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Las mujeres olvidadas que construyeron Inditex y levantaron el sector textil en Galicia

Por Ana Vega para Gonzoo Historias de obreras, entre costuras y patrones. Así se presenta el documental Fíos Fóra (‘hilos fuera’, en gallego) que pretende visibilizar las malas condiciones laborales de las mujeres trabajadoras que, durante décadas, han levantado el sector textil en Galicia. No es la primera vez que vemos lo hay tras las […]

18 noviembre 2015

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Por Ana Vega para Gonzoo

Historias de obreras, entre costuras y patrones. Así se presenta el documental Fíos Fóra (‘hilos fuera’, en gallego) que pretende visibilizar las malas condiciones laborales de las mujeres trabajadoras que, durante décadas, han levantado el sector textil en Galicia.

No es la primera vez que vemos lo hay tras las grandes –y medianas- marcas, pero quizá Fíos Fóra es el primer documental que nos muestra las condiciones abusivas del sector vistas desde cerca. «Habíamos hecho campañas para visibilizar las condiciones laborales tras la ropa barata (como pasa en marcas como Inditex o Primark) y sensibilizar a la ciudadanía de cómo los países asiáticos tienen que competir a la baja.

Pero un día pensamos en hablar también de Galicia, donde el textil fue el sector puntero y donde Inditex está muy presente. Queríamos ver si la gente empatizaba más al verlo desde la cercanía», explica Nanda Couñago, directora de la asociación Amarante SETEM y coordinadora de Roupa Limpa

Ella fue quien le propuso a la productora Illa Bufarda crear el documental, dentro del marco de su campaña para el consumo responsable de ropa, promovida desde Amarante. Y ahora se encuentran ha empezado la ronda de proyecciones; el estreno fue el 12 de noviembre pero ya planean más visionados, como por ejemplo el día 20 de noviembre en el Festival Internacional de Cine CINEUROPA, en Santiago de Compostela.  

Nanda reconoce que esta película aborda la concienciación sobre el consumo responsable de la moda de una manera distinta a lo que habían hecho hasta ahora desde Amarante. Pero, aunque admite que hay una diferencia de contexto y condiciones en los casos de los países asiáticos y en las ciudades gallegas, se ratifica en que «salvando las distancias (en Galicia eran microtalleres y en Asia son fábricas que pueden llegar a las 1.000 personas), se puede hacer una extrapolación entre ambas situaciones».

La película, rodada en gallego y subtitulada en español e inglés, apuesta por la narración en primera persona de seis costureras siguiendo el estilo talking heads, personajes hablando a cámara y apenas sin acción. «Buscábamos una película de toque intimista que diera voz a esas mujeres», comenta Nanda. Se muestran de acuerdo sus creadoras, Adriana P. Villanueva y Sabela Iglesias, elegidas por Amarante por su estilo narrativo y porque quería expresamente que fuese una película hecha por mujeres.

Fíos Fóra no sorprende por su técnica pero sí por la valentía de esas seis trabajadoras de la confección, que se atreven a hablar donde las demás han callado. Una de ellas, María Graña, ex-costurera para marcas como Zara y ex-propietaria de un taller propio, reconoce: «Hace años quise organizar una protesta por las condiciones a las que nos sometían como talleres externos de grandes fábricas pero nadie me apoyó; la gente tenía miedo». Curiosamente, poco ha cambiado desde entonces y el miedo sigue haciendo mella; hecho que se percibe en la misma cinta documental por la interminable retahíla de iniciales cuyas voces cuentan de forma anónima cómo viven su trabajo en Inditex, Adolfo Domínguez o Etiem, entre otras.

Sus creadoras admiten que ese temor fue una de las mayores dificultades a la hora de rodar. «Llamamos a mucha gente para participar pero encontramos muchos NO, la mayoría por miedo a perder un trabajo del que depende toda su familia». 

Explica Nanda que, a pesar de que «algunas mujeres nos contaron que empezaron a trabajar con 12 años, entrando en la fábrica a las 6 de la mañana, saliendo para al mediodía para ir a por agua para casa, para cuidar los animales, trabajar en el campo y volver de nuevo a la fábrica», les llamó la atención que «muchas de las entrevistadas no son conscientes de haber sido explotadas»

Tal es el caso de una de las protagonistas, Leonila Sánchez Portos (ex-costureira desde casa para Inditex), que comenta cabizbaja sobre Amancio Ortega: «Creo que fue una persona muy emprendedora porque, aunque estafara algo, tiene mucha presencia por todo el mundo y da trabajo por todos lados a mucha gente. Aunque no haga a nadie rico, y se haga rico él más que nadie, hay mucha gente que vive con algo gracias a él. Porque es mejor vivir con algo que sin nada».

En el film, también aparece representada la patronal en cuatro hombres: Alberto Rocha Guisande, secretario general del Cluster Galego do Sector Téxtil e Moda COINTEGA; Jesús Iglesias Vilariño, copropietario del taller de confección Rosa Neira; Abel Veiga, director de Internacionalización del IGAPE; y Javier Cañás, fundador de Caramelo y actual propietario de la marca Etiem Textil. Al mostrarles una serie noticias sobre los escándalos laborales del sector en Galicia, este último (Cañás) llega a afirmar que al final se van a otros países «porque aquí todo son pegas». Illa Bufarda aclara que «también ofrecimos a Inditex aparecer en el documental y dar su versión pero no quisieron participar».

El textil hoy en Galicia

Hoy en día, a penas queda la punta del iceberg que fue debido a la deslocalización a países con mano de obra barata. «Prácticamente ha desaparecido toda la producción y confección en Galicia y se ha llevado a Portugal, Marruecos, Asia… e incluso Europa del este: Rumanía, Bulgaria…, una zona que está también muy silenciada y que a veces tienen incluso salarios más bajos que las demás», comenta Nanda, que añade: «Creo que [las trabajadoras en esos países)]están un poco secuestradas; les dicen «no se produce aquí porque no es rentable» y o aceptáis las condiciones o nos marchamos. Eso fue lo que pasó aquí los últimos años y de hecho algunas mujeres comentan en el documental que seguían teniendo el mismo salario que hace 10 años. Y ahora aquí y allá siguen viviendo con esa espada de Damocles sobre la cabeza: tenemos que aguantar y resignarnos porque sino [las empresas] se irán»

Por eso, en su campaña piden salarios dignos y buenas condiciones laborales: «que no haya jornadas excesivamente largas o que no trabajen sin seguridad social». Nanda insiste en que hacer no solo es posible sino relativamente fácil. «Nosotros hicimos un cálculo solo para hacernos una idea, y sin tocar los márgenes de beneficio de las marcas, si se le duplica el salario a una trabajadora asiática, aumentaría el precio final de la prenda sólo en 5 céntimos». 

En cambio, su propuesta no es esa, ya que sería un coste tan solo asumido por el consumidor, sino que promueva una nueva forma de ver la moda. «Evidentemente si producimos aquí a nivel local y pagamos salarios dignos, pagaremos realmente lo que cuesta la prenda, por lo que los precios serán más altos. Si compras una camiseta por 2, 3 o 4 euros, alguien no recibe un salario digno. Tendría que haber una concienciación seria de las personas consumidoras y, en vez de tener 50 prendas de ropa, tener menos pero sabiendo que no hay una explotación detrás de lo que tenemos».

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