Varios

«Potenciamos las habilidades de las personas desfavorecidas para facilitar su acceso al mercado de trabajo»

Con el objetivo de formar a las personas para que puedan llevar una vida autónoma, la Fundación Peñascal hace un planteamiento de educación integral. Por un lado, proporciona una adecuada formación profesional y, por otro, trata de crear hábitos de responsabilidad para que su alumnado sea capaz de enfrentarse a problemas en el ámbito laboral, […]

4 abril 2009

Buscador de noticias

  • Filtra por temática

  • Filtra por etiqueta (Ctrl+clic)

  • Filtra por tipo de contenido

  • Filtra por tipo de recurso

  • Orden de los resultados

Con el objetivo de formar a las personas para que puedan llevar una vida autónoma, la Fundación Peñascal hace un planteamiento de educación integral. Por un lado, proporciona una adecuada formación profesional y, por otro, trata de crear hábitos de responsabilidad para que su alumnado sea capaz de enfrentarse a problemas en el ámbito laboral, social y personal. Además y como objetivo primordial, fomenta la solidaridad y la cooperación entre las personas a las que atiende.

La Fundación Peñascal imparte cerca de 200 cursos al año y, desde su creación en 1986, ha formado a cerca de 26.000 personas, de las que el 70% han logrado insertarse en el mundo laboral y el 6% ha optado por continuar su formación con estudios reglados.

¿Cuál es el objetivo fundamental de la Fundación Peñascal?
Facilitamos la inserción socio laboral a los colectivos más desfavorecidos ayudándoles a encontrar empleo, en la mayoría de los casos por cuenta ajena y en otros por la vía del autoempleo. Para ello, les aportamos formación profesional, humana y cultural, según sus necesidades. Trabajamos a partir de la realidad de cada persona, a quienes lo necesitan les preparamos para la obtención del graduado escolar y con algunas personas inmigrantes empezamos con la alfabetización. La formación que ofertamos no se limita al aspecto técnico y cultural, además, tratamos de compensar las carencias que padecen las personas a las que atendemos, potenciando una serie de habilidades globales útiles tanto para facilitar su acceso al mercado de trabajo como para la vida cotidiana.

¿En qué zonas opera la Fundación?
La Fundación Peñascal está presente en las localidades de Bilbao, Muskiz, Tolosa y Pamplona, zonas bien diferenciadas y con características propias, en las que tratamos de facilitar el acceso al mundo del trabajo a jóvenes desescolarizados y, en general, a colectivos con especiales dificultades de inserción laboral y carentes de cualificación profesional alguna. La Fundación imparte cerca de 200 cursos al año y, desde su fundación en 1986, ha formado a cerca de 26.000 personas, de las que cerca del 70% han logrado insertarse en el mundo laboral y el 6% ha optado por continuar su formación con estudios reglados. Por otra parte, Peñascal ha promovido empresas de inserción, -carpintería Zurtek en Dima; Iturritek, fontanería y climatización en Peñascal; Or Konpon en Bilbao; Restaurante Bilbao junto al ambulatorio de Rekalde; y restaurante Izartza en la Ola Sondika-, para emplear a personas con dificultades de acceso al empleo, con el objetivo de tras una etapa en la empresa de inserción puedan acceder al mercado laboral normalizado.

¿Cómo ha evolucionado el colectivo de personas a las que prestan apoyo?
Fundación Peñascal comenzó a trabajar en los años ochenta, en el barrio bilbaíno del que adoptó el nombre, atendiendo a un colectivo juvenil con problemas de droga, marginación y paro. En la actualidad atendemos a un colectivo más adulto del que la mitad son inmigrantes. Al principio el perfil de las personas que acudían a la Fundación era básicamente masculino y ahora es importante el número de mujeres atendidas. Aproximadamente la mitad de las personas de Peñascal son menores de veinte años y cerca del 20% son perceptores de renta básica. También tenemos a algunas personas, una minoría, con problemas de toxicomanías o privadas de libertad.

¿Cómo responde el alumnado a sus procesos formativos?
El 80% de las personas que comienza un itinerario con la Fundación logra certificar la formación adquirida y los abandonos rondan el 10%. En nuestro modelo de aprendizaje cooperativo trabajan juntas personas de dieciséis años con otras que tienen veinte y hasta cuarenta años. También coinciden personas que llevan un tiempo en Peñascal con otras recién llegadas. Observar las capacidades de las personas veteranas es un estímulo para las recién llegadas. Por su parte, las más experimentadas mejoran su autoestima al convertirse en un modelo para las nuevas. Nuestro modelo persigue que los alumnos vean utilidad práctica a su periodo de formación. Así, en nuestro Centro de Boluetabarri, que imparte las especialidades de madera, hostelería, alimentación, climatización y confección, los muebles se han hecho en la carpintería de centro, las cortinas en el taller de confección y el comedor escolar es atendido por alumnado del centro que sirve los platos que se preparan en su escuela de cocina.

¿El profesorado de sus centros responde a un perfil especial?
Además de su cualificación profesional y su sensibilidad social, por lo general, las personas que trabajan como formadoras en Peñascal aportan un plus de entrega. Contamos con personas con titulación universitaria que, aunque llegan a Peñascal para formar al alumnado en habilidades sociales o para que obtenga el graduado escolar, no dudan en ponerse el buzo y los guantes e integrarse en los talleres de madera, climatización o metal. También contamos con profesionales de oficios, cuya actividad básica es la enseñanza práctica, que se esfuerzan en preparar apuntes o charlas y son capaces de transmitir sus conocimientos en las aulas.

¿Se ha planteado una estrategia para afrontar la crisis?
Dependemos de recursos públicos relacionados con el empleo, la formación y el bienestar social y desde el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Bizkaia, el Ayuntamiento de Bilbao y el Inem se apuesta por reforzar recursos de formación como los que desarrolla la Fundación Peñascal. La salida de la crisis vendrá acompañada por innovaciones en los sistemas productivos y la formación será determinante para el acceso al empleo. Nuestros centros de formación cuentan con tecnologías punteras, trabajamos para estar en la vanguardia de diseños curriculares y de contenidos y tratamos de diversificar, mejorar y certificar nuestra formación. También estamos reciclando profesionalmente a personas que pasaron por la Fundación antes de incorporarse al mercado laboral y que han perdido su empleo como consecuencia de la crisis.

Artículos Relacionados

----