La Quiebra del Capitalismo Global: 2000-2030

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Texto de introducción al libro «La Quiebra del Capitalismo Global: 2000-2030», escrito por Ramón Fernández Durán de Ecologistas en Acción
Crisis multidimensional, caos sistémico, ruina ecológica y guerras por los recursos
Preparándose para el inicio del colapso de la Civilización Industrial
Imaginar cómo se producirá esa Quiebra y ese Largo Declive, y de qué manera podemos influir en su plasmación desde una perspectiva emancipadora y sustentable, esos serán los objetivos principales de este texto. En suma, este texto es un ejercicio de política-ficción, pero asentado sobre bases lo más reales posibles, con voluntad movilizadora y transformadora.

Sin embargo, somos conscientes de que en las próximas dos décadas (2010-2030), donde más centramos nuestro análisis, el panorama que se presenta es demoledor y vamos a tener todo el viento en contra. La intención, pues , es ayudar a impulsar una reflexión colectiva sobre este próximo periodo, 2010-2030, el que denominamos como Quiebra del Capitalismo Global (primera etapa del largo colapso de la Sociedad Industrial), en el que nuestra capacidad de modificación sustancial va a ser en general bastante o muy limitada, y los escenarios que se vislumbran serán probablemente tremendos, como veremos.
Pero no sólo vamos buscando la necesidad ineludible de la reflexión crítica colectiva, sino también el que ello nos pueda animar, no paralizar, y orientar en la voluntad de resistir y actuar para condicionar y reconducir el despliegue de estos procesos, generando una visión de medio y largo plazo. Pero siendo conscientes, repetimos, de que en esta primera etapa nuestra capacidad de actuar va a ser en general (muy) reducida y se va a tener que dar absolutamente a contracorriente. Si bien esta actitud será fundamental si queremos entrar en las mejores condiciones posibles en el Largo Declive de la Civilización Industrial, que probablemente durará no sólo el resto de las décadas del siglo XXI, sino probablemente siglos (¿doscientos o trescientos años, tal vez?). Además, dicho actuar es y será una cuestión de dignidad humana, y de ganas de querer vivir en el marasmo previsible que nos espera, pero que también se torna imprescindible, a nuestro entender, pues de no hacerlo así, el Colapso de la Sociedad Industrial puede ser aún más brusco y brutal cuando se profundice, seguramente más allá del 2030.
El lector, o lectora, se preguntará el por qué de esas fechas, y si este ejercicio de políticaficción no es excesivamente simplista, determinista y hasta “apocalíptico”. El horizonte temporal principal apuntado, 2030, es consecuencia de que en torno a esa fecha se van a dar cambios muy sustanciales, decisivos, sobre la capacidad de aprovisionamiento de combustibles fósiles en general, y muy en concreto sobre la disponibilidad de carbón, como veremos. Lo cual se sumará a la disminución del flujo de energía fósil disponible que empezará muy pronto, de hecho ya está aquí, como resultado del inicio del pico global del petróleo (probablemente en 2010 ó 2011) y del posterior pico mundial del gas natural, que tendrá también lugar en esta próxima década. Ambos influirán de forma fundamental y determinante en la Quiebra más que probable del actual Capitalismo Global.
Quiebra que es bastante posible que no se prolongue más allá de dos décadas, y que en su forma actual de capitalismo global multipolar no dure quizás ni hasta la siguiente década (2020-2030). Es más, puede que el actual Capitalismo Global estalle en dichos años en un conjunto de “nuevos capitalismos regionales planetarios”, fuertemente autoritarios y conflictivos entre sí, en el que se difumine su dimensión mundial actual a un carácter meramente residual. Sin embargo, aunque el impacto de los picos mundiales del petróleo y el gas será formidable, podrá intentar reducirse en parte, aunque solo en parte, recurriendo masivamente al carbón (ya se está haciendo), y a otras fuentes energéticas (nuclear y renovables, principalmente).
Aunque, como también veremos, el Capitalismo Global no tiene un plan B energético alternativo a la energía fósil factible ni disponible, y es por tanto absolutamente dependiente de la misma. Es por eso por lo que, a partir de 2025, o como mucho 2030, y quizás antes (2020), el declive del carbón disponible, explotable y apropiable profundizará el declive energético fósil de manera mucho más brusca, pues los tres declives fósiles parciales (los de petróleo y gas ya por entonces muy agudizados) se sumarán y reforzarán unos a otros, activando el progresivo desmoronamiento de las Sociedades Industriales, al faltarles la savia que las hace viables (Heinberg, 2009, Zittel y Schindler, 2007; Prieto, 2010).
