Ecologismo

La casa de los Domos y los arquiterros.

Publicado por buscantllavors.org Contaba Santiago en su charla, dentro del taller de superadobe que organizó Pedro, que después de la segunda guerra mundial llegó el auge de la arquitectura como la conocemos hoy. Había que reconstruir Europa y también había que recolocar la fuerza de trabajo y la capacidad productiva hasta entonces ocupadas por las […]

9 octubre 2013
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Publicado por buscantllavors.org

Contaba Santiago en su charla, dentro del taller de superadobe que organizó Pedro, que después de la segunda guerra mundial llegó el auge de la arquitectura como la conocemos hoy. Había que reconstruir Europa y también había que recolocar la fuerza de trabajo y la capacidad productiva hasta entonces ocupadas por las actividades bélicas. El cemento, el acero, la construcción acelerada y el apilamiento de las viviendas respondían a las necesidades de las ciudades en aquel momento y siguen ofreciendo hoy buenas soluciones en ciertos contextos urbanos.

A partir de aquí se da un fenómeno de lo más común. El sector pasa de esforzarse en satisfacer las necesidades existentes a invadir otras no-necesidades (proceso también conocido como “abrir mercados nuevos”). Desde el marketing y la publicidad, hasta la complicidad con la clase política, se recurre a todo tipo de métodos con este fin. Los frutos de esta estrategia son, me cuentan aquí en Colombia, por ejemplo, que en el imaginario de la población las casas de tierra o de madera se asocien a la pobreza o que las casas de cierto programa asistencialista del gobierno o de otras instituciones sean de ladrillo y construidas por ciertas empresas o que la construcción con tierra sea alegal y no venga recogida por ninguna normativa. casa tierra barichara Y de esta manera, se consigue que en las zonas rurales la construcción convencional (ladrillo y cemento) desplace a la construcción tradicional (adobe, tierra pisada y otras nombres de técnica que aprendí en este taller).

Los arquiterros, los que diseñan y construyen casas de tierra, reivindican: las casas de paredes de tierra, las técnicas de construcción propias de cada zona de Colombia (o, puestos a poner, de cualquier sitio), son el resultado de un proceso milenario de prueba-error, de una evolución, contienen entre sus paredes el saber acumulado de cientos de generaciones que perfeccionaron uno de los aspectos más importantes de la vida: la construcción del hogar. Y el resultado son casas que:

  • duran cientos de años [Santiago nos cuenta que a una casa de ladrillo el arquitecto le firma una vida útil de 50 años, mientras él está firmando vida útil para casas de tierra de 3500 años (no, no me he colao con los ceros)]
  • están adaptadas al clima de cada lugar: son frescas de día y templadas de noche, por lo que ahorran energía en climatización y
  • utilizan materiales locales y abundantes (en este caso tierra, en otros lugares piedra, madera…), que abaratan el costo y requieren de menos transporte.
  • requieren menos productos de grandes empresas oligopolísticas, aunque también es verdad que las empresas de arquitectura y construcción ya se han lanzado a patentar métodos pseudo-tradicionales para absorber lo que han identificado como un nuevo mercado.

Desde el punto de vista ambiental, rescatar las arquitecturas basadas en los recursos locales no solamente implica una reducción en transporte. El cemento y el acero son materiales que se obtienen a muy altas temperaturas, es decir, por métodos muy intensivos en energía. Por lo tanto, la construcción convencional es mucho más costosa en términos de emisiones de CO2 y además, como tantas otras prácticas a las cuales estamos buscando la alternativa aquí, no tiene futuro en un escenario de próxima escasez del petróleo.

Pedro, el tallerista que durante 4 días estuvo transmitiendo lo que él había aprendido, construyó la casa de los domos, su casa, con la técnica del superadobe: tierra estabilizada con un bajo porcentaje de cemento. Además de querer vivir de manera mas amigable con el entorno, él me cuenta que su motivación le viene en gran parte del deseo de dejarle a sus hijos algo hecho con sus propias manos. La técnica del superadobe y la construcción con domos permite que alguien con suficientes ganas, unas cuantas manos ayudantes y un poco de asesoramiento pueda construir su propia casa.

construyendo domo domo Me gusta el ejemplo de Pedro porque muestra que cualquier persona puede hacer cualquier cosa. Estamos demasiado acostumbrados a la hiperespecialización, y a la hiperprofesionalidad también. Cada persona tienen una profesión y en ella unas tareas concretas, y hemos llegado a aceptar que no servimos para nada más, que no sabemos hacer nada más (excepto un par de cosas a las que llamaremos hobby). Cada vez más, lo que necesitamos lo compramos (sean bienes o servicios) y nos perdemos el inmenso placer y orgullo de hacer algo con nuestras propias manos.

Estamos demasiado acostumbrados a tener un trabajo impersonal, en que no importa a qué estamos contribuyendo y qué impacto (positivo o negativo) tendrá en quién. Y como consumidores, aceptamos la misma impersonalidad: consumimos cosas que nadie hizo para nosotros, sino para el mercado en general.

La opción de Pedro, y de las personal lindas que conocí en el taller, es vivir en un espacio personal. Cada rugosidad, cada rincón, cada imperfección de la casa es testigo de un momento en la construcción, habla del aprendizaje, o de un momento compartido con los amigos que ayudaron a construir esa pared. En Barichara, Colombia, sí encontré una “república independiente de mi casa”.

pedroensucasa2 

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