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La F.A.O ¿Solución o problema?

La FAO (organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación) se funda en 1944, al tiempo que el nuevo orden capitalista tras la II Guerra Mundial. Su objetivo declarado es luchar contra la inseguridad alimentaria que afecta a más del 20% de la humanidad. Sin embargo, aliada desde su nacimiento con el […]

24 agosto 2012

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La FAO (organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación) se funda en 1944, al tiempo que el nuevo orden capitalista tras la II Guerra Mundial. Su objetivo declarado es luchar contra la inseguridad alimentaria que afecta a más del 20% de la humanidad. Sin embargo, aliada desde su nacimiento con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio, se ha convertido en el brazo técnico del orden alimentario internacional que controla la agricultura y la alimentación.

Al remover todos los obstáculos para el desarrollo de una agricultura y alimentación mundial mercantilizada, ha aumentado la inseguridad alimentaria. Por un lado, promoviendo una agricultura y ganadería industrial altamente dependientes de químicos, maquinaria y energía para un mercado global.

Por otro, fomentando un patrón alimentario basado en proteína animal abundante y barata. Estas políticas son las causantes el hambre en los países dependientes y de la comida basura, la obesidad y las enfermedades alimentarias en los países ricos. El modelo impulsado por la FAO es responsable del empobrecimiento de los suelos, la contaminación de las aguas, la emigración forzosa de los campesinos, el control del ciclo alimentario por parte de las multinacionales y el crecimiento de la deuda externa.

Hoy se producen tres veces más alimentos para el doble de población que en los años 60, pero la cifra de hambrientos se ha disparado a cerca de mil millones de personas. A pesar de ello, la FAO no asume su responsabilidad en la dirección técnica del proceso.

En el año 2008 asistimos a la escalada del hambre por un alza del 100% en el precio de los alimentos básicos. En el contexto de recesión económica mundial producida por la debacle financiera, dichos precios están cayendo pero de la mano de un aumento vertiginoso de la pobreza y la exclusión. Actualmente se está produciendo una nueva escalada del precio de los cereales derivada del descenso de la producción de los mismos en EE.UU por la sequía. Sin embargo, el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO nos da las recetas de siempre. Medidas de índole caritativa para frenar la conflictividad social pero, ayudas a los colectivos excluidos para acceder a los alimentos básicos y subvenciones y créditos para que los pequeños agricultores se impliquen más en el mercado mundial. Medidas a medio plazo: cerrar la ronda de libre comercio de Doha, profundizar en la apertura de los mercados y aplicar las nuevas tecnologías (transgénicos), junto con las preexistentes (abonos químicos y tratamientos agrotóxicos) para intensificar la producción y evitar la lucha por la tierra entre alimentos y carburantes.

La FAO rechaza todas las medidas que limiten la circulación de capitales y la concentración de tierras, recursos agrícolas y alimentarios en manos de las multinacionales. Mientras la cifra de hambrientos y obesos crece con los precios de insumos agrícolas, semillas y fertilizantes. Las instituciones políticas como la FAO, al servicio del mercado global, son responsables de que en estos 70 años, el problema del hambre, se ha agravado con el problema de la comida basura.

No podrían hacerlo sin nuestra colaboración como consumidor@s. En la medida en que nuestro consumo procede de alimentos industriales globalizados y marcas blancas en grandes superficies, cooperamos con el aumento de hambre en el mundo, además de lesionar nuestra salud. Incluso muchos consumidor@s, supuestamente responsables, adquirimos alimentos ecológicos, fuera de temporada y de importación. Hasta ese punto nos tienen controlados. Si queremos formar parte de la solución, debemos cambiar nuestras pautas alimentarias, adecuarlas a los ciclos de la naturaleza y la distribución en circuitos cortos.

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