Ecologismo

Juguetes para siempre

La Red Koopera inaugura en Koopera Merkatua (C/ Fernándezx del Campo, Bilbao) una muestra de objetos antiguos para promocionar el reciclaje. Esta exposición pretende destacar la importancia de la socialización del consumo sostenible. Junto con otras actividades de difusión, como la realización de talleres infantiles, esta actividad forma parte de la campaña de AERESS «Juguetes […]

7 marzo 2011

Buscador de noticias

  • Filtra por temática

  • Filtra por etiqueta (Ctrl+clic)

  • Filtra por tipo de contenido

  • Filtra por tipo de recurso

  • Orden de los resultados

NULL
NULL

La Red Koopera inaugura en Koopera Merkatua (C/ Fernándezx del Campo, Bilbao) una muestra de objetos antiguos para promocionar el reciclaje. Esta exposición pretende destacar la importancia de la socialización del consumo sostenible. Junto con otras actividades de difusión, como la realización de talleres infantiles, esta actividad forma parte de la campaña de AERESS «Juguetes con mucha vida«.

[Sandra Atutxa] Siempre que vemos un juguete antiguo es complicado no sentir cierta nostalgia al recordar tiempos pasados. Días de ilusión, de imaginación sin límite que servía para crear historias cuyo protagonista podía ser desde un caballito de madera a soldaditos de plomo o variopintos personajes de papel. Tropezar con juguetes antiguos representa siempre una experiencia grata. Encuentros impactantes que roban sonrisas, independientemente de la edad.

La red social Koopera inauguró ayer en Bilbao una exposición de juguetes retro con la que pretende promover «la reutilización de la producción, la protección del medio ambiente, el consumo sostenible y el comercio justo», explicó Cristina Larrayoz, directora del área de consumo sostenible de Koopera.

En opinión de Larrayoz, esta muestra refleja claramente la filosofía con la que se creó y trabaja Koopera. «Antaño, los juguetes se heredaban de unos a otros. De hermanos mayores a pequeños, a primos… Se pintaban y se arreglaban. Si un niño tenía en casa un padre carpintero que le hacía un camión de madera, ese niño era el rey de la fiesta», comenta. Ahora, todo ha cambiado. «Se rompe un juguete y no se piensa en arreglarlo. Se tira sin imaginar que otros niños pueden jugar con ellos y que su reciclaje contribuye a dar trabajo y crear más ilusiones a otros pequeños», afirma.

Son otros tiempos, con otros juguetes. Otra mentalidad, pero «lograr el equilibrio sostenible», depende fundamentalmente de la labor de los consumidores, apunta Larrayoz. «Por mucho que nosotros hagamos campañas, es la gente quien debe mentalizarse de que, al ritmo que caminamos, se produce un desequilibrio impresionante entre lo social, lo económico y lo medioambiental».

En la exposición, ubicada en Koopera Merkatua -primer mercado ecológico y solidario del País vasco- en la calle Fernández del Campo 16, se pueden encontrar juguetes desde 1915 hasta otros de la década de los años 70, propiedad de la Asociación de Recuperadores de Economía Social y Solidaria, de la que forma parte Koopera.

Entre ellos hay una máquina de coser de juguete de 1915, cámaras de fotos de los años 20, cromos de la década de los 30 y coches de los 50. Pequeñas joyas que harán las delicias de grandes y pequeños. «¿Quién no ha tenido en casa juegos de magia o educativos, muñecas de trapo o coches de madera?», preguntan desde Koopera.

La muestra de juguetes antiguos de Bilbao, cuya entrada será gratuita, servirá también para dar a conocer el cambio, -no solo de materiales y de colores- sino también de formas que han experimentado a lo largo de las décadas estos objetos de riqueza sentimental.

«La muestra es, sin duda, la mejor de las oportunidades para retroceder en el tiempo y contemplar con qué juegos se divertían nuestros antepasados», explica Cristina Larrayoz.

EVOLUCIÓN
La exposición refleja la transformación de los juguetes

El juguete antiguo es una enciclopedia minimalista, pero intensa. Sus formas son certeros resúmenes de los grandes objetos, humildes y grandes obras de arte que perduran. Dichosas aquellas tardes de invierno en las que, en familia, se aprovechaba para ver una película proyectada en la blanca pared del salón. En la muestra de Bilbao, un proyector de los años 50 revive -con imágenes en movimiento- aquellas largas estancias en compañía. Tampoco pasarán desapercibidas las muñecas de cartón piedra y trapo que -con mirada hierática y fría- superan el paso de los años. «Cuántas muñecas de cartón se metían en el agua y se terminaban rompiendo», recuerda Larrayoz. «A mi madre le ocurrió y lo recuerda con tristeza», apunta.

No es preciso ir muy lejos en el tiempo para ver que los juguetes han evolucionado mucho en muy poco tiempo. ¿Recuerdan las cajas musicales, las muñecas de trapo, el Robot, Mágico, las marionetas, las máscaras, los trenes y los coches policía a cuerda? Cuando los juguetes eran analógicos y lo electrónico sonaba a ciencia ficción.

No cabe duda que los juguetes antiguos ayudaban a desarrollar la imaginación, ya que al niño le tocaba realizar el trabajo de moverlo, de provocar los efectos sonoros. Además, no llevaban pilas ni se movían con electricidad, pero, eso sí, nunca se agotaba las posibilidades de juego. Pero ahora, muchas veces están construidos con materiales altamente contaminantes, como es el plástico. Por eso desde Koopera abogan por que la ciudadanía tome conciencia y aprenda a «consumirlos, reutilizarlos y crear otras formas de juego», indican.

En este sentido, Cristina Larrayoz, de Koopera, señala que la exposición es «una llamada a la importancia de la socialización del consumo sostenible». Además, hace hincapié en la importancia de encontrar «el equilibrio entre un desarrollo económico y un crecimiento sostenible», para que «lo social, lo ambiental y lo económico» vayan «a la par».

LA IMPORTANCIA DEL RECICLAJE
Los juguetes en buen estado pueden ser reutilizados

Todos los años se ponen en marcha campañas de recogida de juguetes para que los vecinos puedan darle un nuevo uso a los juguetes que conservan en buen estado y a los que apenas dan uso. Además de proporcionar los juguetes a los niños menos favorecidos, se consigue concienciar a la ciudadanía de la importancia que tiene el reciclaje para evitar el efecto invernadero. Toda esta labor se lleva a cabo a través de Koopera, formada por las cooperativas sin ánimo de lucro Rezikleta, Berohi, Ekorropa, Ekiber, Ekorrepara y Lanberri, con la colaboración de Cáritas Bizkaia. La asociación realiza principalmente servicios medioambientales de gestión de residuos y comercialización de productos solidarios, de comercio justo y ecológicos.

Larrayoz explica que la entidad «busca la inclusión social y laboral de personas vulnerables que se encuentren en situación de exclusión social» y añade que en el País vasco cuentan con casi 200 trabajadores. Una parte de los trabajadores de la Red Koopera son personas que tienen dificultades para encontrar un hueco en el mercado laboral, como son los parados mayores de 45 años, mujeres solas con menores a su cargo, parados de larga duración, inmigrantes y personas en proceso de rehabilitación.

Artículos Relacionados

----