Mercado Social

El mercado social, una alternativa de producción y consumo (entrevista a Reas Aragón y Reas Madrid)

Si te planteas nuevas formas de trabajar y de consumir, el mercado social es tu lugar. Este singular mercado pretende ir creando una red de intercambio de bienes y servicios que cumplan con criterios éticos, democráticos, ecológicos y solidarios. En marzo empieza a funcionar el mercado social de Madrid con el boniato, su moneda complementaria, […]

7 marzo 2012

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Si te planteas nuevas formas de trabajar y de consumir, el mercado social es tu lugar. Este singular mercado pretende ir creando una red de intercambio de bienes y servicios que cumplan con criterios éticos, democráticos, ecológicos y solidarios.

En marzo empieza a funcionar el mercado social de Madrid con el boniato, su moneda complementaria, como sello distintivo. Aprovechamos la ocasión para hacer genealogía de este mercado social de la mano de Susana Ortega, de REAS Aragón, uno de los territorios veteranos, y Sandra Salsón, de la cooperativa Idealoga y de la comisión de certificación del mercado madrileño.

Puedes leer el reportaje del periódico Diagonal y las entrevistas que hemos realizado para el mismo a Sandra Salsón y Susana Ortega aquí debajo o en el fichero adjunto.

Entrevistas realizadas por Soraya G.G. para Diagonal y REAS-Madrid

 

SUSANA ORTEGA// REAS ARAGON

“Desde el 15M mucha gente ve que estamos ofreciendo alternativas y viene a preguntar”
La idea del Mercado Social (MES) surge en el ámbito de REAS a nivel estatal hace muchos años, como nos explica Susana Ortega, de REAS Aragón. “Llevábamos tiempo dándole vueltas a cómo unir todas las alternativas que se van dando dentro de la economía solidaria: las finanzas, el consumo responsable, la producción y la distribución…; cada uno iba por su lado y nos planteábamos por qué la gente que está invirtiendo el dinero en COOp 57 en Aragón no se proponía consumir productos de la agricultura ecológica o del comercio justo”. Desde el principio tenían claro que había posibilidades y que el proceso tenía que ser abierto.

¿Cuáles fueron los primeros pasos para poner en marcha el mercado social?
Desde el principio pensamos que tenía que ser un proceso participativo, dinamizado desde el ámbito de Reas pero que había que construirlo de manera colectiva, con otras entidades. Primero se hizo un estudio participativo sobre productos y servicios en las entidades de REAS y otras entidades que estaban Coop 57, que teníamos ‘fichadas’ y queríamos que estuvieran en el MES, y se vio qué productos y servicios podían incorporar al mercado social. El estudio llegó a unas 33 entidades, culminó con un taller participativo y de ahí salieron dos grupos de trabajo: el de criterios y principios que tenían que cumplir entidades que participaran en MES (del que salió un documento sobre criterios y principios) y otro grupo que se está dedicando a temas de comercialización y logística, que ha coordinado las dos ferias en el marco de las jornadas de economía solidaria.

¿Cuál ha sido la función de esas dos ferias de economía solidaria?
En la primera Feria hubo como 30 entidades, y este año había 44 entidades de Aragón, pero algunas de ellas como Fiare y Arc son estatales. Han servido para que la gente nos pusiera cara a las entidades del MES. Cada entidad tenía un puesto. Puestos de venta, asesoría, información, talleres y actos lúdicos. Este segundo año compartimos espacio porque una asociación cultural organizaba el mercadillo Calles Vivas, con grupos más artesanales del barrio de la Magdalena, y nos unimos. La primera fase ha servido para sentar la bases de una intercooperación, al compraros unas a otras habéis fortalecido los tejidos productivos de las entidades del MES,

