El cambio climático amenaza a prácticamente todas las economías y ecosistemas del planeta. Pero claramente serán las personas más pobres (del Norte y del Sur) quienes tendrán mayores dificultades para adaptarse.

En la búsqueda de soluciones al cambio climático, los países industrializados deben asumir la responsabilidad de haber provocado la alteración del clima global, y al mismo tiempo prestar la ayuda necesaria y suficiente a los países más empobrecidos atendiendo a las diferentes capacidades.

En concreto, las emisiones en los países del Norte tienen que empezar a reducirse en muy pocos años, cediendo el espacio ambiental a los países empobrecidos, y entrar en una senda de reducción continua de emisiones.

Para no superar la barrera de los 2ºC debemos reducir las emisiones globales un 85% antes de 2050, empezando desde ya, y sabiendo que lo que realmente cuenta es la concentración final de gases de efecto invernadero. En el futuro acuerdo internacional que sustituya al protocolo de Kioto, el reparto de los esfuerzos para reducir las emisiones deberá estar basado en la contribución histórica al cambio climático y en la capacidad para hacerle frente, sea para mitigar sus causas o para adaptarse a sus efectos; necesitamos un acuerdo “climáticamente justo”.

Cada país debe contribuir para que en 2050 cada persona en el mundo pueda emitir lo mismo y dentro de los límites ecológicos del planeta, es decir, 2 toneladas de CO2 per cápita al año.

Durante la cumbre de cambio climático en Copenhague en diciembre, los líderes mundiales podrían tomar decisiones que afecten al futuro de nuestro planeta. Tendrán la oportunidad histórica de comprometerse a realizar acciones para ayudar a protegernos de las desastrosas consecuencias del peligroso cambio climático.

Firma la petición de Amigos de la Tierra Internacional, para pedirles a nuestros/as gobernantes que se comprometan por nuestro clima y por la gente de todo el mundo.