Ecologismo

Reinicio: un modelo ecológico tras la crisis del coronavirus

Por Fernando Prieto, Director del Observatorio de Sostenibilidad para El Salto En el caso del covid19 ha habido una “alarmante inacción” de semanas. En el de la emergencia climática se trata de una alarmante inacción de años que no puede esperar más. La pandemia ya ha afectado a más de 700.000 casos y ya hay […]

31 marzo 2020
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Fuente:El Salto

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Por Fernando Prieto, Director del Observatorio de Sostenibilidad para El Salto

En el caso del covid19 ha habido una “alarmante inacción” de semanas. En el de la emergencia climática se trata de una alarmante inacción de años que no puede esperar más.

La pandemia ya ha afectado a más de 700.000 casos y ya hay 32.600 muertos en el mundo. Solo en España, hay 85.000 afectados y 7.300 muertos. Esta tragedia está todavía muy lejos de controlarse y está teniendo —y va a tener— unos profundos impactos sociales, económicos y ambientales.

En primer lugar, es el tiempo del agradecimiento profundo a los que han estado en primera línea: enfermeros, médicos, cajeros de supermercados, repartidores, reponedores, conductores del transporte público, cuerpos de seguridad, agricultores, ganaderos… junto a miles de héroes anónimos que han estado detrás de que funcionara todo durante estos meses. Pero después, cuando podamos empezar a salir a las calles, tras saludar a los amigos y tomarnos unas cervezas, será hora de empezar a exigir responsabilidades en las decisiones tomadas pensando en el futuro, con el fin de poner los medios para que no vuelva repetirse una película como esta.

La sanidad pública, que parece que no está nada claro que sea la mejor del mundo, habrá que blindarla y profesionalizarla más ante cualquier idea de cualquier gobierno que implique que no haya medios, ni protocolos ni actuaciones para que no se vuelvan a repetir realidades como la de esta pandemia. El sector de la dependencia deberá ser revisado para que no vuelvan a repetirse escenas dantescas como que los mayores mueran sin ningún tipo de atención en residencias, en una de las estampas más sórdidas de la historia reciente de este país.

Supera con mucho, la capacidad del autor y la finalidad de este articulo el analizar todas las variables y posibles repercusiones de esta grave crisis planetaria. Con las soluciones que existen actualmente, ¿podemos estabilizar nuestro clima con aumentos de 1,5ºC o 2ºC por encima de los niveles preindustriales? Y la pregunta clave: ¿las emisiones se recuperarán rápidamente o permanecerán deprimidas por una economía lenta durante algunos años? Aquí trataremos solo de lanzar ideas para la salida de esta crisis una vez controlada la pandemia, que no está nada claro cuando se hará y, en efecto, requiere mucha voluntad política, mucho liderazgo y mucha movilización.

La encrucijada, básicamente, se centra en si es mejor seguir haciéndolo como hasta ahora o dar un nuevo impulso verde a la economía

Los economistas hablan de varias posibles recuperaciones de la economía después de la crisis. Dos de ellas tienen forma de V o forma de U. La primera implica una salida vigorosa, fuerte y rápida después de un impacto puntual sobre la economía. La segunda, más parecida a la última crisis financiera de 2008, señala un comportamiento mucho más lento de recuperación, con impactos muy importantes sobre la población y sobre las actividades industriales y estructura económica del país. Este último caso es probable, a raíz de los adjetivos empleados por el expresidente del BCE, Mario Draghi —ve “inevitable una profunda recesión»—, quien plantea que el desafío actual es actuar con la suficiente firmeza y rapidez como para evitar que se produzca una prolongada depresión que cause un daño irreversible a Europa.

En EE UU el coronavirus prácticamente ha detenido la economía. La lista de Estados y ciudades que han cerrado negocios no esenciales e instado a los ciudadanos a quedarse en casa crece día a día. Los trabajadores esenciales permanecen en su lugar y algunas personas pueden trabajar desde su casa, pero millones de empleos han desaparecido. Goldman Sachs predice que las solicitudes de desempleo en los EE UU aumentarán a 2 millones en el segundo trimestre, lo que llama “el mayor aumento en las solicitudes iniciales de desempleo y el nivel más alto registrado”, y el Instituto de Política Económica estima que durante el verano se perderán 14 millones de empleos.

