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Avances de REAS en vivienda cooperativa en cesión de uso: asamblea estatal del Grupo de Vivienda en Zaragoza

El Grupo de Trabajo estatal de Vivienda Cooperativa en cesión de uso de REAS Red de Redes celebró el sábado 4 de febrero su asamblea semestral en el polo cooperativo de Zaragoza

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El Grupo de Trabajo estatal de Vivienda Cooperativa en cesión de uso de REAS Red de Redes, ha celebrado este sábado 4 de febrero su asamblea semestral en el polo cooperativo de Zaragoza. La sesión de jornada completa, ha consistido en compartir las dinámicas de los diferentes territorios, realizar una valoración del exitoso Fórum de Barcelona, analizar la situación del modelo y el ecosistema, además de abordar la planificación y presupuesto de trabajo para el ejercicio 2023. Asimismo, el grupo ha concretado los próximos pasos para el impulso del modelo y los proyectos en tres ejes de actuación: la vertebración y articulación del ecosistema, la estrategia de incidencia política y desarrollo normativo, además de la difusión y comunicación.

El Grupo de Vivienda de REAS Aragón ha sido el encargado de acoger este fin de semana en Zaragoza la celebración de la reunión con carácter interterritorial y sectorial del Grupo de Trabajo de vivienda cooperativa en cesión de uso en REAS Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria. Ha contado con la representación de personas, proyectos y redes de diez Comunidades Autónomas (Cantabria, Euskadi, Navarra, La Rioja, Aragón, Cataluña, Castilla y León, Illes Balears, Madrid e Islas Canarias), y está en proceso de acoger a más territorios con la generación e impulso de grupos de trabajo autonómicos en REAS, que puedan servir de espacios cercanos de articulación, cooperación, aprendizaje, incidencia y difusión.

Entre otros asuntos, se ha acordado acoger la creación de un Grupo de Trabajo específico para el modelo Senior. Se ha coincidido en la necesidad de impulsar la colaboración con otras entidades, fortalecer la participación en espacios sectoriales a nivel estatal y mejorar la conexión en el ámbito europeo e internacional.

El viernes por la tarde se celebró una jornada previa en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza, que consistió en un encuentro con proyectos de Aragón, tanto urbanos y rurales, como senior o intergeneracionales, donde se analizó la situación actual, observando buenas prácticas de otros territorios y proponiendo medidas de impulso para el modelo en el ámbito autonómico y local.

El Grupo de Trabajo en REAS, como otras sectoriales de la red, tiene una configuración confederal representativa, democrática y participativa, para tejer red y ecosistema de forma colaborativa, en línea y coherencia con los principios cooperativos y las bases del modelo: Así como es la filosofía en cada proyecto hacia dentro en su generación de comunidad, se aplica hacia fuera en el entorno y con la sociedad, y se aplica también en la construcción de una red social y solidaria.

Esta configuración se combina con el trabajo por un modelo definido, con una figura jurídica concreta, como es la cooperativa en cesión de uso, en proceso de concreción normativa en los diferentes territorios, que aporta una mayor facilidad de desarrollo de proyectos, replicación y escalabilidad, al mismo tiempo que acoge la gran diversidad de proyectos, dinámicas y situaciones territoriales.

De esta forma, a partir del primer encuentro estatal en Madrid en octubre de 2019, se establecieron colectivamente unas características básicas del modelo por las que trabajar e impulsar, sin fiscalización del cumplimiento específico, pero sí con el compromiso de caminar y realizar un cambio cultural y de aplicación progresiva hacia esas claves. Entendiendo que es la que aporta mayor accesibilidad social al modelo en diferentes sectores y niveles económicos, facilitando la colaboración público-cooperativa, además de una mejor viabilidad y sostenibilidad futura de los proyectos.

Las bases del modelo incluyen la ausencia de lucro y la propiedad cooperativa indefinida en el tiempo, con financiación colectiva y retención de la propiedad para el bien colectivo y social, al margen de las dinámicas de precio del mercado. Esta clave supone una importante rebaja económica a corto plazo y un alto impacto en el sector de la vivienda a largo plazo.

Se parte del espíritu cooperativo de autopromoción, con el emprendimiento social de un grupo impulsor que comparte una idea común y la misión de creación de comunidad, con formación, empoderamiento colectivo y apoyo mútuo. Se realiza un diseño participativo de la edificación e instalaciones para contar con importantes espacios comunes para el encuentro, manteniendo espacios íntimos o privativos para cada unidad, y tienen una especial importancia los cuidados y la atención a la dependencia y la vulnerabilidad.