¿ha tocado techo esta fase?
La intercooperación entre las entidades de REAS para comprarnos las unas a las otras y de tenernos como proveedores únicos, en Aragón se ha trascendido pero no ha tocado techo. De las 13 entidades de REAS hemos pasado a ser 44 entidades de economía solidaria. Mucha gente que ha empezado a participar en el MES se ha hecho socia de Coop 57, de ARC, o al revés. Empieza a haber una intercooperación grande entre entidades. En cuanto a consumidores y consumidoras, ha aumentado un poco, a pesar de la época de crisis, se han acercado clientes que conocían más a las empresas de inserción a las entidades de Reas y viceversa. Pero esta fase no ha tocado techo. Hasta ahora el trabajo ha sido más entre entidades, pero estamos viendo cómo abrirnos a la gente consumidora, cómo hacer que las personas consumidoras individuales puedan participar, no sólo que nos compren, sino que también que nos ayuden a cambiar el mercado. Así que le estamos dando vueltas a cómo organizarnos, si en una cooperativa de consumo, y cómo incorporar la moneda social, pues hay que crear alguna ventaja
a los consumidores que estén con nosotras en el MES.

¿Cuáles son los siguientes pasos a nivel estatal y a nivel territorial?
A nivel estatal estamos trabajando en una base de datos potente que ofrezca información de todos los productos y servicios detallados por territorios y que pueda incluir en un futuro la venta on line para aquellos territorios que la quieran hacer e incluyendo la moneda social. Nos planteamos hacer en Aragón venta directa y también a través de tiendas de comercio justo, donde La Veloz [entidad dedicada a la mensajería] podría hacer el suministro. Además de La Veloz está Mapiser, que abarca cinco empresas de inserción y tiene naves, y que podría dedicarse a la manipulación y preparación de los productos que se piden en el MES para que luego la Veloz pueda distribuirlos. De cara a la distribución estamos en conversaciones con la Federación de barrios para poder distribuir a través de locales de asociaciones vecinales o en algunas tiendas de barrio. Va todo despacito. En un futuro nos gustaría hacer venta coordinada y on line a través de la web.

El 15 M y la crisis están siendo un revulsivo para la economía social, cada vez hay más gente interesada en otra forma de consumo y de trabajo, ¿qué opinas?
Es cierto que mucha gente joven ha venido esta última temporada a REAS y al MES, ven que estamos ofreciendo alternativas y preguntan cómo pueden ayudar. En Zaragoza, a raíz del 15 M ha salido un grupo muy fuerte que está trabajando temas de decrecimiento en los barrios, en cómo introducir el consumo responsable. Y también hay un grupo que va a empezar a trabajar las cooperativas integrales y que va a organizar unas jornadas en marzo. Esto ha sido una oportunidad, porque en lugar que tener que ir REAS a buscar a la gente, ha venido la gente a buscarnos, o nos hemos encontrado en este escenario.

SANDRA SALSÓN// MERCADO SOCIAL DE MADRID
“Además de consumir de otra forma queremos producir de otra forma”

Como socia trabajadora de la cooperativa Idealoga, Sandra ha participado activamente junto a otros cooperativistas, en el diseño de las primeras piezas del engranaje del Mercado social madrileño. Hablamos con ella días después de la presentación del plan beta en Madrid y antes del estreno de la moneda social.

¿Cómo arranca el mercado social en Madrid?
El Proceso arranca hace dos años largos, a partir de encuentros del Patio de la economía. Las organizaciones que empezamos somos más o menos las mismas (cooperativas de redes como La Madeja, la Traviesa, Diagonal, Fiare, Coop 57…). Habíamos llegado a un momento en el que o se sumaba gente o los que estábamos no podíamos aportar mucho más. Comenzamos realizando un pequeño estudio de hábitos de consumo de entidades de la economía social. A la par con ese estudio, se empiezan a elaborar los principios y criterios que tienen que cumplir las entidades que forman parte del MES. Se hizo a partir de la carta de economía solidaria, y de ahí salen los criterios de productos y servicios . También se ha hecho un cuestionario que se ha mandado a las entidades del MES. La gente que quiere entrar como proveedora del MES tiene que cumplir una serie de requisitos o comprometerse con ellos. Está planteado como el Balance Social de Cataluña: un cuestionario que se rellena cada año, donde las entidades se comprometen a una serie de objetivos de mejora. Hemos añadido cosas que no estaban: usar licencias copy left, software libre o afinar más en participación en movimientos sociales.

