Feminismos
Una Escuela Feminista y Solidaria ante la mercantilización y financiarización de la vida
La semana del 18 al 22 de octubre está teniendo lugar la Escuela de Economía Feminista y Solidaria, evento virtual con perspectiva norte sur para sumar herramientas y saberes en la comprensión del funcionamiento del sistema socio-económico actual y de las alternativas existentes. Hablamos con sus organizadoras para conocer lo que se está cociendo.
Estamos en familia, presentaros directamente…
Flora: Soy Flora Partenio, militante feminista, docente en universidades publicas en Argentina e integrante de la red de feministas del Sur- global DAWN y co-coordino la Escuela junto a Corina Rodríguez Enríquez,
Corina: Soy Corina, economista feminista, graduada en la Universidad de Buenos Aires; Integro el Comité Ejecutivo de la Red de feministas del Sur Global “Mujeres por un Desarrollo Alternativo para una Nueva Era” (DAWN, por sus siglas en inglés).
María: Soy María Atienza, formo parte del equipo de REAS Red de Redes (Red representativa de la Economía Social y Solidaria del Estado español) coordino la comisión de feminismos, y co-organizo la Escuela junto a Marian Díaz.
Marian: Soy Marian Díez presidenta de REAS Euskadi (Red de Economía Alternativa y Solidaria del País Vasco) y consejera de feminismos e investigación en economía social y solidaria en REAS Red de Redes.
¿Por qué una escuela feminista? ¿Cómo y por qué nace esta iniciativa y qué recorrido ha tenido desde entonces?
C: La escuela feminista a partir de la necesidad de profundizar los conocimientos y análisis que el activismo feminista tiene de los temas económicos, y como mecanismo de articulación entre los activismos sociales y feministas en espacios de incidencia en temas económicos. Las primeras experiencias presenciales fueron acompañando procesos globales donde los líderes gubernamentales debaten la agenda económica mundial y llegan a acuerdos que nos afectan a todes. La reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el foro del G20 fueron contextos donde realizamos la escuela y pudimos constatar la potencia de estos espacios de formación en contextos de activismo.
Los temas económicos hace tiempo que permearon la agenda feminista. La escuela busca consolidar este proceso, articular saberes y experiencias, profundizar y complejizar los análisis, poner en valor experiencias que existen en la construcción de otra economía, y construir poder colectiva para la transformación.
El apellido “solidaria” se añade en esta edición porque…
F: porque apostamos a enlazar el trabajo que venimos haciendo junto a REAS Red de Redes, desde 2019, en los espacios compartidos en el marco del Foro de Economías Transformadoras, en la Confluencia Feminista y en nuestro último webinario el año pasado, donde nos reunimos para dialogar sobre los puentes entre economía feminista, la economía social y solidaria y sobre las implicancias de la pandemia en nuestras condiciones de vida y en los debates en torno a la llamada “Nueva Normalidad”.
Entre DAWN y REAS, construimos un espacio de pedagogía feminista en el marco del Foro de Economías Transformadoras y en ese entonces ya nos preguntábamos ¿Qué condiciones generamos para que la economía social y solidaria sea una alternativa generalizable a la sociedad en su conjunto y que nos incluya a todes?, ¿Qué herramientas de formación y transformación estamos construyendo en los territorios, en el contexto de la pandemia?
Este año retomamos ese trabajo y nos propusimos armar una nueva edición. Nos hubiera gustado que fuese presencial pero las condiciones que persisten en el marco de la pandemia nos llevó a diseñar una propuesta virtual. En línea con las ediciones anteriores, la Escuela ha retomado la preocupación por seguir profundizando cuáles son las alternativas que existen o podemos construir para enfrentar estos procesos, desde la visión de la sostenibilidad de la vida. Y aquí nos hemos encontrado para planificar la Escuela, junto a REAS y OCARU-IEE, desde sintonías políticas, pedagógicas y afectivas.
MD: Para REAS Red de Redes, participar en la Escuela supone una oportunidad por un lado, de reforzar el trabajo de feminismos en ejes y sectores específicos y por otro lado, difundir la Economía Social y Solidaria en organizaciones afines y en alianza con otros movimientos sociales y redes que vienen trabajando temas como la vulneración de los derechos humanos o las campañas sobre los Tratados de Libre Comercio; en otras palabras, crear un nexo entre la Economía Social y Solidaria con otras temáticas, añadiendo además el componente internacional.
Una primera lectura de composición de la coordinación de esta escuela nos lleva a cruces entre el movimiento feminista y el de la economía solidaria, como también a un encuentro norte-sur e incluso urbano y rural. ¿Es acertada esta visión de lo que estáis preparando?
F: Para nosotras este diálogo en clave norte-sur es fundamental. Al mismo tiempo nos conecta y entrelaza con el histórico trabajo de construcción internacionalista y feminista y nos lleva a reflexionar conjuntamente ¿Cómo estamos pensando las alternativas y resistencias en nuestros territorios?
M: Efectivamente, desde REAS nos parecía muy importante el poder establecer un diálogo desde una visión internacionalista para obtener una visión global tanto de los problemas del contexto actual como de las luchas y resistencias que se vienen trabajando en diferentes territorios de todo el mundo. Además, creemos que combinar intervenciones de personas y organizaciones de diferentes lugares contribuye a enriquecer el debate y a generar un conocimiento mucho más amplio y diverso.
Finanzas, Energía y Agroecología serán los ejes centrales de las sesiones ¿por qué esta elección?
