El Foro Social Catalán, que reúne a unas 200 entidades sociales de los países catalanes, nació el año pasado con un objetivo doble: generar un espacio de sinergias entre los movimientos del tercer sector y responder al llamamiento realizado por el Foro Social Mundial de celebrar una jornada descentralizada de movilizaciones contra la globalización neoliberal. Un fenómeno que, según Esther Vivas, coautora de El futuro del Foro Social Mundial, está «detrás del mileurismo y de la especulación inmobiliaria». No hay una fórmula única para poner fin a este modelo. Si bien, dice, lo imprescindible es concienciar a la gente de que este camino es inviable para el hombre y para el medio ambiente.

-¿Cuáles son las repercusiones de este modelo de globalización en la
vida diaria de los catalanes?
«Muchas más de las que la gente cree. El mileurismo, la falta de
vivienda digna, la especulación inmobiliaria, la subida de los precios de
los transportes públicos, el calentamiento global, etc. La globalización
neoliberal responde a los intereses de las élites políticas y
económicas, como por ejemplo las de las grandes multinacionales, mientras
que obvia las necesidades de la gente y el respeto al medio ambiente.»

-Pero, ¿cómo se puede cambiar esta realidad?
«Nosotros creemos que para cambiar las cosas es necesario convencer a la
gente de que éste no es el camino y que hay muchas alternativas que han
surgido de las mismas entidades sociales y que pueden funcionar.»

-¿Cómo por ejemplo qué?
«No se trata de una fórmula única porque cada movimiento analiza la
realidad a su manera y existe una gran diversidad de estrategias que
podrían hacer posible el cambio. Las entidades del Foro Social Catalán
trabajan en campos diferentes y en el seno de la plataforma convive un
amplio abanico de ideologías.»

-Y, ¿cuáles son las reivindicaciones que defendéis?
«En Cataluña luchamos por conseguir cambios como una vivienda y un
sueldo dignos, poner fin a las deslocalizaciones de las empresas y, en el
ámbito internacional, queremos que se anule la deuda externa, responsable
de la pobreza de muchísimas personas, y que los productores y las
comunidades puedan acceder a los recursos naturales. Es necesario tener en
cuenta que, en muchos países del sur, el agua es un bien privado y las
tierras son repartidas entre unos pocos latifundistas. Se deben de
redistribuir estos bienes. Con respeto al modelo alimentario, defendemos la
soberanía.»

–Y, ¿esto qué significa?
«Si te fijas en el modelo de alimentación actual, te darás cuenta de
que la mayor parte de los productos que consumimos provienen de la otra
punta del mundo. Hasta que punto tiene sentido que nosotros, cuando vamos
al supermercado, compremos peras y uvas de Chile. Son productos que se
podrían elaborar aquí y, en cambio, se opta por importarlos. Éste es un
modelo insostenible en los ámbitos medioambiental y económico, y por
esto nosotros defendemos el derecho a la soberanía alimentaria, poder
comer productos de calidad y que sean accesibles, es decir, que se puedan
cultivar aquí.»

-A pesar de todo, ¿cree que la globalización ha aportado algún
beneficio a la sociedad?
«Bien, la verdad es que creo que ha aportado bien poca cosa. En todo
caso, diría que este fenómeno ha permitido un incremento de los
movimientos transfronterizos. La gran paradoja es que el mundo se ha hecho
pequeño para las mercancías pero grande para las personas. Los países
más ricos cierran las puertas a la inmigración y las abren para dejar
entrar productos que vienen de todas partes del mundo.»

-¿Cuáles han sido hasta ahora las victorias de este movimiento social?
«En general, yo creo que se ha conseguido desacreditar a sus artífices y
se ha podido demostrar que, a largo plazo, este sistema es inviable.»

-Y, ¿más concretamente?
«La retirada de las tropas de Irak, por ejemplo, fue uno de los grandes éxitos de este movimiento social.»

-La celebración del Foro Social Catalán finaliza hoy. ¿Cuál será la
continuidad de esta plataforma?

«Por el momento, la Asamblea de Movimientos del Foro Social Catalán ha
confeccionado una agenda de movilizaciones para dar una respuesta unitaria
a las reivindicaciones del colectivo, pero todavía es demasiado temprano
para adelantar nada más.»