Desde el año 2000 la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC), organización social no gubernamental de origen campesino que desarrolla un trabajo organizativo y social con el sector rural de ocho municipios del Magdalena Medio colombiano, viene implementando un proyecto de recría de búfalos  en el noroccidente colombiano, con un gran impacto social que ha dado como resultado seguridad alimentaria,  empoderamiento y  mejora de las condiciones de vida de  del campesinado de la región.

El proyecto de ganadería campesina de búfalos de doble propósito de la ACVC, ha sido una de sus  iniciativas emblemáticas, que además de generar una alternativa de soberanía alimentaria en las familias beneficiadas fue ganadora del Premio Nacional de Paz de Colombia en el año de 2010.

Este proyecto es un ejemplo de organización campesina, reconstitución social, construcción de territorialidad y vigencia de la producción y de la tradición agropecuaria a partir de economías campesinas alternativas donde históricamente han existido fuertes dinámicas de violencia y desplazamiento forzado por la interacción de grupos armados  al margen de la ley y que ha encrudecido la realidad de pobreza en la que han vivido estos grupos humanos.

Este proyecto es apoyado en sus inicios con recursos de las Naciones Unidas a través del Programa de Desarrollo y Paz de Magdalena Medio. Para iniciar el proyecto se adquirieron 300 ha de tierra donde se adecuó una finca para la recria de búfalos en la aldea comunitaria de Puerto Matilde del municipio de Yondó, Nordeste Antioqueño de Colombia. En la actualidad el proyecto cuenta con 160 animales y 30 socios.

El proyecto funciona de la siguiente manera: a las familias que quieren ingresar al programa se les entrega 10 hembras y un macho, que denominan compañías o capital semilla, el cual deben devolver a la asociación en 5 años. A los 7 años, la familia debe entregar una hembra parida y los animales que le queden le pertenecen al campesino, de tal forma que se suman al patrimonio familiar del asociado. Las crías que son devueltas a la asociación pasan a la finca de recría para beneficiar a otro campesino. De los 30 socios, 25 han recibido la compañía, y de estos 12 ya se liberaron, es decir, ya entregaron 10 hembras y el macho a la finca de recría.

Este modelo de producción solidaria ha tenido tanto éxito que algunos terratenientes de la región han querido integrarse al sistema impulsado por la ACVC. Sin embargo el proyecto tiene como objetivo beneficiar a los más necesitados. Por esta razón una de las normas del proyecto es que se prioriza a las personas que no tienen nada. Incluso los que no tienen tierra pueden ser beneficiados con el proyecto, toda vez que tengan un hermano, un hijo o un compadre con terrenos aptos y con el que establecen un arreglo. El dueño de la tierra permite la tenencia de los búfalos y comparten la utilidad para los dos.

Este sistema ya se está replicando en otras regiones de Colombia como una alternativa de producción solidaria con énfasis en la seguridad alimentaria de zonas con condiciones aptas para la ganadería de búfalos y donde existen comunidades marginadas en contextos de violencia. Es el caso del la zona del Catatumbo ubicada en el departamento del Norte de Santander, donde la Asociación de Campesinos del Catatumbo (ASCAMCAT) está iniciando con la implementación de este sistema