En la actualidad existe una creciente preocupación en nuestra sociedad por la seguridad alimentaria.

Los consumidores queremos saber la procedencia y modo de cultivo de los alimentos y exigimos, cada vez más, que los productos sean sanos, seguros y sabrosos, a la vez que producidos éticamente y de una forma respetuosa con el medio ambiente.

Por otro lado, desde el Comité Económico y Social Europeo se viene reivindicando desde hace años la importancia ambiental, social y económica de la agricultura periurbana, cuya característica principal es la obtención de productos locales y de temporada.

Es necesario que se apliquen instrumentos de ordenación territorial que impidan procesos especulativos que están terminando con el suelo agricola del entorno de las ciudades.

Las Administraciones deben arbitrar instrumentos que apoyen a la agricultura familiar y su comercialización directa, frente a la introducción de alimentos que vienen de lugares cada vez más lejanos, a costes no competitivos para el agricultor y sometidos a largos procesos de conservación que respeten la calidad de los alimentos.

Para que todo esto sea posible es imprescindible un proyecto conjunto entre agricultores, consumidores y administraciones que asegure la protección de los espacios agricolas en el entorno de las ciudades, por su valor paisajístico, productivo, cultural y ambiental. Espacios que además de constituir una fuente de producción de alimentos ecológicos, actúen de pulmón verde y humanicen los entornos urbanos.

Con este I Mercado Agroecológico se pretendemos

• Dar a conocer los productos ecológicos y de temporada cercanos a los lugares de producción.
  
• Establecer lazos entre agricultores y consumidores.
  
• Redescubrir el sabor de los productos.
  
• Dar a conocer los huertos escolares existentes en nuestra ciudad.

Ventajas de la Agricultura Ecológica, de Temporada y de Proximidad

• Acorta la distancia entre el productor y consumidor favoreciendo la confianza sobre la foma en la que se producen los alimentos.
  
• Contribuye a mejorar y avanzar en la salud alimentaria.
  
• Permite que disfrutemos de unos productos más sanos, seguros y sabrosos, libres de transgénicos y productos tóxicos.
  
• Ayuda a mantener la diversidad de variedades locales que hoy están desapareciendo.
  
• Recupera las tradiciones y recetas ligadas a los productos locales.
  
• Permite la supervivencia de la agricultura familiar, favoreciendo mercados estables y precios justos.
  
• Ayuda a valorar el importante trabajo del agricultor en nuestro entorno, otorgando el protagonismo que se merece.
  
• Disminuye los intermediarios y por lo tanto, ofrece unos precios más justos para el productor y consumidor.
  
• Favorece la permanencia de cinturones agrícolas próximos a las ciudades, suelos milenarios, recursos no renovables que han ido desapareciendo mito de la especulación.
  
• Disminuye los costes energéticos, tanto en la producción como en la conservación y en el transporte y por lo tanto, contribuye a la disminución de emisiones de CO2.

En definitiva es una forma de luchar por la soberanía alimentaria al tiempo que trata de recuperar una forma tradicional de comercio justo.