En esta época en la que vivimos marcada por el sobre consumismo, compramos ropa arrastrados como momias por los tentáculos del marketing que hacen las empresas del sector textil. Como consecuencia de ello, en nuestros armarios se amontonan grandes cantidades de ropa que en algunos casos solo usamos unas pocas veces, porque creemos que ya ha pasado de moda o porque realmente no nos gusta tanto, maldiciendo nuestro comportamiento impulsivo. Al final, cuando necesitamos espacio para más ropa, acabamos tirando a la basura esas prendas que ya no nos interesan.

Tenemos que ser conscientes que la ropa también contamina. En muchos casos llevan fibras sintéticas que se obtienen de derivados del petróleo por lo que su fabricación genera una importante contaminación atmosférica. Hay que intentar, dentro de lo posible, comprar ropa que haya sido fabricada con materiales ecológicos y sobretodo pensar que cuando ya no te interesa la ropa que tienes, existen otras personas con menos recursos que sí que pueden estar interesadas. Seguro que en tu municipio existen contenedores de ropa o tiendas de 2ª mano que se nutren de la ropa desechada por la gente pero que aún está en buen estado.

Esto último es una de las actividades de Emaús Bilbao. Estás tiendas, como hemos comentado, están destinadas a permitir a las personas con problemas económicos abastecerse con prendas que están en buen estado y a un precio muy bajo.

Las prendas, una vez que las reciben las tiendas, son sometidas a un proceso de ozonización. Estas máquinas de ozono permiten neutralizar los olores, matar virus y eliminar bacterias con una efectividad de hasta el 99%. Además reduce el consumo de agua y de productos químicos. Este tipo de tiendas, como es el caso de Emaús Bilbao, suelen ser gestionadas por empresas sin ánimo de lucro por lo que los beneficios que se puedan obtener van destinados a actividades que ya realiza la organización en favor de la sociedad o a nuevas acciones. Concretamente en nuestras tiendas, además de ropa puedes encontrar libros, enseres, muebles (algunos de ellos restaurados por nuestros chicos de los talleres prelaborales), aparatos audiovisuales, productos de comercio justo y mucho más.

Sabiendo esto, ya no tienes excusa para tirar tu ropa que ya no usas a la basura. Dales la oportunidad de tener una segunda vida. Otras personas y el medio ambiente te lo agradecerán.