertad sexual de las mujeres; de políticas a favor de los derechos sexuales y reproductivos en todo el mundo, de redistribución de la renta y la riqueza como prioridad para un mundo feminista; del derecho al cuidado y la corresponsabilidad; de cómo avanzar hacia una justicia feminista; del derecho a la salud y especialmente a la salud mental; de los derechos LGTBI como derechos feministas; de ecología, guerras y derechos humanos en la agenda feminista; el antirracismo; o de la importancia de construir una cultura feminista.

Era tal el nivel y la diversidad de las invitadas que se hacía muy difícil elegir las mesas. Entre otras, a nivel estatal participaron referentes como: Yayo Herrero, antropóloga, ingeniera, profesora y activista ecofeminista española, Nerea Barjola, investigadora y autora del libro “Microfísica sexista del poder”, Brigitte Vasallo, escritora e investigadora con especial interés en la diferencia sexual y en la memoria de la diáspora rural, Remedios Zafra, escritora, ensayista y profesora especialista en ciberfeminismo, Irantzu Varela y Cristina Fallarás, periodistas y activistas feministas y Marina Amorés, dedicada a los videojuegos y la comunicación audiovisual, entre muchas otras. A nivel internacional: Vandana Shiva, física, filosofa, escritora y activista india, Rita Segato, escritora, antropóloga y activista feminista argentina, Tamara Tenembaum, escritora y periodista argentina; Sultana Khaya, activista saharaui por los derechos humanos; Ofelia Fernández, legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y colectivos como las abuelas de la plaza de mayo, LASTESIS o activistas chilenas por el derecho al aborto.

“Ojalá tener el don para estar en varios sitios”, fue una de las frases más escuchadas en las colas de acceso. Pero mientras averiguábamos cómo lograrlo, optamos por la estrategia colectiva de repartirnos entre diversas mesas y compartir, entre pasillos y en espacios más informales, todo aquello que nos había interpelado o, incluso, incomodado.  Y como, si no se puede bailar no será nuestra revolución, nos dejamos las suelas de los zapatos, la voz (y diría que alguna neurona por deshidratación) en el akelarre feminista que ponía la guinda final al encuentro del sábado.

Presentado por Inés Hernand y Nerea Pérez de las Heras, el concierto contó con las actuaciones de las artistas feministas de Rap, Rebeca Lane, Miss Bolivia y las vallecanas IRA RAP, una música caracterizada por mensajes comprometidos y un domino de géneros que van desde el rap al reggaetón. Ejemplo, todas ellas, de la contribución de las voces feministas al avance de los derechos de las mujeres.

Para terminar, nos unimos al grito de Nerea Barjola al finalizar su intervención en la mesa de violencias machistas: GORA BORROKA FEMINISTA; Viva la lucha de las mujeres.

En nuestra sección de recursos, puedes ver el vídeo de la jornada de cierre “Feminismo y mujeres en la disputa por el poder”.