Por Conchi Piñeiro de Altekio para El Salmón Contracorriente

La autora de este texto defiende una visión societaria de la innovación social (IS), como idea fuerza que incardina los valores de la solidaridad y equidad, entre otros, y promueve la investigación y las acciones que buscan la construcción de una sociedad socialmente inclusiva, que se concreta de distintas formas en cada contexto. Apoyar este tipo de innovación social (IS) supone fomentar economías pegadas el territorio (a nivel ecológico y social), que mejoren las condiciones de vida de la colectividad, satisfaciendo sus necesidades y desarrollando capacidades.

¿Desde qué enfoque abordamos la innovación social?

Este tema es un debate dentro de REAS [1] (la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria, con más de 500 entidades), en la que participo, como parte de una cooperativa que a su vez es parte de REAS Madrid, la red territorial en la que nos ubicamos. A su vez REAS Red de Redes participa en RIPESS, la red internacional.

Gracias a Enekoitz Etxezarreta, Aitziber Etxezarreta, Mikel Zurbano y Miren Estensoro (2014) [2] podemos profundizar en el marco de la innovación social (IS) contando con el marco analítico de Quebec como referencia basado en las prácticas como aquellas innovaciones protagonizadas desde las entidades de Economía Social y Solidaria, que promueven el bienestar de la ciudadanía y la transformación social, poniendo la sostenibilidad de la vida en el centro. A partir de un proyecto que ha unido el conocimiento de REAS y el conocimiento académico, han puesto disposición esta conceptualización que comparto:

• La innovación social (IS) no es sólo una herramienta útil para solventar algunos de los problemas urgentes de nuestras sociedades. Esta sería una visión reduccionista y utilitarista de la innovación social, y desde nuestro marco optamos por una visión societaria de la IS.
  
• Nuestra visión de la IS es como idea fuerza que incardina los valores de la solidaridad y equidad, entre otros, y promueve la investigación y las acciones que buscan la construcción de una sociedad socialmente inclusiva, que se concreta de distintas formas en cada contexto.
  
• Las intersecciones o las sinergias que se crean entre estos dos conceptos clave (la innovación social y la economía social y solidaria) se centran en la satisfacción de las necesidades humanas y colectivas (de servicios sociales, residenciales, etc.) y el desarrollo de las capacidades individuales y colectivas.
  
• A partir de la definición de CRISES (Centre de recherche sur les innovations sociales, Quebec) [3], destacamos tres elementos: un punto de partida (una iniciativa nacida desde los actores sociales), un método (modificar las relaciones sociales) y un fin principal (mejorar las condiciones de vida de la colectividad). Desde esta aproximación, para la evaluación de los procesos y entidades de economía social y solidaria desde la perspectiva de la IS se han concretado en tres indicadores: la co-construcción de políticas públicas, la gobernanza y la economía plural (la contribución de diversos actores a la pluralidad de formas de propiedad y desarrollo económico) [4].

Innovación social desde el ámbito de tu trabajo

La Economía social y solidaria (ESyS) es un movimiento que se articula en torno a otras formas de hacer economía en el cotidiano, basadas en seis principios: equidad, trabajo, sostenibilidad ambiental, cooperación, sin ánimo de lucro, y compromiso con el entorno.

Estos criterios se concretan en medidas que son auto-evaluadas y comunicadas abiertamente a partir del Balance social, que es un cuestionario online de diagnóstico construido para analizar el comportamiento y la filosofía de las entidades [5]. ¿Qué implica para las entidades? Ser iniciativas sostenibles, localizadas, politizadas, colectivas, catalizadoras y feministas [6].

La ESyS propone iniciativas prácticas en todos los ámbitos del ciclo económico. Podemos identificar como innovadoras las siguientes:

• La alianza de cooperación entre consumo y producción con un fin común, que promueven los mercados sociales, que son redes territoriales de producción, distribución y consumo de bienes y servicios que funciona con los criterios ya explicitados, aglutinando entidades de la ESyS junto con consumidoras y consumidores individuales y colectivos, con el objetivo de cubrir una parte significativa de las necesidades de sus participantes dentro de la red.
  