La encrucijada, básicamente, se centra en si es mejor seguir haciéndolo como hasta ahora o dar un nuevo impulso verde a la economía, tal como se está planteándo en muchos países y por muchos interlocutores. Por ejemplo, en EE UU hay una iniciativa muy interesante llamada Impulso verde, una propuesta de estímulo verde, liderada por expertos en clima y política social en la academia y la sociedad civil, que está apoyando una salida verde de la crisis. También think tanks como el World Resources Institute, así como la revista Vox (no confundir con el partido político) o los periódicos The Guardian o el propio Financial Times están pidiendo una salida verde de la crisis.

El debate es aún más acuciante tanto en cuanto que, tras la gran historia de la transición “verde” de la economía mundial —basada en la buena voluntad individual, algunos impuestos e innovación técnica—, se ha observado que no ha habido resultados tangibles y que no han sido más que una ficción amable.

Algunas de las líneas reales que debería llevar aparejadas esta salida verde de la crisis, que generarían empleo y tendrían efectos reales sobre las vidas de los ciudadanos son las siguientes:

Descarbonización de nuestra economía

Hay que potenciar las energías renovables, especialmente las gestionables, como la termosolar o la hidráulica de bombeo, que nos permiten salvar la intermitencia de las renovables. El gas y el petróleo no valen en esta ecuación, no son sostenibles y el porcentaje de energía nuclear, que está en torno al 20%, se debe ir eliminado, recordando que no es gestionable. Por supuesto, hay que aumentar la eficiencia energética. En el ámbito financiero, va a ser crucial en este cambio. Además, se debe exigir la consideración del cambio climático en todas las inversiones y que todos los Gobiernos, empresas y accionistas deben tener en cuenta el cambio climático”.

TEJADOS SOLARES

Hay que instalar el primer millón de tejados solares. En Alemania hay 1,4 milloines, en Italia 600.000, en el Reino Unido 800.000 y en España 10.000. Sí, han leído bien. Este debe de ser un objetivo nacional para abaratar nuestra energía con producción distribuida. En California ya lo han conseguido. En Australia están en ello. No hay ninguna razón lógica para no hacerlo en el país del sol. 

Mercancías por ferrocarril

Hoy, el 92% de nuestras mercancías va por camiones por carretera. ¿Y si las llevamos por ferrocarril? Mejoraríamos el tráfico, la calidad del aire, la accidentabilidad.. Asimismo, se debe de potenciar el transporte público tanto en las ciudades como en el resto del territorio.

Coche eléctrico

El sector del automóvil, que representa el 13% del PIB, debe de derivar hacia el coche eléctrico. Las baterías de los coches deben de servir para acompañar la electrificación del transporte, guardar la electricidad producida en los tejados y contribuir a mejorar la calidad del aire en las ciudades, produce la muerte prematura de 33.300 personas al año en España, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. La movilidad compartida y el uso de la bicileta normal y eléctrica deben popularizarse.

Sector primario sostenible

El sector primario y el agroalimentario contribuyen al 12% del total del PIB. Tanto en la producción como en la transformación o el transporte, deben de alienarse en la lucha contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad. Deben asumir la reducción de fertilizantes y plaguicidas y de consumos de agua. También deben determinar una alimentación sana, haciendo que los productos de agricultura ecológica se coman aquí y que sean accesibles sin tanto intermediario. La agricultura de conservación debe de apoyarse buscando la soberanía alimentaria y productos con los mínimos kilómetros. Las macrogranjas y la producción superintensiva de carne, por sus emisiones de CO2 y vertidos a agua y suelo,s tiene que olvidarse y dejar paso a la ganadería extensiva. El desperdicio de alimentos debe de ser revisado. Los agricultores, los sistemas alimentarios y las comunidades rurales deben de ser calves para tomar acciones para la España vacía, complementada con numerosas iniciativas industriales, de conservación, etcétera

Proteger la biodiversidad

Hay que cuidar y potenciar los bosques autóctonos: evitar los incendios, adatar nuestros bosques a los posibles fuegos para que no pase lo que ha sucedido en Australia o California este mismo año. Es otro sector de futuro. Se deben conservar amplias infraestructura verdes, basadas en tierras públicas que contribuyan a un medio ambiente sano, con planes de protección y restauración de tierras y ecosistemas singulares como los humedales. Las soluciones basadas en la naturaleza deben de extenderse a amplios corredores y las políticas de espacios protegidos deben de cambiar el enfoque de especies por el enfoque de procesos, creando miles de empleos. 

Inversión en agua

Las inversiones relacionadas con el agua son estratégicas, tanto en abastecimiento como en depuración y gestión racional. Hay que reducir regadíos innecesarios. Todas estas actuaciones podrían iniciar la mejora de la España vaciada, que provee de servicios al resto del país. Los regadíos deben de ser más eficientes y se deben de reducir en casi 1 millón de hectáreas en el país. Hay que realizar un plan de depuración integral de todos los municipios.

