Varios
“Los que sueñan las mismas cosas, acaban caminando juntos”
Hace unos años, en una clase sobre Economía Social, uno de mis profesores, nos sorprendió con esta frase: “Los que sueñan las mismas cosas, acaban caminando juntos”. Después de haber vivido el encuentro de RIPESS en Luxemburgo, y habiendo pasado, desde entonces, un tiempo, se me ha venido a la cabeza. Repasando las notas tomadas […]
Hace unos años, en una clase sobre Economía Social, uno de mis profesores, nos sorprendió con esta frase: “Los que sueñan las mismas cosas, acaban caminando juntos”.
Después de haber vivido el encuentro de RIPESS en Luxemburgo, y habiendo pasado, desde entonces, un tiempo, se me ha venido a la cabeza. Repasando las notas tomadas esos días, preparando los resúmenes de los talleres a los que he asistido, mirando las fotos, repasando mis recuerdos y sensaciones, echo de menos una cosa: el lado humano del encuentro.
Recuerdo, el abrazo con ese amigo que hacía tiempo que no veía, que paz, que alegría, cuantos cosas por contar y compartir…y tan poco tiempo para hacerlo… Conocer a gente de todo el mundo, de culturas y países tan diferentes y lejanos, pero tan cercanos a la vez; y con los mismos sueños…con un mismo y único sueño… conseguir ese: “otro mundo posible”, del que siempre hablamos.
En Lux09, faltó tiempo para desarrollar las relaciones humanas, crear más espacios de debate, de intercambio, que favorecieran la creación de vínculos, la creación de red. Si queremos cambiar el mundo, tenemos que cambiar nuestra forma de actuar, nuestra forma de relacionarnos, no sólo con el entorno, sino también entre personas. Al final los encuentros, pueden quedar en documentos de buenas intenciones, y no salir de ahí. Debemos aprender a mostrarnos como somos, con nuestras virtudes, y con nuestros defectos; debemos comunicar, no sólo nuestros logros, sino también nuestros fallos, nuestros problemas. Yo siempre digo, que lo que para mí puede ser un problema, para la persona que tengo a mí lado puede no serlo.
Resulta difícil crear red, porque nos resulta difícil compartir; nos resulta complicado dejar de mirarnos el ombligo.
El sistema capitalista ha marcado profundamente nuestra forma de ser y de actuar, se ha desarrollado en nosotros la competitividad. El cambiar esto, está en nuestras manos; por eso somos distintos, por eso proponemos un sistema diferente, por eso soñamos con crear un mundo diferente.
Conseguir realizar un cambio, es un proceso. Requiere su tiempo, y más si el cambio es importante e implica a mucha gente. Pero, una vez decides llevarlo a cabo, sólo queda una opción, ir hacia delante. Estamos en ese punto; estamos caminando, construyendo ese cambio.
No olvidemos el lado humano, somos las personas las que lo hacemos posible, y tenemos la capacidad de sentir y de expresar. Hay que romper las barreras que nos anclan a lo racional. Probablemente, para cada uno de los asistentes al encuentro, las vivencias y aprendizajes no sean los mismos, así que ¿porqué no crear un espacio para compartirlos?.
Isabel Gayán
REAS Euskadi