C: Buscamos aterrizar las nociones de mercantilización y financiarización en sectores específicos, que a la vez que nos permiten comprender exactamente cómo estos procesos permean la vida cotidiana, también nos permiten advertir que hay otras formas posibles de producir y proveer. Las finanzas hoy resultan esenciales no solamente para promover actividades económicas, sino incluso para garantizar el acceso básico a los bienes y servicios que necesitamos y deseamos. Las finanzas se van volviendo cada vez más complejas y sofisticadas, a la vez que van abarcando a sectores cada vez más amplios de la población. La ganancia de corto plazo basada en una explotación usurera, es la que queremos confrontar con las experiencias de las finanzas éticas. La discusión en torno a la energía tiene múltiples aristas, que incluyen la crisis energética que enfrenta el mundo empecinado en el uso de energías fósiles, con todas las implicancias que eso tiene en el cambio climático. Queremos confrontar este paradigma con miradas que promueven la transición energética en clave popular, feminista y solidaria. La soberanía alimentaria ha sido capturada en el capitalismo financiero, que ha transformado los alimentos en activos para la especulación, y que promueve una producción alimentaria que nos envenena. Queremos confrontar esa mirada hegemónica con las experiencias de agroecología que son centrales para garantizar la soberanía alimentaria, y también para asegurar la defensa de la tierra. En síntesis, queremos avanzar en la reflexión de cómo oponemos al capitalismo financiero, la sostenibilidad de la vida.
M: Desde los tres ejes que hemos seleccionado para la edición 2021, nos parecía fundamental el poder visibilizar las experiencias que se vienen trabajando desde la perspectiva de la Economía Social y Solidaria como es el caso de las comunidades energéticas, las iniciativas de agroecología como Germinando o el colectivo Varagaña, y las experiencias de las finanzas éticas, el engranaje de las economías transformadoras.
La elección de los temas nos llevó bastante tiempo porque había muchos ámbitos y sectores que nos parecían fundamentales desde la perspectiva de cómo confrontar el poder corporativo hegemónico en servicios y sectores básicos. En ese sentido, nos gustaría poder llevar a cabo más ediciones de la Escuela que incluyan otros temas como la vivienda, el comercio o las plataformas digitales.
F: Exacto, son temas que nosotras consideramos parte de una agenda feminista urgente y creemos que estos ejes son centrales para pensar la salida a la crisis multidimensional en la que nos encontramos. En este sentido, pusimos un especial énfasis en el armado de las sesiones temáticas de la Escuela para que haya una secuencia de contenidos que permita plantear los problemas, las resistencias populares y las alternativas.
De manera transversal a estos ejes, están presentes la mercantilización y financiarización de la vida, no sólo como lema de esta edición sino como punto de arranque de todas las sesiones, ¿Cuál es el diagnóstico de partida para estos debates y por qué son importantes estos conceptos?
C: La idea de mercantilización alude al proceso por el cual el acceso a los bienes y servicios que necesitamos y deseamos va quedando cada vez más restringido al intercambio en el mercado, y por lo mismo, su acceso mediado a los recursos con los que cada quien cuente. Este proceso ha sido acompañado en las últimas décadas por la financierización de la vida cotidiana. Es decir, dada la tendencia a la concentración de la riqueza, y el aumento de la desigualdad, y en consonancia la creciente dificultad que enfrentan la mayoría de las personas para acceder a los recursos monetarios necesarios para adquirir los bienes y servicios en el mercado, cada vez es más necesario recurrir al endeudamiento. Las finanzas comienzan a mediar nuestro acceso a consumos tan esenciales como los alimentos, los medicamentos, la salud y la educación. Visibilizar cómo estos procesos de mercantilización y financiarización se expresan en la vida cotidiana es uno de los objetivos de la escuela.
F: Coincido con Cori, ese es uno de nuestros objetivos pedagógicos ¿Cómo nos afectan estos procesos en nuestra vida diaria? y ¿se qué manera la perspectiva de la economía feminista permite dinamizar los debates sobre las alternativas económicas a este sistema capitalista financiero?
Nuestra propuesta es armar una caja de herramientas a lo largo de la Escuela, que nos permita compartir saberes, reflexionar juntxs en las sesiones y comprender estos conceptos que suelen aparecer como “temas de especialistas” o temas meramente “técnicos”. Una de nuestras grandes apuestas fue construir una sesión especial de la escuela destinada a analizar la desmercantilización de la energía, junto a cooperativas de energía, comunidades energéticas, entidades de economía solidaria y organizaciones comunitarias que están resistiendo a megaproyectos energéticos tanto en Latinoamérica como en el Estado Español. Y en este sentido, invitamos a lxs participantes de la escuela junto lxs docentes a pensar de qué modo es posible construir una transición energética en clave popular, solidaria y feminista.
¿Se os quedó algo en el tintero para una posible próxima edición? ¿Y en esta entrevista?
M: Siempre quedan cosas en el tintero, creo que esta edición ha supuesto el inicio de un itinerario de aprendizaje compartido que puede dar lugar a futuras ediciones en las que podamos trabajar diferentes temas de interés para el conjunto de personas activistas que forman parte de nuestras bases sociales. Además, es fundamental el poder seguir trabajando los cruces entre la Economía Social y Solidaria y los feminismos en este caso, desde un enfoque didáctico e internacionalista.
F: En la misma dirección de María, pienso que este camino que comenzamos a trazar nos permite profundizar reflexiones y conocer prácticas de economía solidaria que ya están dando respuestas, que atravesaron la pandemia, que están resistiendo y que muestran que la salida es colectiva, feminista y solidaria, como dijo la querida Marian Díez en la apertura de la Escuela.