• La puesta en marcha de forma combinada de instrumentos de comunicación transformadora, de autodiagnóstico (como el mencionado balance social), y de comercialización (moneda social). Cada uno de estos instrumentos cuenta con procesos colectivos de investigación y desarrollo.
  
• El nuevo cooperativismo de consumo con experiencias sectoriales como Som Energia, Eticom, Fiare, etc. y los propios mercados sociales, que constituyen un nuevo ciclo de empoderamiento ciudadano en su vertiente económica.
  
• La innovación jurídica que da respuesta a necesidades desde la idea de construir una sociedad inclusiva, mediante nuevas formas jurídicas como la Cooperativa de impulso empresarial, que apoya el comienzo de las entidades de ESyS y la Cooperativa de servicio público, que es una cooperativa mixta de personas usuarias, trabajadoras y administración.
  
• En el marco del auge del valor de uso, destacan las iniciativas como las cooperativas de vivienda en cesión de uso.

¿Cómo puede fomentarse desde las políticas públicas y qué aporta esta innovación social a las políticas públicas?

• Desde las políticas públicas, se pueden promover aspectos generales como la introducción de cláusulas sociales en la contratación pública.
  
• El desarrollo en la legislación de figuras como la cooperativa de impulso empresarial y la cooperativa de servicio público, presentes en las legislaciones andaluza o catalana.
  
• Las políticas que apoyen el desarrollo de la moneda social, incentivando su uso en lo público como ya sucede con monedas de otros países.
  
• Las políticas de suelo y vivienda que fomenten la rehabilitación y construcción de vivienda para cooperativismo de viviendas en cesión de uso.
  
• En otros ámbitos específicos, por ejemplo, en la soberanía alimentaria, se ha elaborado una Carta por la Soberanía Alimentaria, con medidas a implementar desde las instituciones locales en: gobernanza alimentaria, protección y gestión territorial, dinamización del sector agroalimentario, gestión de los recursos productivos, comercialización y el consumo de proximidad, y el ámbito del cambio cultural.

Apoyar este tipo de innovación social (IS) supone fomentar economías pegadas el territorio [7] (a nivel ecológico y social), que mejoren las condiciones de vida de la colectividad, satisfaciendo sus necesidades y desarrollando capacidades.

Notas

[1] www.economiasolidaria.org

[2] Enekoitz Etxezarreta, Aitziber Etxezarreta, Mikel Zurbano y Miren Estensoro (2014) La Innovación Social en la Economía Social y Solidaria. Un marco teórico y metodológico para las entidades de REAS. XIV Jornadas de Economía Crítica. Perspectivas económicas alternativas. Valladolid, 4 y 5 de septiembre de 2014. También en Papeles ES nº5, Innovación Social, Políticas Públicas y ESS (2015) REAS Euskadi.

[3] CRISES entiende los procesos de innovación social como: “una intervención iniciada por actores sociales para responder a una aspiración o satisfacer una necesidad, para ofrecer una solución o crear una oportunidad de acción para modificar las relaciones sociales, transformar el marco de acción o proponer nuevas orientaciones culturales a fin de mejorar la calidad y las condiciones de vida de la colectividad” (Bouchard, 2013) en Extezarreta et al (2014).

[4] Extezarreta et al (2014) a partir de Klein et al (2012).

[5] El balance social se puede consultar en: https://madrid.mercadosocial.net

[6] Esta caracterización proviene de los debates que hubo en C2C Conversaciones: Foro de promoción del tejido económico social y solidario que tuvo lugar en Zaragoza del 17 al 19 de diciembre de 2015 http://emprendes.net/c2c/

[7] https://www.diagonalperiodico.net/la-plaza/30670-municipalismos-3d-y-si-…