¿Cómo se validan esos certificados de productos y servicios?
Los indicadores de productos y servicios, el etiquetaje de los productos, es una idea de Aragón. En principio es un autoetiquetado donde la propia entidad dice los criterios que siguen sus productos. Pero se aspira a que la evaluación sea participativa, que haya un grupo de consumidores y consumidoras que de alguna forma fuesen haciendo el seguimiento de sus productos y productores. No pasa nada si no cumples todos los criterios, lo importante es el compromiso de caminar en esa dirección. La gente de la red agroecológica en Lavapiés también ha hecho un taller de certificación. Estaría bien que todas esas historias confluyesen y que hubiese un sistema de certificación participativo amplio de todos los productos y servicios. Una de las comisiones del Mercado Social es la de acogida y certificación, es la puerta de entrada y es la que más gente va a necesitar: para informar a la gente de qué somos, qué pasos dar, reunirse con las entidades y entrevistarse con ellas, rellenar los cuestionarios, plantear los objetivos y hacer el seguimiento. La idea es que ese cuestionario se recoja y se difunda, pues queremos devolver el compromiso de las entidades a la gente.

En cuanto a las transacciones económicas, una parte se realizarán en boniatos (la moneda social del mercado social de Madrid), ¿lo podrías ilustrar con un ejemplo?
Imagínate que vas a comprar a Espanica una caja de 40 cafés de comercio justo, pongamos que vale 100 euros y que Espanica dice que hace 10% de descuento en moneda social. Como lo primero que hay que hacer es crear moneda social, la primera compra que haces la pagas completa en euros, le pagas a Espanica los 100 euros, pero al hacerte el 10% de descuento, pone en tu cuenta 1O boniatos. El descuento se hace efectivo en moneda social, eso se apuntaría en tu cuenta +10 y Espanica en su cuenta de moneda social se queda en -10. Luego si vas a comprar otra cosa a otro proveedor, por ejemplo, a la cooperativa Altekio una formación en educación ambiental, y su curso vale otros 100 euros. Alteko a lo mejor acepta como límite en cada compra 10 boniatos. Tú al ir a pagarle, podrías darle 90 euros y 10 boniatos, con lo cual tu cuenta se queda a 0 y la de Altekio en +10. Si luego Altekio quisiera comprar una caja de café a Espanica, podría pagar 90 euros y 10 boniatos. Las primeras veces que compras algo, pagas el precio completo, la entidad te hace un descuento y eso es lo que crea la moneda social. Luego tú ya puedes pagar con esa moneda social en las siguientes compras. Y supuestamente, una parte del descuento que hacen las entidades iría a sostener el mercado social.

¿Quien puede comprar en el MES?
Pueden ser consumidores individuales u organizados, por ejemplo grupos de consumo. Gente que quiere cambiar sus hábitos de consumo y en lugar de consumir en mercado convencional consumirían en el MES. Las comisiones estarían abiertas, puedes además de consumir implicarse para que esto funcione, sobre todo en la certificación. De alguna forma, las consumidoras somos quien tenemos que certificar las prácticas de las empresas que venden.

En el MES de Madrid, además de consumidores y productoras, está la figura de los Aliados, ¿quienes son?
Son entidades que tienen mucho que decir en esto del consumo responsable, gente que avala con su recorrido y experiencia la práctica del MES. Entre ellos están Ecologistas en acción, Ideas y ARC. Esas entidades, a nivel estatal, también dan una aportación económica, para sostener el portal de consumo responsable y el trabajo. Otro punto interesante es que también hay algunos centros sociales como el Patio Maravillas o La Piluka, además de que pueden ser puntos de venta, esto nos indica que en los centros sociales se está hablando de economía.

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