Políticas Públicas

Escocia, nombrado país “de comercio justo”

El comercio justo (o Fairtrade, en inglés) es una forma alternativa de comercio promovida por varias organizaciones no gubernamentales, por la Organización de las Naciones Unidas y por movimientos sociales y políticos (como el pacifismo y el ecologismo). El Faitrade implica la formación de cooperativas u organizaciones voluntarias, el rechazo a todo tipo de subsidios […]

28 mayo 2013

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El comercio justo (o Fairtrade, en inglés) es una forma alternativa de comercio promovida por varias organizaciones no gubernamentales, por la Organización de las Naciones Unidas y por movimientos sociales y políticos (como el pacifismo y el ecologismo). El Faitrade implica la formación de cooperativas u organizaciones voluntarias, el rechazo a todo tipo de subsidios (de allí su frase de cabecera: “Comercio, no ayuda”) y de la explotación infantil, la igualdad entre hombres y mujeres y el respeto a los derechos humanos. Se relaciona además con la calidad y origen de los productos, la producción sustentable, el cuidado del medioambiente y la ausencia de intermediarios entre productores y consumidores.

Escocia es ahora, oficialmente, un país “de comercio justo”: todas sus ciudades, además de sesenta y dos pueblos de su territorio, cumplen con las normas económicas de ese sistema o cuentan con grupos activos que impulsan esos criterios. Casi dos tercios de las instituciones educativas de esa nación se han sumado a la propuesta, y el gobierno escocés apoya la moción a través del uso y promoción de productos Fairtrade en reuniones nacionales e internacionales.

Las estadísticas indican que alrededor del 75 por cientos de los escoceses compran productos Faitrade anualmente. Martin Rhodes, director del Foro de Comercio Justo de Escocia, comentó que “el premio marca el éxito de la sociedad que se produjo entre productores en los países en desarrollo y consumidores en Escocia. El incremento de ganancias que se le pagó a los productores les ha permitido disfrutar de ingresos más elevados y estables”.

Humza Yousaf, Ministro de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional de Escocia, declaró estar encantado con el status de su país y lo ve como el disparador para otros proyectos, como el Fairtrade aplicado al fútbol, una iniciativa que apunta a trabajar con gente joven en regiones menos prósperas para promover la igualdad, la justicia y la ética en el deporte, tanto como en el comercio.

Howard Msukwa es un productor de arroz en Malawi, que trabaja su hectárea a mano y sin irrigación. Viajó a Escocia al año pasado para establecer acuerdos comerciales y se mostró encantado. “El status de nación Fairtrade demuestra cómo piensa Escocia sobre el mundo que está allá afuera, lejos de su país. Se ve cómo piensan sobre la pobreza que sufre la gente en otras regiones, y uno lo agradece”.

El comercio justo es favorable a la libertad de comercio en iguales condiciones; es decir, abolir las restricciones discriminatorias a productos provenientes de países en desarrollo, desde materia prima a manufacturas o tecnología. Así se evita la discriminación y el proteccionismo. Intenta también evitar las grandes diferencias entre el precio que pagan por un producto los consumidores del primer mundo y el dinero que se les paga a sus productores en el tercer mundo, además de evitar la explotación de los trabajadores. No sólo se combate así el trabajo esclavo, sino que se pelea por el precio justo, sin intervenciones o subsidios estatales.

El comercio justo puede ser considerado una versión humanista del comercio libre, que al igual que este es voluntario entre dos partes, y no tendría lugar si ambas partes no creyeran que iban a salir beneficiadas.

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