Esta opción habitacional, asociada en muchas ocasiones con denominaciones como cohousing, covivienda, vivienda colaborativa o alojamientos colaborativos, se caracteriza por una aportación de capital inicial limitada, recuperable en caso de salida, y una cuota de uso no recuperable, asimilada al alquiler. De esta forma se fomenta la accesibilidad y la inclusividad, e implica la corresponsabilidad, vinculación y aportación al entorno en el que se ubica cada iniciativa.

El desarrollo de un proyecto propio, además del diseño a la medida de las necesidades del grupo, procura la conciencia por la máxima eficiencia energética, consumo responsable, el cuidado de los materiales y el respeto al medio ambiente. Además, los proyectos asumen un compromiso con el crecimiento colaborativo del sector y la replicabilidad para su expansión en beneficio del conjunto de la sociedad.

NUEVAS COOPERATIVAS DE VIVIENDA

Esta nueva configuración de las cooperativas de vivienda con la cesión de uso, está alineada con los principios cooperativos y los referentes internacionales. Fuera del contexto estatal no se contempla la tradicional figura limitada a la promoción y financiación inmobiliaria para su posterior división horizontal y venta al mercado libre. Se considera una tercera vía de tenencia, una fórmula con lo mejor de la propiedad y el alquiler: la cesión o derecho de uso, que procura estabilidad sin cargas financieras, con una propiedad colectiva del inmueble que permanece tras la construcción o rehabilitación.

Esta fórmula se basa en la consideración de las viviendas como equipamientos habitacionales comunitarios y sociales, ya que lejos de ser “una vivienda para unos pocos”, suponen un sistema cooperativo abierto a la entrada y circulación de personas y unidades de convivencia. Procuran una mayor accesibilidad, flexibilidad y movilidad con los cambios vitales. Al mismo tiempo permiten realizar proyectos de vida estables y transgeneracionales.

Estas iniciativas se desarrollan con carácter Senior, muy centradas en los cuidados y la atención especial de las etapas de mayor edad y con más dependencia, o con configuración intergeneracional, que atiende las diferentes necesidades de las personas a lo largo de toda su vida. Incluso se desarrollan importantes variantes para colectivos específicos, como pueden ser los jóvenes, familias con apoyo a la crianza, la educación y conciliación, personas con diversidad funcional, grupos de mujeres, colectivos LGTBI u otras opciones. Es importante destacar que la diversidad también se trata de integrar de forma transversal en cada proyecto, reduciendo la segregación o creación de burbujas.

En el caso económico es especialmente importante, en contraste con otros modelos y opciones, ya que puede acogerse la diversidad de rentas y capacidad económica por préstamos internos, fondos solidarios, y mejorando la accesibilidad de forma directa para las economías más vulnerables con ayudas públicas, tanto a las unidades específicas que lo necesitan como a los proyectos de forma integral para su redistribución interna.

En estas propuestas no hay propiedad particular, derecho real, ni beneficio económico, sino el derecho de uso de un espacio, y el acceso a servicios colectivizados eficientes y al ahorro que aporta el sistema cooperativo. Además de contar con espacios comunes e íntimos o privativos, tienen especial importancia los cuidados y la ayuda mutua, que recuperan el espíritu comunitario que caracteriza a una especie interdependiente y la vida en común ante la creciente individualización y aislamiento que está generando crecientes y múltiples problemas sociales.

Este modelo tiene un amplio desarrollo internacional, que surge en los años setenta, con la idea de vida comunitaria en Dinamarca, y posteriormente evolucionó a un modelo de cooperativa de cesión de uso denominado Andel. Fue en EE.UU. donde acuñó el nombre de cohousing, observando múltiples variantes hasta nuestros días. Se convierte en una solución eficaz de acceso a la vivienda gracias a las 1.300 Coopératives d’habitation que alojan a 60.000 personas en Québec, a las Coopératives de construction et d’habitation con el 8% de los inmuebles en Suiza, o las 30.000 cooperativas que representan el 2,58% de las viviendas en Uruguay. O incluso las 160.000 viviendas de Cooperativas de Utilidad Pública con el IIBW en Austria.

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