Biodiversidad urbana

Todas las ciudades tienen que diseñar su propio cinturón verde y hacer que los ecosistemas y el entorno natural de las urbes —desde ríos y arroyos a bosques— entren en las ciudades y contribuyan a bajar las temperaturas en verano y aumentar la biodiversidad. Deben de iniciarse planes para techos verdes e introducir el agua en las ciudades. La adaptación al cambio climático en las urbes debe de iniciarse ya, creando miles de nuevos empleos manteniendo una infraestructura verde y paisajes resistentes al clima.

Eficiencia energética

La rehabilitación de viviendas, pensando en la eficiencia, las olas de calor y el aumento de temperaturas, también debe ser un sector de futuro. El aislamiento debe de ser una línea fundamental para aumentar le eficiencia en las viviendas y poder soportar las elevadas temperaturas que ya se dan todos los veranos. Hay que hacer edificios de balance neto, apoyar la iluminación led, etcétera.

ECONOMÍA CIRCULAR

La economía circular se debe de imponer reduciendo la cantidad de residuos hasta niveles mínimos, haciendo que cada sector asuma sus propias materias primas y sus propios desechos. Las basuras de las ciudades tienen que separarse al 100%, reintroduciendo las corrientes de residuos en los flujos de materias primas y haciendo compost que falta hace en los campos. Hay que fomentar la captura de metano en vertederos, etcétera.

Estas líneas, para ser eficaces y que tengan un efecto real sobre la crisis climática, tienen que cumplir cuatro requisitos. Para empezar, tienen que ser inmediatas y masivas. En el caso del covid19 ha habido una alarmante inacción de semanas. En el caso de la emergencia climática se trata de una alarmante inacción de años. Y mientras no se tomen en cuenta esas alertas tempranas y se actúe rápida y masivamente, mayor será el coste de no actuar.

Deben tener un apoyo amplio e involucrar a todos los ciudadanos. Nadie entiende porque no haya placas solares en todos los tejados del país del sol. Estas medidas tienen que ser consensuadas por todo el Estado en los diferentes niveles de gobierno. Todos los partidos y todas las fuerzas deben de entender la emergencia climática y como ésta ya está determinado, y cada vez va a determinar más, las políticas y los presupuestos futuros. Esto determinaría, por ejemplo, que las compras importantes del gobierno sean ecológicas e incluyan acuerdos de proyectos laborales o requisitos salariales vigentes (energía renovable, almacenamiento, modificaciones, cemento bajo en carbono…).

En definitiva, es necesaria una una intervención inmediata y sostenida para proteger la salud y el bienestar económico de las personas

En tercer lugar, deben tener un apoyo duradero. Cuatro años, lo que dura una legislatura en el mejor de los casos, no es suficiente para muchos de estos proyectos. Se observa, por ejemplo, cómo los ayuntamientos que han mantenido estas líneas en el tiempo, independientemente del color político, consiguen mejores resultados a largo plazo en sostenibilidad. En California iniciaron los tejados solares en 2005 y acaban de llegar al millón de ellos.

Por último, deben generar empleo e involucrar los trabajadores. La profunda crisis que ya ha generado y va originar el covid19, tanto en materia de empleo como en confianza de los consumidores, debe de ser compensada por estos sectores verdes de futuro. Por ejemplo, hay que contratar trabajadores para restaurar ecosistemas, incluidos bosques y humedales, o para limpiar las aguas y cauces, reparando o reemplazando sistemas de abastecimiento y alcantarillado. Deben de blindarse infraestructuras críticas para el abastecimiento del agua y conseguir la depuración de las aguas al 100%.

En definitiva, es necesaria una una intervención inmediata y sostenida para proteger la salud y el bienestar económico de las personas, con un enfoque especial en los más vulnerables. En el caso del covid19 ha habido una “alarmante inacción” de semanas. En el caso de la emergencia climática se trata de una alarmante inacción de años que no puede esperar más (con consecuencias que están ya alterando la vida de millones de personas en materia de salud, inundaciones, sequías, incendios, inseguridad alimentaria y desplazamientos de refugiados) y la crisis económica y la probable recesión que se avecinan también necesitan una respuesta “rápida y masiva”. Como dice el Impulso Verde norteamericano: “Este es un punto de inflexión para nuestra nación. Este es un momento crucial para que millones de personas vuelvan a trabajar, construyendo un futuro saludable, limpio y justo”.

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