De esta forma, el análisis de la evolución previsible de la base material fundamental que hace factible las Sociedades Industriales, la energía fósil (junto con el trabajo humano), nos delimita de una manera bastante probable los horizontes en los que se moverán la Quiebra del Capitalismo Global actual, y de sus previsibles epígonos regionales, aunque éstos quizás puedan durar algo más.
Pero no es la única crisis de recursos a la que va a tener que hacer frente el actual Capitalismo Global, pues a ella se suman, como veremos, otra serie de picos de disponibilidad de minerales y recursos fundamentales para el funcionamiento de la presente Sociedad Industrial. Y, asimismo, tendrá que encarar también las crisis de los sistemas ambientales, que son igualmente claves para su mantenimiento. Estos últimos hasta ahora se han utilizado de forma depredadora y gratuita, y se han vertido toda clase de desechos y contaminación (incluso transgénica), pues había “mucha Biosfera” todavía disponible para ser engullida por el metabolismo urbano-agroindustrial, o ser utilizada como basurero, pero eso también se está acabando como hemos visto en otro texto (Fdez Durán, 2010 a2) y resaltaremos más tarde. Así pues, pensamos que las fechas posibles que apuntamos para nada son irreales, aunque por supuesto pueden experimentar variaciones plausibles, ya que como cualquier proceso humano y sobre todo sociopolítico es difícil concretar cómo evolucionará de forma precisa. Sobre todo porque estamos hablando de sistemas complejos, que pueden tener un grado de variabilidad grande, o muy grande, especialmente cuando alcanzan puntos de ruptura, es decir, bifurcaciones que alteran todos los equilibrios, como es el caso que nos ocupa.
Pero esos puntos principales de ruptura previsibles son los que pretendemos subrayar, siendo conscientes de que la evolución a partir de los mismos está sometida a gran incertidumbre, condicionada por supuesto por la conflictividad social, como intentaremos también destacar a lo largo del texto, realizando asimismo un análisis complejo.
Por otro lado, en cuanto al posible carácter “apocalíptico” de este texto pensamos también modestamente que para nada es así, pues la realidad actual ya es lo suficientemente tremenda para centenares de millones de personas en el mundo. Y seguramente lo será para miles de millones en las próximas décadas, saltando pues órdenes de magnitud importantes, que acabarán afectando al conjunto de la Humanidad. Nadie podrá escapar a sus efectos, aunque indudablemente los que sufran las peores consecuencias sean los sectores sociales más débiles y los territorios más periféricos, en un primer estadio. Pero cuando la Quiebra del Capitalismo Global se profundice, y se inicie el Largo Declive de la Civilización Industrial, nadie quedará al margen de sus efectos, ni siquiera las elites; aunque también haya perdedores y ganadores, si bien distintos seguramente según se desplieguen estos procesos. Pensamos que los que puedan opinar que este texto tiene un carácter “catastrofista”, pueden estar influidos por la visión predominante elitista y de clase media (occidental o periférica) que piensan que estos procesos no se pueden dar, y sobre todo que no les afectarán, pues pretenden cerrar los ojos a la realidad; y también, por qué no, por su fe inquebrantable, todavía, en el Progreso y sobre todo en la Tecnología, ya que piensan que ésta última impedirá siempre lo peor. Pero pensamos que seguramente será al revés, que los intentos por mantener como sea la Sociedad Hipertecnológica actual pueden precipitar un colapso más brusco de la Sociedad Industrial. Así pues, creemos que a la realidad hay que mirarla de cara, sin enmascararla, si es que pretendemos hacerle frente. El presente texto, además, intenta expresamente huir del carácter apocalíptico, pero para nada es complaciente ni edulcorante con los escenarios futuros que muy probablemente nos tocará vivir, a nosotros y a los que nos sigan.
He aquí pues, a continuación, una síntesis de algunos de los temas claves que abordaremos a lo largo del libro, parte de los cuales ya han sido esbozados en los párrafos introductorios que adjuntamos en el fichero adjunto.