Mercado Social

Etics, moneda social en Madrid: una historia improvisada

De las herramientas que el Mercado Social de Madrid (MESM) ha tenido a su disposición desde que se presentó en sociedad hace más de 10 años, una de las que más expectación ha generado – junto con la Feria – ha sido nuestra moneda social. En aquellos inicios, tras un proceso participativo, se denominó boniato, […]

30 noviembre 2023

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De las herramientas que el Mercado Social de Madrid (MESM) ha tenido a su disposición desde que se presentó en sociedad hace más de 10 años, una de las que más expectación ha generado – junto con la Feria – ha sido nuestra moneda social. En aquellos inicios, tras un proceso participativo, se denominó boniato, en honor a los cómics de Mortadelo y Filemón. De carácter virtual, nos sirvió junto con otros movimientos sociales, para empezar a soñar con la idea de desconectar nuestro consumo del capitalismo creando nuestra propia moneda. En aquellos tiempos, las monedas sociales comenzaban a generar interés como consecuencia de la crisis bancaria del corralito en Argentina y con el impulso en el estado español de la Cooperativa Integral Catalana. En nuestras ferias le dábamos existencia física a nuestro etic y, desde nuestra comisión de moneda y el Consejo Rector del MESM, se trataba de fomentar su uso con campañas de difusión, visitas a socias y mediante las denominadas bonificaciones, a través de las cuales, cuando hacías una compra recibías un % de bonificación en la moneda social.

Pero 4 años más tarde nos encontramos con que, tras muchos esfuerzos, la moneda no acababa de despegar y se iniciaba un proceso de reflexión colectivo dentro de la cooperativa. Ese proceso deliberativo, que empezó llamándose “Reboniato”, abarcó dos años y supuso que nuestra moneda pasara a llamarse Etic y que renaciera con una App para adaptarnos a la digitalización de la sociedad. Esta aplicación era medio de pago e incluía catálogo, mapa y una pasarela de pagos.

Seguimos repensando y dimos nuevos pasos que tuvieran en cuenta todas aquellas reflexiones que no habíamos podido abarcar previamente, todos esos “se puede hacer más”. Y, ¡así lo hicimos! Se permitió el 100% de los pagos en etics, se creó un motor de ofertas e incluso como MESM incorporamos un 10% de pago a nuestras colaboradoras en moneda social animando al resto de entidades de la red a hacer lo mismo. Con el paso del tiempo, y en esos momentos más complejos y difíciles para la cooperativa, de falta de liquidez, apostamos todo a nuestra moneda y, para ello, decidimos pagar a nuestras entidades colaboradoras en Etics y generar la “inflación del Etic” – emitiendo 10.000 Etics para inyectarlos en nuestra red económica –.

¿Cómo hicimos esto último? Esos 10.000 Etics los bonificamos a las nuevas socias consumidoras, al dejar la cuota del primer año en 10€ (en lugar de 20€) y transformar los otros 10€ de cuota en 10 etics que regalábamos para incentivar el consumo dentro de la red. Además, bonificamos a la base social ya constituida y fomentamos, en definitiva, la extensión de la moneda en todo el territorio madrileño. Esta propuesta y experiencia generó mucho interés fuera de Madrid, en otros territorios de REAS Red de Redes. Sin embargo, la moneda social, en lugar de ser una herramienta útil y que nos permitiera dar respuesta a las necesidades de nuestra red se convirtió en una barrera tanto para las entidades como para las socias consumidoras.

Tras este proceso, que surgió como semilla y se extendió como bosque, ¿qué reflexiones y aprendizajes nos llevamos? Partiendo que ha sido un camino largo y, en algunos momentos arduo, también nos ha permitido compartir espacios colectivos para pensar y repensar hacia donde queríamos ir, y aunque no hemos logrado llegar al destino final que nos habíamos marcado, ¡qué viaje, qué aprendizajes y qué fuerza tiene nuestra red que ha hecho todo lo que ha estado en su mano para impulsar una nueva moneda social!

Pero el camino no ha acabado, han ido surgiendo nuevas bifurcaciones en estos años que nos han llevado a impulsar nuevas herramientas e iniciativas pero, también, a aprovechar las ya existentes como nuestra App (disponible para Andoid y Apple), una ventana al futuro para aprovechar todas las ofertas y ventajas que ofrecen las más de 190 entidades que conforman el Mercado Social de Madrid, a través del carnet digital de socias, recibir convocatorias a eventos y actividades formativas y, por encima de todo, seguir estando conectadas para continuar generando redes y espacios de apoyo mutuo e intercooperación y visibilizando que otro modelo económico, otra forma de relacionarnos entre seres humanos, con el resto de animales y el planeta y otro futuro que merezca ser vivido son posibles.

Con este bagaje, esta compañía y la ilusión por transformarlo todo desde las prácticas feministas y los criterios de la economía solidaria, ¡os animamos a asociaros al Mercado Social de Madrid y empezar a consumir de otra manera ética, justa y sostenible!

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