Crisis, cajas y bancos

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¡La crisis!… El gran negocio de la banca, cuando ya no tenían de donde sacar más, la hacen explotar… ¿Dónde está el dinero?… El dinero no se gasta: solo cambia de manos. Si las cosas estuvieran bien organizadas, todo el dinero tendría que volver al Estado, para seguir haciéndolo circular, para que funcione la economía… Si no es así, es que alguien se está aprovechando de la organización financiera…
¡La Situación económica!… Mentiras como la inflación, el paro, que no hay dinero para atenciones sociales, necesidad de creación depuestos de trabajo… Todo mentira, falsos planteamientos para mantener una situación que solo beneficia a los financieros. Sí tienen la sartén por el mango, y nadie se fija que es el sistema, de engrosar las deudas a base de interés abusivos (bajos para que piques, pero usureros si te retrasas) y comisiones injustificadas, para provocar demoras que suponen multiplicar sus ingresos.

Si realmente quisieran cobrar normalmente, negociarían los préstamos ajustándolos a las posibilidades del deudor, y si éste entra en crisis, le darían facilidades, en vez de aumentarle la deuda escandalosamente.
¿Responsables?… Los políticos, que no tienen coraje para poner a los bancos en su sitio, para decir la verdad, para cambiar la economía y terminar con la tiranía del dólar, moneda falsa, sin valor de respaldo (auténtico papel mojado, solo sostenido por la fuerza de sus dueños y la ingenuidad de los restantes), y que es el medio para explotar a los de siempre. (Es el billete más fácil de falsificar: No les importa, les ahorra el trabajo de imprimirlos, porque al final, los bancos americanos terminan beneficiándose incluso de esas falsificaciones. ¿Qué importa quién imprima los billetes si al final todos acaban en su cajón?… ¡Y ellos también pueden usarlos!…
¿Paro?… No hace falta inventar puestos de trabajo inútiles, que además lo más probable es que sólo sirvan para acabar con los recursos.
Lo que tienen que hacer es repartir los que hay, rebajando la duración de la jornada, y subiendo los salarios. (En los países de nivel salarial más alto, hay mucho menos paro: lógico: más dinero para el consumo, reactiva la economía).
El dinero necesario para cubrir las necesidades sociales (paro, jubilaciones. prestaciones sociales) debe proceder de impuestos progresivos a los ingresos que superen el triple del salario mínimo (por persona integrada en el grupo familiar), hasta ese importe, exento, pero impuestos progresivos, incluso para las empresas y mayores para los bancos, por sus pelotazos.
Mejorando las rentas mínimas, favorecemos que la mayoría en crisis pueda cubrir sus necesidades, demandando lo imprescindible para un consumo responsable de productos obtenidos con un esfuerzo de trabajo equilibrado y suficiente, pero con salarios y jornadas justas, ya que los consumidores son al mismo tiempo productores…
Y sino que le den a la «maquina» de hacer billetes, que la inflación se corrige subiendo los salarios automáticamente al mismo ritmo ¿Qué importa que el dinero pierda valor si los salarios y pensiones se reajustan?… Le importa a los bancos, que con sus trapicheos, son los que se benefician de la inflación encubierta… Pero a las personas corrientes, lo que importa es cuantas horas hay que currar para cubrir las necesidades…
Considerando la sociedad en su conjunto, teóricamente las personas producen lo que consumen, por lo que, puesto que disponemos de medios y tecnología para ello, debería desaparecer el hambre y la miseria del mundo.
Si no ocurre así, será debido a que hay un tercer ingrediente en la receta: Además de consumidores y productores, es necesario un elemento que facilite el intercambio: El dinero.
Para que esos intercambios sean equilibrados, es necesario que el «mercado» sea fluido para que se reajuste automáticamente a las variaciones de cualquier tipo, por lo que es imprescindible una vigilancia y formación permanente por parte de la sociedad, organizada democráticamente.
Para la eficacia de los intercambios, se requiere, como una actividad productiva más (a los servicios también se les puede dar ese carácter) una estructura organizativa, que optimice y agilice toda la actividad comercial.
Como tal actividad, precisa de una retribución, para satisfacer las necesidades de los que la practican, por lo que es una actividad más en el conjunto de la economía global, y que, en teoría, contribuye a mantener el equilibrio, en cuanto los beneficios obtenidos se revierten al mercado.
El problema es que la actividad financiera recibe una retribución superior a los servicios que presta, que más que servicios se convierten en servidumbres y cargas que no revierten sobre el conjunto de la sociedad, creando bolsas aisladas de recursos que resultan improductivos para el bien común.
Es imprescindible por tanto sanear la actividad financiera, exigiendo una ética que los poderes públicos pueden y deben imponer, llegando a la nacionalización o cuando menos fomentando formas alternativas (como Cajas de Ahorro, Cooperativas de crédito, etc.) que hagan derivar la actividad financiera hacia conceptos éticos, hasta ahora ausentes en el 99,9% de las entidades existentes.
Otra alternativa sería crear nuevas formas de dinero: dinero con fecha de caducidad, dinero para funciones especificas (pago de prestaciones, compra de productos de primera necesidad), dinero que equivalga a horas de trabajo… Dinero / objeto: billetes respaldados por el valor de bienes concretos, favoreciendo el trueque y el intercambio directo, expulsando a los bancos de la actividad económica.
¿Una utopía?… Si, pero si no nos proponemos una utopía, cada vez iremos a peor, pues caminaremos hacia atrás… (Si no se avanza, se retrocede: el movimiento es continuo)
Perseguir una utopía, es lo que nos hace avanzar hacia una vida mejor…
Creo que me quedó un bonito «rollo»… ¡Lástima que nadie lo lea, pues podría montarse un debate muy interesante e instructivo!
Miguel A. Quinteiro.
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